sábado, 18 de febrero de 2012

El cerebro y la preferencia ideológica - (Artículo Nº 1.468)

La preferencia ideológica por el capitalismo o el socialismo es afectiva y cerebral.

Imaginemos la existencia de dos colectividades vecinas pero con culturas diferentes.

En una tienen la costumbre de realizar una ceremonia cuando los hijos cumplen dieciocho años, en la cual, solemnemente, los padres se reúnen con sus hijos y bajo la mirada testimonial de otros amigos, familiares y conocidos, el padre o la madre pronuncian algunas frases del tipo:

«Queridos hijos: hasta aquí llegamos juntos. Ahora ustedes se van cada uno por su lado y arréglense como puedan. Los ayudamos a desarrollarse como mejor pudimos. Ahora que somos vuestros amigos, queremos decirles que ¡les deseamos los mejor!»

A continuación, se confunden en cariñosos abrazos, familiares, amigos y conocidos.

En la comunidad vecina no realizan esta ceremonia. Los acontecimientos se van desarrollando naturalmente. Cuando los padres envejecen, ayudan en el cuidado de los nietos, dejan de trabajar y son cuidados por los hijos. Las familias cambian de tamaño incorporando yernos, nueras, nietos y sufriendo los fallecimientos.

El capitalismo se basa en la propiedad privada y en la libre competencia mientras que el socialismo se basa en la propiedad colectiva y en la administración de los asuntos económicos monopolizada por el Estado.

A cada habitante del planeta le toca vivir en un territorio que ya tiene una forma de administrar sus asuntos económicos, sin embargo cada uno está determinado orgánicamente (determinismo) para adherir emocionalmente al sistema que más le guste.

Quienes se sentirían cómodos en la primera comunidad, esa en la que los padres y los hijos se divorcian a los dieciocho años, prefieren el capitalismo y quienes se sentirían cómodos en la segunda comunidad, esa en la que el vínculo familiar no se rompe nunca, prefieren el socialismo.

La mayoría de los pueblos adopta y prefiere un sistema mixto.

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9 comentarios:

Sandra39 dijo...

Habrá que adoptar un sistema mixto y luego continuar perfeccionándolo.

Norton dijo...

Cae en un psicologismo cuando afirma que quienes prefieren el socialismo tienen más dificultades para separarse de los padres, o que quienes prefieren el capitalismo son más independientes.

Alicia dijo...

La importancia de lo afectivo en nuestras posturas ideológicas es enorme. Cuando optamos por una ideología, estamos identificándonos con quienes la defienden. El portador del mensaje se vuelve crucial, es esa persona o ese grupo de personas a las que ubicamos como modelo, son quienes aportan un rostro y una figura a nuestras preferencias. Los asociamos a un modo de vida, un estilo de conducta, en definitiva a un conjunto de valores, que han enraizado en nosotros y sin los cuales perderíamos estabilidad.

Santiago dijo...

En cuanto al planteo de Alicia, quiero destacar que en el esfuerzo por construir nuestra identidad, vamos tomando todo material que nos resulte útil, que nos aporte firmeza. Probablemente adoptaremos la ideología que mejor convine con nuestro modelo familiar, por eso básicamente estoy de acuerdo con la postura de Fernando.

Luis dijo...

En realidad padres e hijos de alguna manera siguen juntos hasta el final, con vidas separadas pero íntimamente involucrados.

Lucas dijo...

Dicen que en la vecindad todos quieren pertenecer a la comunidad que hace la ceremonia, porque ese día dan feriado.

Ernesto dijo...

Muy lentamente, Cuba está intentando adoptar un sistema mixto. Ya se pueden realizar emprendimientos privados, aunque todavía no están habilitados para exportar.

Damián dijo...

Las familias cambian de tamaño, pero a muchas les sigue costando incorporar a los suegros.

Alba dijo...

Deseable sería que los padres y los hijos se independizaran sin necesidad de divorciarse.