viernes, 19 de septiembre de 2008

La maldad de las cosas inanimadas

Si usted tiene más de 12 años sabrá por experiencia de qué estoy hablando.

Parecería ser que los objetos que nos rodean a veces se ponen de acuerdo sólo para perjudicarnos, hacernos una broma, tomarnos el pelo, burlarse aprovechando nuestra irritabilidad o necedad.

Cuando se nos cae una moneda: ¿Usted no observó que siempre rueda para esconderse debajo de un mueble?

Las heladeras, ¿no suelen dejar de funcionar cuando hace más calor?

¿Dónde se mancha nuestra vestimenta? ¡En el lugar más visible, por supuesto!

Podría llenar varios blogs con ejemplos terribles en los que la confabulación de los objetos inanimados nos ponen los nervios de punta, nos producen gastos cuando tenemos dificultades económicas, se enlentecen cuando estamos más apurados, si los recibimos en préstamo dejan de funcionar para dejarnos como unos torpes frente a quien siempre lo usó y jamás tuvo un fallo.

(Ahora sigo diciendo verdades pero poniéndome serio): Con las cosas inanimadas es preciso tener una determinada actitud que no todos conocen.

Nunca debemos hacer reparaciones provisorias.

En ciertos objetos muy usados, introducirle un repuesto nuevo suele provocar la rotura de todos los demás que siguen estando tan fatigados y vulnerables como el que ya se rompió.

Por lo tanto, la primer opción a tener en cuenta es no hacer reparaciones, desechar la cosa usada que se rompió y comprar una nueva.

Hay muchas otras ideas sobre cómo administrar mejor nuestro dinero y nuestro malhumor.

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21 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando estamos de mala onda generamos energía negativa y todo se rompe. También pueden haber otras explicaciones, hasta divertidas: si no tenemos monedas no se nos caerán e irán a rodar a la alcantariilla!

Anónimo dijo...

Cada vez que tenía una cita, mi mamá no tenía pronta la ropa que había pensado ponerme. Era siempre igual. Parecía que ella me adivinaba el pensamiento y que lo hacía a propósito. Me agarraba unos berrinches insoportables. ¡Pobre mamá!

Anónimo dijo...

Quienes trabajan como reparadores de cosas descompuestas o rotas, no quieren que sus clientes compren algo nuevo porque ellos se quedarían sin trabajo.

Anónimo dijo...

Mi padre siempre le está haciendo preguntas a los que él dice que saben y no puedo hacerle entender que estas personas no le dicen ni la verdad ni lo que más le servíría a mi padre sino que le dicen lo que a ellos les sirve que crea mi padre para seguir ganándole su dinero.

Anónimo dijo...

No insista con tu padre Lorena: Él le hace preguntas a quienes él sabe que le responderán lo que él quiere escuchar porque a su vez es lo que él quiere hacer pero prefiere que otro se lo diga para sentir que se comporta razonablemente.

Observa si por casualidad tu no haces lo mismo que él y por eso te fastidia. No te fastidia lo que él hace sino lo que él refleja de ti misma.

Si no me entendiste, tampoco importa mucho.

Beso y abrazo.

Anónimo dijo...

El mejor invento es el de los aparatos que tienen una señal acústica para que cuando se pierden uno pueda hacerlos sonar y encontrarlos. Le aplicaría ese dispositivo a cualquier cosa porque vivo perdiendo cosas que me hacen perder el tiempo y tb me hacen perder la paciencia.

Mi hermano dice que yo misma soy una perdida. jajaja

Anónimo dijo...

Parece que los objetos que nos rodean quieren perjudicarnos. NO PARECE. Quieren perjudicarnos.
Sin ninguna duda.
Sólo están para eso. Para hacernos recordar cuánto los necesitamos, que falta nos hacen y que poco tiempo los tenemos.

Anónimo dijo...

Tal como viene la mano, las cosas están como para que las usemos y las tiremos apenas se rompen. Parecía que eso era del 1er mundo pero ya nos llegó para quedarse.
Y yo tengo miedo de que me tiren sólo porque tengo una o dos rajaduras.

Anónimo dijo...

No veo que es lo divertido de no tener monedas para que no se te caigan, señorita anónima.

Anónimo dijo...

Cuando se empiezan a romper todos los objetos a mi alrededor, parece que tuvieran epíritu, porque me hacen caer enseguida y termino perdiendo el control.

Anónimo dijo...

Esa silla es como yo, le faltan partes pero a primera vista parece entera.

Anónimo dijo...

las heladeras funcionan cuando uno tiene más calor.

Anónimo dijo...

A mi santa madre, que es un ángel, le encanta andar con muchas monedas para que se le caigan y agacharse a recogerlas antes de que se la recogan a ella.

Anónimo dijo...

Me gusta buscar monedas en los muebles, es una manera de distenderse.

Anónimo dijo...

La confabulación que más me preocupa es la de los sujetos inanimados que "dejan el camino por coger la vereda"

Anónimo dijo...

La mejor broma que me hizo la mesa fue ponerse a mi altura.

Anónimo dijo...

Los objetos que me rodean nunca me tomaron del pelo, aunque estaría chévere!

Anónimo dijo...

Por favor, no llene innumerables blogs con la confabulación de los objetos inanimados; con esto ya tenemos bastante.

Anónimo dijo...

Me imagino su carita poniéndose serio y diciendo parado en un cajón de verdura, en plana feria de Tristán Narvaja: "nunca debemos hacer reparaciones provisorias, es preciso tener una determinada actitud que no todos conocen.

Anónimo dijo...

Yo administro el dinero, ud. adminístreme el mal humor.

Anónimo dijo...

Eso es lo que pienso hacer ahora mismo con mi matrimonio! Desechar la cosa usada que se rompió y comprar una nueva.