En el artículo publicado hace pocos días con el título La fortaleza del carácter comentaba sobre la posibilidad de que un carácter débil sea una causa de la pobreza patológica.
El instinto de conservación actúa teniendo en cuenta nuestro talento, los recursos anímicos y las condiciones existenciales actuales.
Es posible pensar que el sistema financiero (bancos, casas de crédito, prestamistas) puedan ser utilizados para evitar las consecuencias indeseables de una debilidad (transitoria o permanente) del carácter.
En tanto el dinero es una forma de energía (porque con él podemos influir en nuestra calidad de vida), es posible pensar que algunas personas necesitan administrarlo de tal forma que, sin llegar a perderlo, siempre resulte escaso.
Cuando recibimos dinero prestado quedamos sometidos a los controles que sobre nuestra vida realizará el acreedor.
La presión que ejercerá sobre nosotros para rescatar el capital que nos prestó y para cobrarse las ganancias que espera tener (los intereses), funciona como un apoyo externo que termina tonificando la debilitada estructura de carácter.
Hay quienes sostienen que «somos hijos del rigor» y esto es así justamente cuando a nuestro carácter le falta el rigor natural que necesitaría tener (disciplina, autocontrol, perseverancia).
La administración del dinero se convierte en algo muy complejo para quienes poseen una debilidad de carácter. En casos extremos como son ciertos enfermos mentales o con déficit intelectual, esta característica es especialmente notoria.
Pero también las personas sanas (aunque con un carácter débil) recurren a internarse en el sistema financiero porque éste, con sus exigencias, cuidará indirectamente al prestatario-cliente-paciente obligándolo a quedarse con poco dinero después de cumplir con el pago de las cuotas que se hubieran pactado.
En suma: El endeudamiento puede ser una conducta destinada a conseguir un rigor, disciplina o capacidad de administrarse que el endeudado de otra manera no tendría.
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12 comentarios:
Su planteo me parece atendible. Es importante reflexionar al respecto.
Ud ha usado las palabras justas. Yo estoy internada en el sistema financiero. No sé si podré recuperarme.
No puedo manejar mucho dinero porque me lo patino en la timba.
La salud mental es imprescindible para lograr un correcto manejo del dinero.
A veces logro autoimponerme disciplina y me siento más fuerte.
Como no tengo ninguna disciplina, hice arreglos para que me descuenten todos los gastos fijos del sueldo. Aún así me cuesta administrar lo poco que me queda.
La debilidad de mi carácter consiste en lo contrario: no puedo soltar un mango.
El rigor me pone más rebelde, conmigo ese método no sirve.
Los niños deben aprender de a poquito a administrar pequeñas cantidades de dinero.
Para sobrevivir siendo pobre (siempre que uno se mantenga dentro de los límites de la legalidad)se necesita una enorme determinación y fortaleza de carácter.
Nunca se me ocurrió que pedir préstamos podía ayudarme a fortalecer el carácter.
Mi hermana no posee salud mental, pero tiene dinero porque es terrible tacaña.
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