lunes, 8 de septiembre de 2008

Profundicemos el ocio

Si no fuera porque las personas tenemos vocación de ociosos, no existiría el salario. Lo que la opinión pública sanciona con duros adjetivos es en definitiva lo que permite que podamos tener algo tan esencial como es el salario, los honorarios, las propinas.

Por si no fui claro en el primer párrafo, agrego algunos ejemplos: Imaginen un mundo en el que algunas personas disfrutaran muchísimo fabricando muebles, otras se fascinaran barriendo las calles, otras se desvivieran por estudiar, practicar y finalmente poder realizar cirugías de alto riesgo con una eficacia imposible de superar.

Quizá estas personas imaginadas no sufren crueles tormentos como carpinteros, limpiadores o cirujanos, pero convengamos en que no podríamos contar con ellos si no fuera porque les pagamos una cantidad de dinero aceptable por sus respectivos desempeños.

Por lo tanto podemos concluir que las remuneraciones existen porque los seres humanos no somos laboriosos, esforzados, solícitos e industriosos sino que somos ociosos, holgazanes, perezosos e indolentes.

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22 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo comencé a cobrar por mi trabajo desde que tenía 7 u 8 años. Mi madre me daba unas monedas cuando yo hacía cosas que ella me pedía.

Anónimo dijo...

El día más importante del mes es cuando me pagan. Los demás son días de espera.

Anónimo dijo...

Los que protestamos contra la alienación del ser humano estamos perdidos. Nunca podremos zafar de esta cárcel donde estamos metidos.

Anónimo dijo...

Todos seríamos muy laboriosos si tuviéramos necesidades desesperantes pero además la energía para buscar las soluciones, porque a veces se da que la propia necesidad nos debilita y nos desmoronamos.

Anónimo dijo...

Me pareció interesante este punto de vista que nunca antes había conocido. Lo comentaré con mis alumnos.

Anónimo dijo...

Donde empecé a trabajar ahora es un negocio poco santo y me sorprende la cantidad de dinero que me dan de propina. Los más antiguos que yo me dicen que la tome y que no sea curioso.

Anónimo dijo...

Soy psicóloga y me cuesta mucho cobrarle a los pocos pacientes que tengo. Me parece que mi trabajo no vale. ¿Será porque deseo tanto ser consultada?

Anónimo dijo...

Encontré un buen argumento para defenderme de las críticas de mis padres. Gracias mil.

Saludos. Ya van a ver!!

Anónimo dijo...

Mi papá amplió su fábrica y contrató más personas. En un mes le han salido muchísimas canas. Está muy amargado, le cuesta dormir. Tengo miedo que se enferme.

Anónimo dijo...

Mi sueño es ser tan solicitado que pueda rematar mis honorarios como podólogo y que la gente ofrezca más y más dinero por tener una consulta conmigo.

Anónimo dijo...

El sueño mío es formar parte de un equipo de 8 o 10 personas que hagamos diferentes trabajos y que lo que gana cada uno se junte y luego se reparta en partes iguales. Un día soy barrendero, otro día soy pintor, otro día reparto pizza, y así. Nunca me aburriría.

Anónimo dijo...

Yo creo que las personas sí somos laboriosas, pero vivimos en una sociedad que no es estimulante porque acá lo que se premia es el egoísmo y el individualismo.

Anónimo dijo...

Lo peor de todo es que de niños la mayoría de los padres considerarían antinatural pagarle a sus hijos para que hagan sus deberes o cualquier otra tarea extra que les pidamos. Mantenerlos sí, pero pagar por su trabajo no. Y claro, después salimos al mundo adulto y nos parece raro que todo servicio tenga un precio, tanto los servicios que brindamos como los que nos brindan.

Anónimo dijo...

Ese chico se parece a mí, con la diferencia de que yo ni siquiera me visto.

Anónimo dijo...

Me parece un hermoso sueño una humanidad de seres alegres y laboriosos, organizados para vivir en sociedad, satisfacer sus necesidades complementando el trabajo de unos y de otros. Entonces desaparecería el salario, los honorarios y las propinas.
El dinero simplificó por una lado y trajo los peores males por el otro. El gran salto de la humanidad será encontrar una forma de organización en la que no sea necesario el dinero. Para llegar a eso habrá que trabajar durante cientos de años el desarrollo espiritual y la salud mental ( que acaso sean la misma cosa)

Anónimo dijo...

Si el salario es hijo de la natural tendencia al ocio del ser humano, es hora de ponerse las pilas.
Los que mejor te las pueden colocar son los psicoanalistas, claro que deberían predicar con el ejemplo y no los veo. O mejor dicho "las condiciones no están dadas, camaradas"

Anónimo dijo...

Se me ocurrió una forma de vivir en comunidad: yo fabrico muebles, andrés barre las calles, lautaro estudia y practica cirugías. Los tres hacemos trueque y conseguimos: por una cama, 3 recargas de garrafa, por un mes de barrida 30 bidones de agua y por una cirugía de alto riesgo un mes de alquiler incluyendo luz y teléfono. Nos falta alguien que fabrique aspirinas así las cambiamos por frutas, verduras y hortalizas.
La carne no imorta, somos vegetarianos.

Anónimo dijo...

A mí dame una escoba y no te pido nada.

Anónimo dijo...

¿Estás segura de que no querés cambiarla por una aspiradora?

Anónimo dijo...

Tengo vocación de ocioso pero todavía no existe la licenciatura.

Anónimo dijo...

Me gustaría más ser indoloro que indolente.

Anónimo dijo...

En mi mundo los duendes disfrutanban mucho fabricando juguetes, hasta que los chinos irrumpieron con su chatarra.