Uno de los inconvenientes del dinero es que puede revelar características personales que quizá sería mejor no haber conocido nunca.
Cuando cumplí 18 años, mis padres organizaron un pequeño festejo al que asistieron 12 personas entre familiares y amigos. Hubo abundancia de comida y bebidas alcohólicas.
Pues bien, una hermana de mi madre, soltera con 31 años, de cuerpo exuberante, a quien le dediqué innumerables masturbaciones en el más absoluto secreto, bebió en exceso.
Bajo el efecto alcohólico, inició una serie de insinuaciones amorosas hacia mí, en un tono totalmente desacostumbrado en la mojigatería de mi familia e inesperado en alguien tan amante de los ritos católicos. Llegó a intentar agarrarme los genitales por encima del pantalón, pero calculó mal y cayó ridículamente al suelo.
Cuento toda esta patética historia personal para decirles que muchas personas saben de sus deseos inconfesables y por eso jamás prueban una gota de alcohol. De modo similar, muchas personas saben de su egoísmo vergonzoso y por eso prefieren no tener dinero pues, si lo tuvieran, todos nos enteraríamos de cuán mezquinos son en realidad.
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22 comentarios:
Creo que si obtuviera en la lotería un premio grande, lo mantendría en secreto ante todo el mundo. No lo sabrían nadie.
Yo también, la mayor cantidad de pajas me las hice por una tía, pero esta estaba casada y jamás me dio la más mínima bola.
Uno de los motivos por los que me fui de Ecuador es porque en una reunión familiar me emborraché y me filmaron proponiéndole a mi hermana los pecados más condenables.
Creo que si yo tuviera mucho dinero de golpe, lo primero que haría sería darle a mis padres todos lo que siempre se están quejando que no tienen, que mucho desearían. No quiero que sigan llorando miserias. Pagaría lo que sean para que se callen.
A mi me gustaría tener mucho poder económico y que los demás me critiquen tapizados de envidia porque nos les doy nadita. Me gusta estar sólo pero acompañado por la furia de los microbios de mi familia.
Me gustaría encontrar la fórmula mágica para que el dinero no parara de fluir de algún lado. Entonces visitaría las ONGs que se dedican a la beneficencia, les preguntaría qué necesitan y se los donaría, comprobando al tiempo si le dieron el uso que me prometieron. Ese es mi sueño con el dinero.
Últimamente se han conocido los vicios de los curas católicos con niños. ¡Qué enfermos que son! Menos mal que en mi religión esas cosas no pasan.
Agarrar una buena cantidad de plata de golpe es todo un problema. Yo no sé qué haría.
Me parece que algo de lo que ud. le dedicaba a su tía escapaba del absuluto secreto y se le reflejaba en la cara. Por algo le hizo un regalo tan apasionado a los 18.
Ayer caí ridículamente mal pero era sólo para atender el teléfono.
El alcohol me pone alegre y cuando estoy alegre soy más sincero.
Si por un suponer, ganase la lotería nacional, estoy seguro de que repartiría el dinero de forma tal que me sentiría en paz conmigo mismo y con los que quiero.
A veces, a mayor represión, mayor exitación.
Los noviazgos de antes eran la forma más erótica de entrar en la vida en común.
Los cumple de quince más divertidos son aquellos en los que amorosamente se pierde el control.
¿Por qué patética historia? Ojalá todas las tías fueran así de demostrativas.
En algún punto el egoísmo pasa a ser inconveniente para uno mismo, cuando se llega a ese punto hay que ser egoísta y rectificar.
Como algo sé de mis deseos inconfesables es que me gusta tomar alcohol. No quiero que se marchiten.
Es imposible querer a alguien o a algo más que a uno mismo. Partiendo de esa base, lo bueno sería poder hacer coincidir el propio egoísmo con el bienestar general. Ese es el amor al prójimo.
Es más fácil y tiene mucho más sentido, dar la vida de golpe, en un solo acto de pasión, como Cristo, que entregarla en tristes cuotas desvalorizadas.
El catolicismo nos pone tantos diques porque su oculto propósito es que terminemos desbocados en el mar.
Una forma barata de hacerte a ti mismo un test de personalidad es fijarte en qué gastás la plata y en qué no. Si no tenías claras tus prioridades o tu auténtica escala de valores, probá, no falla.
El deseo se vuelve más intenso cuando no se puede expresar. El problema es que se vuelve muy molesto vivir en estado de represión, además no podés estar seguro de tener la oportunidad de liberarte en el momento adecuado. Entonces la rienda suelta la das cuando tenés oportunidad. Las poquísimas veces que coincide la oportunidad con el pico de deseo, son maravillosas.
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