Antes los escritores dependían de su talento y productividad,
pero ahora dependen de su fidelidad a los criterios comerciales y publicitarios
de las editoriales.
A partir de tener algunas ideas sobre cómo
funciona la cabeza de los empresarios, les propongo una idea que ustedes pueden
revisar con lo que también saben y opinan.
Empresarios son aquellas personas que se las
ingenian para hacer transacciones comerciales, comprando mercadería hecha o
administrando su fabricación, para luego venderla a un precio superior a los
costos y obtener así una ganancia... que remunera:
— La creatividad aplicada para vincular «deseantes y/o necesitados»
en vender con «deseantes y/o necesitados» en comprar;
— El
esfuerzo de comunicación entre unos y otros agentes económicos (vendedores y
compradores);
— Las
posibles inversiones de su propio capital, lo cual implica no solo correr el
riesgo de perderlo total o parcialmente sino también privarse de la
rentabilidad que obtendría en otras inversiones (bursátiles, por ejemplo).
En suma: Un empresario es
alguien que gana dinero (satisface su necesidad y deseo) dándole satisfacción a
necesidades y deseos ajenos.
Luego de esta introducción, les propongo la
idea prometida al principio.
Hasta hace quizá 30 años los artistas valiosos
por su talento para crear historias y personajes que deleitan a los lectores,
producían algún texto y luego buscaban una editorial que se los publicara
porque los escritores desean y necesitan vender su obra.
Una vez publicada la obra, quedaba en manos
del público favorecerlo con su aprobación o no.
Ahora las editoriales aplican todo su esfuerzo
económico a «convertir
en exitosos» solo a quienes:
— sepan redactar;
— acepten obedientemente los criterios
comerciales (desarrollar temas «vendibles», participar con entusiasmo en todas las presentaciones,
entrevistas, actos culturales); y
— sean fotogénicos.
Del éxito de ventas se encarga la publicidad,
pues la publicidad determina
qué habrá de gustarnos y qué no.
(Este es el
Artículo Nº 1.531)
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10 comentarios:
Antes que la publicidad estuviera tan desarrollada, pienso que los escritores dependían en gran medida, de su círculo de amigos. Ese círculo estaba compuesto por personas que compartían intereses similares. En muchos casos, además, había artistas que integraban ese círculo y a su vez estaban vinculados a políticos de peso. Estos factores los volvían dependientes (a los escritores y artistas en general)de su coherencia, tanto para permanecer dentro del círculo de amigos como para mantener esos contactos importantes.
No conozco mucho el tema, pero por lo poco que sé, la enorme mayoría de las editoriales, como dice Fernando, le arman al escritor un programa de eventos en los que debe participar para promocionar su libro.
También están las exigencias de producción. Según he escuchado, se firman contratos entre el escritor y la editorial, según los cuales este último se compromete a mantener un determinado ritmo de producción (sacar una novela cada dos años, por ej).
Es posible que Borges, con 30 años al día de hoy, fuera exitoso. Lo ayudaría su particular método de seducción: las frases fuera de tono, el sarcasmo, sus posturas políticas (políticamente incorrectas). Si bien es cierto que nunca obtuvo el Premio Nóbel, ganó muchísima fama y adhesión, no sólo (creo yo) por su erudición y sus notables dotes de escritor, sino también por el personaje que montó.
No sé si para las editoriales es tan importante que el escritor sepa redactar. Están los correctores de estilo y eso se puede solucionar. Pienso que los factores más importantes son: que los temas sean vendibles y que el escritor seduzca en sus presentaciones.
Los libros de autoayuda se están vendiendo mucho. Si no me equivoco, en nuestro país están en los primeros lugares de venta. Los escritores de este género, se ponen de moda y muchas veces continúan recibiendo la adhesión popular durante décadas.
Evidentemente este éxito de ventas de los libros de autoayuda, nos está diciendo algo del público lector. ¿Qué necesitan del libro? Parecería que divertirse, disfrutar, aprender, son cuestiones que pasan a un segundo plano. Gana la necesidad de encontrarle una salida al sufrimiento, encontrar formas de levantarse y seguir adelante.
Parece que para tener éxito en la vida, siempre hay que ser fieles a algo o a alguien...
O más bien ser fieles a uno mismo. Eso te da éxito, aunque es una forma de éxito poco notoria.
Antes los diarios tenían muchísimo peso. Mucha gente leía los diarios. A través de ellos obtenían promoción muchos escritores. Lo que quiero decir, es que con variantes, en realidad, enormes variantes, en el fondo el fenómeno creo que sigue siendo el mismo.
Pensando el aporte de Ingrid, en cuanto a que los lectores necesitan encontrar soluciones a su sufrimiento, se me ocurre otra hipótesis. Puede que los lectores encuentren placer en leer libros que hablan de sufrimientos, conflictos, limitaciones, que ellos padecen. El placer puede sobrevenir de sentir que no están solos en estas problemáticas, ya que son muchas personas las que leen e intercambian estos libros. A un nivel más profundo, podemos aventurar la hipótesis de que ese placer proviene de la necesidad de sufrir para sentirse vivos.
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