domingo, 13 de diciembre de 2009

Los que reinan sobre los mejores

Somos la especie más vulnerable.

El período de gestación de un ser humano toma años para alcanzar el desarrollo que otros seres vivos alcanzan en horas o días.

Estoy considerando como período de gestación a la suma de las primeras cuarenta semanas que anidamos en el útero más todo el tiempo que nos tomamos después de nacer.

Como nuestro instinto es tan precario, tenemos que aprender casi todo lo que necesitamos saber, cuando otras especies nacen con casi todo sabido.

Uno de nuestros recursos psíquicos compensatorios de esta debilidad (prematuridad) consiste en distorsionar la realidad para «percibir lo que necesitamos percibir» y no la realidad tal cual es.

Si pudiéramos observar a los demás animales, aves e insectos con la suficiente objetividad, nos sentiríamos muy deprimidos, desmoralizados y hasta avergonzados de ser tan incompletos, lentos, retrasados, falibles.

Para que esto no suceda, nuestra psiquis distorsiona los datos que recibe de la realidad.

La modificación que le hace nuestra psiquis a esos datos no es superficial, pequeña, sutil. Es drástica. Tan drástica que convierte lo negativo en positivo, la debilidad en fortaleza, la estupidez en inteligencia.

En esta subversión que hace defensivamente nuestra psiquis para apartarnos de la realidad más insoportable para nuestra autoestima, se incluye la creencia de que somos tan superiores que no dependemos del mundo material.

Somos tan superiores al resto de las especies, que poseemos una parte inmortal (espíritu), que somos los hijos predilectos del gran creador (Dios) o que tenemos derecho a explotarlos (hacerlos trabajar, cazarlos como deporte, destruirles su habitat).

Me hace gracias que algunos ejemplares de nuestra especie van un poco más allá y en lugar de cobrar dinero por su trabajo (para poder comer, vestirse y otras necesidades materiales), cobran honorarios, es decir, algo que representa el honor, la dignidad, la importancia, el prestigio, la superioridad.

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14 comentarios:

Berenice dijo...

Dirás que soy estúpida, pero terminé mi carrera porque lo que quería era poder cobrar honorarios.

Mi vocación es otra muy diferente pero donde no se cobra eso (quiero bailar y que me aplaudan).

Zulma Zulema Zulú dijo...

Hi! Tus textos curan al estilo homeopático: más malas noticias!

Margarita dijo...

Me resulta tan elitista la palabra honorarios... por qué un profesional cobra honorarios y un obrero el jornal, la quincena, o el salario?

Evangelina dijo...

San Francisco reivindicó al resto de las especies del Reino Animal.

Elbio dijo...

Nos damos cuenta de como dependemos de la realidad material cuando necesitamos una intervención médica muy costosa.

Anónimo dijo...

Mi madre seguramente pensaba que yo era un gusano de seda, porque apenas nací me dejó en una caja en la vereda.

Tiago dijo...

No veo el día en el que apenas nacidos, en lugar de agujerearnos las orejas para ponernos aros o cortarnos el prepucio, nos implanten un chip que incluya primaria y secundaria completa.

Efraín dijo...

Cuando observamos a otros animales y somos conscientes de su superioridad, primero nos deprimimos y luego largamos la bronca y nos los comemos crudos (digo porque me gusta la pulpa jugosa).

Walter dijo...

Los caballos árabes también se desubican ¡hay que ver cómo viven!
Si necesitaran dinero, ellos también cobrarían honorarios.

Ingrid dijo...

Si de verdad hubiésemos sido creados a imágen y semejanza de Dios, tendríamos más omnipotencia todavía.

Hada dijo...

Nunca dependí del ordinario mundo material.

Morgana dijo...

En caso de que un cirujano viniera a operarme con esa indumentaria, le pediría matrimonio.

Mariela dijo...

Yo quiero ver qué hay detrás de la máscara.

Natalia dijo...

Cuando el perro está enfermo, no come, se echa, espera, se queda quieto. Los demás integrantes de la flia, hacemos mucho pamento, movemos cielo y tierra.

Toby es genio.