Me esfuerzo por ser razonable la mayor parte del tiempo sin olvidar que el razonamiento no es siempre el mejor camino para tener una buena calidad de vida.
Y no lo es porque somos proclives a utilizar la lógica como la mejor (y a veces única) forma de pensar.
Me explico:
La lógica nos dice —por ejemplo— que si A es igual a B y que B es igual a C, entonces A es igual a C. Este es un axioma, un razonamiento perfecto.
Sin embargo falla. ¿Por qué falla? Falla cuando lo que decimos de A es prejuicioso, una convicción nunca confirmada.
Veamos una idea más concreta.
Alguien puede pensar: «Para formar una familia tengo que conseguir un trabajo donde me paguen un salario».
Esta idea inicial surge porque nuestro cerebro está anatómica y fisiológicamente condicionado para segregar esa idea y no otra.
Los motivos de este condicionamiento pueden ser muchos, pero básicamente obedecen a una determinada dotación genética, a un conjunto de experiencias de vida, a una tradición familiar, etc. QUE NO SON INMUTABLES.
Nuestra dotación genética nos predispone pero no nos condiciona; si preferimos trabajar de lunes a viernes, no tenemos por qué pensar que somos esclavos de esa preferencia; si nuestros padres y abuelos fueron empleados, no estamos obligados a continuar la tradición.
Hay por lo menos dos alternativas posibles: o usted lee este artículo y lo olvida o por el contrario se produce un cambio en su conducta, por ejemplo, intentando ser empleador y no empleado.
Como intento ser razonable pero no siempre lo logro, tengo que terminar diciéndole que no depende de usted lo que haga de ahora en más. Si su infinita complejidad lo induce a cambiar, no podrá evitarlo y si lo induce a olvidar este artículo, tampoco podrá evitarlo.
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13 comentarios:
¡Me enamoré de ese perro!
(que curioso, si hubiera dicho perra, era una grosería)
A veces nos damos cuenta que A no era A, y B tampoco era B. Mucho menos que A fuera igual a B.
En esos casos no conviene sacar conclusiones con respecto a C.
Está claro que muchas mujeres forman una familia consiguiendo un trabajo que no está pago.
Aprendí que lo único inmutable es mi mujer cuando se mete en la cama.
¡Cómo puede decir que no depende de mí lo que haga! Me resisto a ser un juguete del destino.
Adrián es igual a Bruno y Bruno es igual a Carlos; por lo tanto Adrián es igual a Carlos.
Esto se resume diciendo que TODOS LOS HOMBRES SON IGUALES.
Hay muchos cerebros que sólo segregan en blanco y negro.
Dejé de ser razonable el día que me cansé de discutir.
Y si cambio de empleador a empleado ¿igual puedo seguir leyendo sus artículos?
Pensándolo bien... los motivos de mis condicionamientos pueden ser machos.
Ni siquiera a nivel de género nos condiciona nuestra dotación genética.
No le creo. Ud. es un fatalista.
ja, se cree que las sabe todas... pero está equivocado, le falta ver lo mejor de la vida.
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