De buenas a primeras resulta que el cigarrillo
es el enemigo público número uno. En horas, a la humanidad le atacó una fobia
paranoica delirante y hasta el olor a tabaco produce cáncer con metástasis,
incurable, terminal, fulminante.
Mi pequeñito Uruguay, con apenas tres millones
y pico de habitantes, tuvo la dudosa suerte de estar gobernado nada menos que
por un oncólogo católico (Tabaré Vázquez) quien nos convirtió en abanderados de
la hipocondría occidental.
Ya habrán adivinado que adoro el tabaco hasta
como infusión digestiva y que no simpatizo con el autoritarismo
médico-religioso.
Pero comencé diciendo esto porque me olvidé
que a ustedes no les interesa cuáles son mis creencias personales respecto a
los criterios de salud.
Quizá pueda interesarles un poco más
acompañarme a pensar que este fenómeno de fobia inducida con la velocidad de un
relámpago, puede ser usado con otros fines: para inducirnos conductas masivas
en brevísimo tiempo.
Mi razonamiento es que si este hábito (fumar)
fue exterminado en pocas horas luego de tener una vigencia de siglos, algo por
el estilo podría hacerse respecto a un fenómeno económico-social aparentemente
muy importante.
Me refiero a lo que les comentaba en otros
artículos (1) cuando les decía que las necesidades y los deseos son
imprescindibles para conservar la vida.
La población se divide en tres sectores, cuyos
tamaños son muy diferentes.
— una mayoría son los pobres: personas que
poseen y conservan muchas necesidades y deseos;
— una cantidad algo menor son los indigentes:
personas que padecen necesidades y deseos desproporcionadamente grandes,
excesivamente penosos, peligrosamente exagerados; y
— un grupo más pequeño integrado por los
ricos: personas que padecen una carencia exagerada de las vitales necesidades y
deseos.
(Este es el
Artículo Nº 1.538)
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11 comentarios:
A veces me olvido que las vitales necesidades pasan por la alimentación, el sueño y la sexualidad (dado que aunque el acto sexual no tenga una finalidad reproductiva, de todos modos está inspcripta en la parte más primitiva de nuestro cerebro, la necesidad de reproducirnos). Obviamente esas necesidades los ricos las tienen cubiertas, no necesitan luchar por ellas. No es lo mismo tener las necesidades vitales cubiertas, a tener satisfecha la necesidad de calzar unas buenas ¨bases¨ y un gorro nike. Si tenés estos implementos de la vestimenta, te sentís más valioso, pero igual tenés que lucharla día a día para comer. Los ricos no, lo vital lo tienen resuelto. Capaz que ahora interpreto a qué es que se refiere cuando habla de necesidades vitales insatisfechas.
No entiendo su planteo, Mieres. Los ricos están llenos de deseos. Siempre quieren más y más. Si tienen una pinacoteca no les alcanza, entonces coleccionan autos antiguos o cambian de avioneta.
Es bien posible, como ud dice, que si la reacción hacia el cigarrillo cambió tan rápidamente con una campaña publicitaria (y con el aumento de precio de los cigarros, no lo olvidemos), también pueda cambiar el concepto que tenemos hacia los ricos, usando la misma estrategia. Da para pensarlo.
¿Ud lo que desea es que nos apiademos de los ricos? ¿Que los sintamos tan víctimas como nosotros? ¿Que entendamos como funcionan sus cabezas? No está mal que eso suceda, que podamos aclararnos tantas cosas. De pronto ellos mismos pueden descubrir lo que les está pasando, y lanzar la campaña.
Sí, mejor que financien ellos la campaña :)
Es la primera vez que alguien me dice que soy privilegiada por ser pobre (bah... clase media)
¿Cuál es el fenómeno económico social importante al que ud se refiere? No me queda del todo claro.
Creo que Fernado se refiere a la importancia de las necesidades y los deseos para mantener la vida. Aunque claro, de pronto la confusión viene porque el artículo parece estar centrado en la problemática específica de los ricos.
De los indigentes y los pobres ya nos venimos ocupando desde hace siglos. De los que creo que nunca nos hemos ocupado, es de los ricos. Les tenemos bronca, envidia, nos parecen malas personas, nos parecen peligrosos. Quizás en muchos de estos pareceres y juicios estamos acertados, pero... todas estas ideas que tenemos acerca de los ricos, dificultan nuestra capacidad de acción para buscarle solución al problema de la distribución de la riqueza.
Continuando el pensamiento de Gabriela: entender el padecimiento de los ricos, sirve tanto para ayudarlos a ellos, como para ayudarnos a resolver el problema de la distribución de la riqueza, como decía Gabi.
Ahora caigo!! Hay tantos pobres porque reciben más amor y hay menos ricos porque reciben más odio. Lo que pasa es que esto mismo lo explicamos suponiendo razones propias de la condición de "ricos", son una porquería, avaros, degenerados.
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