En el fenómeno reproductivo, todos ganamos y nadie pierde. Es pura ganancia.
Veamos unos pocos insumos para «cocinar» una hipótesis que podría aportarnos una (entre miles) explicación de por qué algunas personas son pobres aunque todo haría pensar que luchan sinceramente por dejar de serlo.
— Si usamos la palabra «producción» y la comparamos con la palabra «reproducción», podemos suponer que en la segunda sólo estamos aumentando el énfasis de la primera o también podemos pensar en la gestación de nuevos ejemplares de una especie.
— Si pensamos que en una sociedad, cada vez que alguien gana es porque inevitablemente alguien pierde (1) estamos infiriendo que ganar siempre es perjudicial, porque si vendo un auto ganando 1.000, quien me lo compra está perdiendo 1.000.
— Quien crea que así son las cosas, muy probablemente cuando concibe y cría a sus hijos haciéndose cargo de lo que consumen, de las noches sin dormir o de otras infaltables preocupaciones inherentes a tener hijos, terminará pensando que cuando ellos crezcan y puedan ganar dinero, no deberían olvidar que lo que tienen (vida, educación, amor) lo recibieron de otros (los padres) que forzosamente perdieron todo eso que los hijos recibieron.
Con estos ingredientes, podemos terminar creyendo que los hijos adultos están en deuda con sus padres por todo lo que estos «le dieron».
No es nada fácil comenzar la interesante pero compleja empresa de vivir, formarse y tener una familia, con una deuda infinitamente grande... que algún día deberemos pagar.
Lo cierto es que no siempre que alguien gana otro pierde.
Lo que hacemos como padres es satisfacer nuestro deseo ingobernable de reproducirnos, transformando elementos que tomamos de la naturaleza (del planeta) y que nadie pierde.
En el caso de la reproducción, todos ganamos porque la especie se conserva, los padres nos gratificamos y los hijos viven.
(1) Los ricos son campeones
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11 comentarios:
Si llego a la edad adulta sintiendo que cargo una deuda con mis padres, trataré de pagarla. Puede que me hagan sentir que nunca termino de saldarla; es tanto lo que ellos han hecho por mí! En ese caso, todo lo que produzca no será suficiente. No alcanzará para pagarle a ellos y tampoco para sustentarme a mí.
Está claro que en el caso de la reproducción todos ganamos.
En algunas transacciones comerciales no queda tan claro.
Debemos reciprocidad?
La pregunta de Ma. Eugenia me sugiere otras preguntas.
Cuando actuamos de acuerdo a nuestros sentimientos, respaldamos nuestros actos en la ideología dominante?
A ver si me explico. La reciprocidad, por ej, es una forma de actuar que nos nace; actuamos con reciprocidad impulsados por un sentimiento de gratitud. Lo hacemos sin pensar, sin buscarle la lógica. Otro ej, quizás más claro es el de la persona que se tira al río para salvar a un amigo, siendo que no sabe nadar. Cuando actuamos así, la razón queda en un segundo plano, pero sigue operando en nosotros. Es ahí que actúa en armonía con la ideología dominante (la forma de ver el mundo que predomina en una cultura). Por eso el sentimiento de gratitud nace espontáneamente; porque el terreno ya está abonado para que nuestras reacciones se correspondan con lo que es bueno para nuestro tiempo y en nuestra sociedad.
Hasta no hace demasiado tiempo, existía la costumbre de que la hija menor debía quedar soltera para poder cuidar a sus padres cuando envejecieran.
Gente, estoy con gripe, así que ahora tengo la deuda conmigo.
Pero uds. sigan opinando!
Aprovechamos este espacio para dejarle este mensaje a Carolina, nuestra hija:
Tu nacimiento nos hizo padres, y como padres crecimos en amor. Tu vida enriqueció la nuestra, tu llanto hizo más profundo nuestro llanto, tus alegrías iluminaron nuestro camino.
Hija, qué maravilloso ha sido que llegaras al mundo!
Fui madre a los quince y tuve que terminar con mi adolescencia de golpe. Fue duro, tuve mucha bronca.
Uno no se puede hacer cargo de lo que ellos consumen. La droga puede más que los padres.
Y claro, cuando un amigo te hace un favor le decís "te debo una", pero a los padres, que te dieron la vida, les debés todo.
Isaías, no entendiste nada!!
Ellos te tuvieron porque te deseaban. Y si te engendraron por accidente... bueno, igual.
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