miércoles, 18 de abril de 2012

La fortaleza de la flexibilidad

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Lo poco o mucho que podamos hacer para conservarnos vivos, sanos y conformes, obtiene los mejores resultados de la flexibilidad.

Parecería ser que los humanos traemos algunas ideas incorporadas al cerebro así como las computadoras nuevas vienen con algún sistema operativo instalado por el fabricante.

Una de esas ideas es que para vivir tenemos que ser fuertes, entendiendo por «fuertes», la inflexibilidad, la dureza, la rigidez.

Aunque parecería ser que es la naturaleza la única que determina cuándo estamos vivos y cuándo dejamos de estarlo, nuestra filosofía, nuestra ideología, nuestra configuración de mundo, nos predisponen mejor o peor ante la suerte de seguir vivos, sanos y conformes.

Hace un tiempo publiqué en otro blog un pensamiento cuyo texto es: «Habría que tener mucho dinero para lograr la felicidad de quienes no tienen dinero». (1)

Aunque puede generar varias interpretaciones, la que a mí me inspira (que no es ni mejor ni peor que cualquier otra) es que la pobreza constituye una forma muy eficaz para «seguir vivos, sanos y conformes».

De esta interpretación puede deducirse que la riqueza es el camino más arduo, complejo y quizá no siempre más eficaz para alcanzar esos logros («seguir vivos, ...»).

El prejuicio universal según el cual «fuerte equivale a rígido» está en el núcleo de considerar a la riqueza como la mejor forma de vivir.

Como es lógico que ocurra, toda persona poseída por este prejuicio, será llevada inevitablemente a creer que la pobreza equivale a la debilidad que se manifiesta por la flexibilidad (falta de rigidez).

Hasta podríamos resumir diciendo que, según el prejuicio que estoy mencionando, toda flexibilidad equivale a debilidad y que toda pobreza equivale a debilidad.

Podría pensarse que nuestro desempeño sería bueno cuando tuviéramos incorporada la idea según la cual la flexibilidad aporta la fortaleza más eficaz.

(1) Significante Nº 1.161

(Este es el Artículo Nº 1.528)

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9 comentarios:

Efraín dijo...

Lo peor que podemos hacer es creer que para llegar a un lugar, existe un único camino.

Alicia dijo...

La rigidez y la estereotipia son síntomas de algunas enfermedades mentales -mal llamadas mentales-, porque involucran a todo nuestro ser y muchas veces somatizamos conflictos internos, que podrían no presentarse si fuéramos más flexibles.

Diana dijo...

Si somos duros con los otros, es probable que también lo seamos con nosotros mismos. Aunque a veces ocurre lo contrario, sin darnos cuenta somos demasiado permisivos con nosotros mismos y muy exigentes con los demás. Un ej. es el hombre que engaña a su mujer, pero si se entera que ella lo engaña, puede llegar incluso a cometer un crimen pasional.

Luis dijo...

La fortaleza que nos puede dar la inflexibilidad, en ocasiones ayuda a soportar momentos difíciles de la vida, de todos modos creo que a la corta o a la larga, termina perjudicándonos.

Mariana dijo...

Ser demasiado rígidos nos vuelve desconformes porque depositamos espectativas excesivas en el otro.

el poeta dijo...

Ante el viento fuerte,
el junco flexible no se quiebra, sin embargo los árboles,
en su aparente fortaleza,
son arrancados de cuajo
cuando los castiga la tormenta.

Margarita dijo...

He visto niños conduciendo carros tirados por un caballo, buscando cartón y plástico, rescatando restos de comida, yendo por las verdulerías para conseguir verdura pasada para alimentar a su caballo. Los he visto riendo, aguerridos, orgullosos, haciéndose los hombres pitando un cigarro. También los he visto tristes y cansados, esperando alguna moneda a la puerta del supermercado.
Y también, pero muchas veces, he visto niños nerviosos, sin sosiego, en una casa confortable.

Marcos dijo...

Para seguir vivos tenemos que adaptarnos a las nuevas situaciones. Para adaptarnos necesitamos flexibilidad.

Julián dijo...

Las personas demasiado flexibles son como un flan. Van para donde sople el viento, cambian sus gustos y valores si cambian de pareja o de grupo de amigos. Están desorientados y son incoherentes. Tienen dificultad para tomar decisiones y encontrar su identidad.