martes, 23 de septiembre de 2008

Dinero bisexual

¿Es lo mismo para usted recibir dinero de una mujer que recibirlo de un varón? Creo que no es lo mismo y además suena extraño hacerse esta pregunta. El prejuicio machista-feminista salta al primer plano para acusarnos de hacer hincapié en el género de las personas, lo cual está mal porque todos somos iguales, ...

Pues bien, tengo que decírselo de una vez por todas: ¡¡NO SOMOS IGUALES!! Las mujeres desearían tener pene y los varones desearíamos tener útero y senos.

Los dos géneros somos mutuamente carenciados y envidiosos. Esto nos pone en una situación difícil justamente porque desearíamos (y necesitamos) llevarnos bien.

En la mayoría de los casos ellas se sienten bien recibiéndolo de ellas y ellos se sienten mal recibiéndolo de ellas.

Ellas se sienten menos mal recibiendo dinero de un hombre que un hombre recibiéndolo de una mujer.

Ellos prefieren recibirlo de otro hombre.

A ellas no les molesta recibir dinero de hombres o mujeres, sin embargo las fantasías inconciente en uno y otro caso son diferentes.

Cuando el hombre recibe dinero de una mujer se siente un poco desvalorizado.

El hombre puede suponer que el dinero que le entrega una mujer, fue obtenido de otro hombre y eso lo incomoda, lo hace sentir «segundo» (amante postergado) o «tercero excluido» (hijo).

Cuando una mujer recibe dinero de un hombre puede imaginar que él está comprando sus servicios sexuales, que la está manteniendo, que se lo está retaceando a su esposa legítima para dárselo a ella en forma estimulantemente clandestina.

Supongo que existen más fantasías que vinculen al dinero y al género pero ahora no sé cuáles podrían ser.

●●●

21 comentarios:

Anónimo dijo...

¡CLARO QUE NO SOMOS TODOS IGUALES! Los hombres no sé qué mierda tienen en la cabeza... y para peor tienen 2 cabezas.

Anónimo dijo...

Con mi compañera tenemos la costumbre de poner el sueldo de ella y lo que yo gano en una cajita que yo prefiero que esté en su mesa de luz.

Anónimo dijo...

Prefiero ser atendido por una cajera. Me gusta verla entregándome dinero.

Anónimo dijo...

Sueño con ser la puta de un proxeneta malvado, cruel, despiadado, ofensivo, que me trate como a una basura, que me exija, que me humille, que a veces me pegue un poquito delante de mis hermanos. El sólo pensarlo me produce una cosa linda aunque me parece que todo esto nunca podrá sucederme.

Anónimo dijo...

Este blog me parece que algunos (algunas) lo toman como para hacerse la terapia.

Anónimo dijo...

Al leer todo esto me doy cuenta el tremendo entreverijo que tengo en la cabeza con el temita dinero.

Anónimo dijo...

¡Qué interesante las diferentes combinaciones de cómo se siente uno y otra! Haré una encuesta con mis compañeros. Será divertido. Después publico acá los resultados. jajaja

Anónimo dijo...

Muchas veces hago colectas para actos de beneficencia y lo que me llama la atención es que los donantes actúan diferente: Ellas demoran mucho en encontrar su billetera, monedero o bolsita y me entregan el dinero muy arrugado. Ellos lo encuentran enseguida y en general tienen el dinero más lisito.

Anónimo dijo...

Me parece que con las tarjetas de crédito las actitudes y las fantasías que se disparan son muchas menos. El papel moneda es más impactante, tiene algo mágico, esos dibujos, los colores, el tipo de papel, el olor, la posibilidad de que sean falsos. Los cheques también son más pobres. Se parecen a un trámite burocrático frío.

Anónimo dijo...

¡Qué bueno lo tuyo Rámón! Sabes que me parece que el dinero común es como un genio universal en presencia (está ahí delante de todos los que lo quieran ver), pero la tarjeta de crédito y el cheque son también el genio universal pero en ausencia. Mueven al genio universal a distancia y nadie puede verlo.

Anónimo dijo...

Si será complicado y enloquecedor el tema del dinero que los que hacen los comentarios se van al carajo con lo que opinan!!

Anónimo dijo...

Ahora que me doy cuenta que no es lo mismo para mi recibir dinero de manos de una mujer que de un hombre. Siempre prefiero que sea de un hombre. Le pregunté a mi mujer y me dijo que también. ¡Qué bronca para las feministas! No se preocupen que uds son tb varones.

Anónimo dijo...

O estoy muy lenta o no entiendo a nadie de todas las ocurrencias que tienen con este asunto. ¿Qué tiene que ver quién te entrega dinero, quién te sirve el desayuno o quién te llena el tanque de combustible?

Anónimo dijo...

Es muy distinto, Martina. Pensá en las profesiones dónde estábamos acostumbrados a ver hombres. La mujer guarda, la taxista, la que atiende en la estación de servicio. A mí me impacta encontrármelas y ahí me salta a la vista lo distinto que es que te atienda un hombre o una mujer.

Anónimo dijo...

Cuando dentro de una pareja se toma con naturalidad que a veces pague uno y otras el otro, me parece de buen pronóstico.

Anónimo dijo...

A los hombres los descoloca tener como jefa a una mujer.

Anónimo dijo...

No puedo evitar sentir maternal a la mujer que paga por mi trabajo, sea real o simbólicamente.

Anónimo dijo...

Si me da dinero alguien de mi mismo género, estoy recibiendo dinero de un igual. Cuando lo recibo del otro género se refuerza eso de que el otro tiene lo que yo no.

Anónimo dijo...

Por lógica la envidia más grande debería darse de la mujer hacia el hombre y visceversa. Sin embargo, por lo menos a simple vista, somos más envidiosos con los competidores de nuestro mismo sexo.

Anónimo dijo...

El drama está en que para tener lo que tiene el otro hay que dejar de ser uno mismo.

Anónimo dijo...

Si el hombre fantasea que el dinero recibido de una mujer, proviene a su vez de otra mujer, también puede sentirse hijo o hermano.