domingo, 18 de octubre de 2009

Sé cómo equivocarme sin ayuda

Saber vivir bien implica saber vivir mal.

Además de un juego de palabras (porque es lindo jugar siempre que se pueda!!) también es algo filosóficamente verdadero.

Si bien hay consenso en lo que es vivir mal, éste se logra a costa de tener ideas muy imprecisas, vagas, genéricas.

Vivir mal es no tener medianamente asegurada la satisfacción de las necesidades básicas (comer, dormir, abrigo, salud, refugio, afecto).

En un arranque de bondad maníaca (exagerada, voluntarista, irracional), el gobierno noruego decidió —hace unos años— liberar a muchos delincuentes comunes unos días antes de Navidad.

A los pocos días aparecieron muchos de ellos muertos por el frío, porque no supieron cómo administrar eso que parecía un maravilloso regalo (la libertad anticipada).

La valoración personal de lo que es conveniente o inconveniente para nuestros intereses es una responsabilidad propia, indelegable, intransferible.

El dicho popular «cada uno sabe dónde le aprieta el zapato» es muy creíble y adecuado a este concepto: «Sólo yo sé lo que me conviene y tengo que conseguirlo».

Veamos tres dificultades para poder cumplir con esta tarea:

1) Si alguien se ofrece para ayudarnos con sus recomendaciones, tendremos la tentación de aprovechar esta «ayuda»;

2) Existen personas que ofrecen su ayuda para que terminemos haciendo sólo lo que a ellas les conviene. Hasta nuestros familiares más queridos suelen incurrir en este abuso;

3) Existen personas que se esfuerzan ayudando a otros porque no soportan asumir cuánta ayuda necesitan. El rol de consejeros les permite creer que ellos tienen la vida resuelta, que llegaron a esa meta inalcanzable a la que todos queremos llegar (ser felices).

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14 comentarios:

Olivia dijo...

TEngo la esperanza que algún día encontraré la frase mágica que me quite del camino la protección de mis padres.

No quiero lastimarlos pero son insoportables ¡pobres!

Lily dijo...

Quisiera ser de los que deciden sin consultar o desoyendo las opiniones opuestas.

No puedo. Me siento como anémica en este tema.

Damián dijo...

Los presos noruegos aparecieron muertos porque los soltaron sin darles trabajo, siendo que tenían antecedentes y por lo tanto les iba a resultar difícil conseguirlo.

Adela dijo...

A veces los padres tenemos que mordernos la lengua para no hacerles recomendaciones a nuestros hijos adolescentes. Los consejos no sirven, aunque sí es importante que ellos sepan lo que pensamos.

Gerónimo dijo...

En realidad vivir mal es mucho más fácil que vivir bien.

Braulio dijo...

Más vale equivocarse por una decisión propia que por una ajena.

Filisbino dijo...

Los "ayudadores" en realidad lo que quieren es imponernos su visión de las cosas.

Anónimo dijo...

Sufro una discapacidad y estoy condenado a que me ayuden sin pedir permiso.

Faustino dijo...

Es difícil pedir ayuda, uno no termina de decidir a quién.

Juvenal dijo...

No se puede tener aseguradas las necesidades básicas, salvo las del día de ayer. Puede suceder cualquier cosa en cualquier momento.

Marisa dijo...

Todavía se sigue creyendo a nivel popular, que los psicólogos están para dar consejos.

Martín dijo...

En nombre de "yo lo que quiero es ayudarte" se meten en tu vida.

Oriente dijo...

De pronto el gobierno noruego pensaba que San Nicolás les iba a regalar una oportunidad a los excarcelados.

Grafito Paredes dijo...

No hay lucha más personal que ir tras la propia felicidad.