La carencia de dinero (pobreza) resulta atractiva y placentera para quienes «estar pelados» (sin dinero) equivale a «estar desnudos».
«Como Dios lo trajo al mundo» ... es un sinónimo de desnudo pero también de
cualquier otra característica del recién nacido que difícilmente encontremos en
la adultez, por ejemplo, «sin
dinero».
La desnudez
es un placer generalmente prohibido porque nuestra cultura nos obliga a estar
cubiertos de ropa, inclusive en nuestro hogar, fundamentalmente porque la
proximidad a un cuerpo desnudo estimula el deseo sexual y tenemos sabido que
está prohibido el incesto.
Está
permitida la casi total desnudez en las playas y en algunos parques. Para la
desnudez completa solo falta destapar los pezones y el vello púbico... si no
fue depilado (pelado).
Son objeto
de cobertura (vestimenta) obligatoria, los órganos genitales masculinos y los
pezones femeninos, porque la vulva es de por sí muy poco visible hasta para su
dueña.
La desnudez
es placentera y por serlo genera vergüenza. La timidez se estimula cuando
imaginamos que otro se entera de que estamos disfrutando o deseando disfrutar.
No sé si
existen estadísticas confiables, pero lo cierto es que a muchas personas les
gusta pasearse desnudas por su casa cuando los demás habitantes no están.
Podríamos
suponer que el desnudista goza imaginando las miradas libidinosas que recibiría
de quienes él desea eróticamente.
Antes
mencioné la palabra «pelado» para referirme al vello púbico depilado. Esto fue
así para retomar el inicio de este artículo.
La palabra
«pelado» tiene varias acepciones (1). Al leerlas nos encontramos con que aluden
a «desnudez», «vergüenza», «pobreza», «prostitución», por lo que podemos pensar
que estos cuatro conceptos están vinculados lingüística y psicológicamente
entre sí.
En suma: Puede ser atractiva para muchos la
desnudez que connota estar «pelados», para lo cual es preciso estar «pelados»,
sin dinero, pobres.
(Este es el
Artículo Nº 1.677)
●●●
15 comentarios:
A las playas nudistas concurren todo tipo de personas. Ricos y pobres, pero sobre todo personas acomodadas, de buenos ingresos. Tomando la línea de pensamiento que Ud. plantea, llama la atención que los ricos vayan a esas playas a desnudarse. Pero si lo pensamos un poco más, quizás quienes tengan más necesidad de desnudarse sean los ricos, porque desean volver a sentir esa fragilidad, esa pobreza, que experimentaronn cuando eran niños.
Un pobre puede desnudarse para reafirmar, inconscientemente, su realidad de pobre.
Yo soy de la idea de que quien quiere ser pobre o quiere ser rico, de un modo u otro lo logra. No hablo de tener ganas de ser esto o aquello, hablo de una necesidad profunda de la cual el titular no está enterado.
A las mujeres nos gusta desnudarnos para sentir las miradas de los otros (las otras mujeres y los hombres), posadas sobre nuestro cuerpo.
Todos deseamos eróticamente a nuestros padres, sólo que ese deseo queda sepultado en el más profundo de los olvidos. Se me da por pensar que quien queda demasiado fijado a esa etapa de la vida (primeros cinco años), no tiene demasiado lugar para desear otras cosas. Lo más probable es que se incline hacia la pobreza para sentir de algún modo la ilusión de que podrá estar en brazos de su madre nuevamente.
Desear la posesión de dinero puede ser la sublimación del deseo de posesión de la madre.
Un padre pelado te arroja a la pobreza.
Ta bien el determinismo Rulo, pero se te fue la moto.
Los hombres que conservan el pelo sienten terror de quedar metafóricamente pelados.
Me gusta pasearme desnuda por mi casa cuando los demás habitantes no están, o no se los ve.
El alba se pasea desnuda por la casa mientras descubro pequeñas manchas en la pared que forman un enorme candelabro.
El desnudista goza de su piel acariciada por largas pestañas.
No sé si existen estadísticas confiables, pero lo que es cierto es cierto: a todos nos gusta desnudarnos para meternos en la bañera.
Para sacarnos las impurezas nos desnudamos. Lo impuro podría ser la vestimenta, la investidura, la plata.
Hace unas cuántas décadas ya, en el Colegio de monjas nos obligaban a bañarnos de camisón. Ahí el mensaje era que lo impuro estaba en el cuerpo. Así que con el tiempo no tuve una vida sexual demasiado satisfactoria, pero sí hice mucho dinero.
Publicar un comentario