Las historietas de los súper héroes, si bien funcionan como calmantes de la angustia económica, muestran protagonistas que trabajan gratis.
Puedo afirmar, con temor a equivocarme, que el
arte es un ansiolítico natural, precursor de los psicofármacos.
No me extrañaría que ya alguien haya pensando
cómo relacionar los estados de ánimo colectivos con los estilos artísticos que
los acompañan.
Entre la gran depresión economía de 1930 en
Estados Unidos y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, surgieron las
historietas de Superman y de Batman.
El consumo de estos productos es masivo y no
por puro antojo, sino porque son calmantes, aunque en términos coloquiales
digamos que son divertidos, entretenidos, cómicos...De hecho el género se
denomina comic.
Si
los leemos en periodos de auge parecen más fantasiosos que si los leemos cuando
estamos realmente angustiados por las penurias socio-económicas.
Los
súper personajes son individuos que tienen alguna triste historia en su
infancia y que más tarde, llevados por deseos con los que podemos
identificarnos (venganza, odio, justicia), se convierten en personas dotadas de
súper poderes con los que resuelven problemas muy importantes, aunque, oportuno
es reconocerlo, nunca se vio que Batman o Superman se hayan preocupado por
terminar con las guerras o la pobreza mundial.
Son
individuos que trabajan en solitario (Robin tiene una importancia similar a los
chicos «alcanzapelotas» del tenis), pero que resuelven situaciones que
involucran a poblaciones numerosas.
Ambos
poseen una doble personalidad (que se diferencia por la vestimenta y la
actitud) y son solteros: nunca terminan involucrándose seriamente con alguna
mujer, gracias a lo cual los homosexuales también pueden identificarse con
ellos.
Si
funcionan como ansiolíticos es porque podemos identificarnos con ellos e
imaginarnos súper poderosos precisamente cuando estamos cursando períodos de
angustia social y económica.
El
efecto secundario adverso está en que trabajan gratis.
(Este es el
Artículo Nº 1.662)
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12 comentarios:
Creo que es peor aún, los súper héroes trabajan gratis como súper héroes, pero además son capaces de sostener un trabajo, como en el caso de Súperman, que trabaja como periodista. En el caso de Batman es distinto, el ha heredado una importante herencia, sin embargo en algunas versiones, él sigue siendo responsable de la empresa de su padre. En pocas palabras: pueden con todo. Con su vida justiciera y con su vida como ciudadanos comunes. Si creemos que somos como ellos, y como los niños, a veces realmente creemos que somos ellos, nos engañaremos pero por momentos afianzaremos la confianza en nosotros mismos. Si por el contrario, entramos a compararnos, nos sentiremos unas pobres hormigas insignificantes.
Los fármacos, así como los súper- héroes, nos ofrecen la ilusión de que hemos superados nuestras limitaciones y problemas, a tal punto que nos queda resto para ocuparnos de los problemas de los demás.
Tener problemas irresueltos no siempre signigica que no podamos involucrarnos con los problemas de otros; por el contrario, muchas veces nos involucramos de manera altruista con las dificultades ajenas porque nosotros también las tenemos.
Volviendo al tema de los fármacos y sus puntos de encuentro con el efecto causado por los súper-héroes, pienso que pueden cumplir una función necesaria para que el individuo pueda rearmarse y enfrentar la realidad. Como casi todo, es un problema de grados. Si sentimos que la vida es un cómic y que nosotros somos el héroe protagonista, ahí piramos. Si creemos que las pastillitas nos resolverán todos los problemas, estaremos expuestos a la decepción e incluso a la desesperación.
Los héroes de los cómics trabajan en solitario porque vivimos en una sociedad individualista. Además porque ellos tienen la íntima convicción de que pueden con todo. Están por encima de los demás y encima se lo creen. Esa actitud entraña grandes peligros. Si nosotros adoptamos el mismo punto de vista, podemos convertirnos en personas peligrosas para nosotros mismos y para los demás. Cuando una idea o un conjunto de valores, impregnan nuestra vida masivamente, la razón no ayuda a pensar, sino que por el contrario, nos vuelve irracionales, desmesurados, extremistas. Es como que la razón se pone al servicio de nuestras creencias.
Como dice Ingrid, son solitarios por individualistas pero también porque ellos encarnan todo el bien y del otro lado está todo el mal, sumado a la ineficacia o tontería del resto (por ej. policías). Eso de creerse bueno y pensar a menudo que todos los demás son malos o tontos, nos pasa a todos. A algunos demasiado a menudo, a otros se nos pasa por la cabeza especialmente cuando tenemos discusiones o peleas con familiares, amigos, compañeros de trabajo. Esto es también sumamente peligroso, porque no es real, es un juicio apresurado que hacemos para salirnos de la angustia y la incertidumbre.
El súper-héroe con alcanza pelotas, es también una situación que refleja fielmente la realidad de todas las épocas. Si bien el líder siempre está bastante solo y expuesto, en general tiene algún secretario incondicional, ¨el mano derecha¨, que lo acompaña fielmente y adopta una actitud subordinada. Un papel similar al que cumplía la mujer hasta hace algunas décadas y que aún muchas de nosotras seguimos cumpliendo.
Los súper-héroes trabajan gratis desde el punto de vista económico, pero son los mejor pagos de toda la ciudad. Son admirados; considerados buenos y justos. Esa es terrible paga. Terrible no sólo del punto de vista cuantitativo, sino también terrible porque distorsiona la realidad. A partir de esa admiración y apoyo masivo, el héroe sentirá que tiene vía libre para hacer lo que se le ocurra -según su leal saber y entender-. Y eso que se le ocurra puede ser catastrófico.
Sí, es cierto que tienen una paga intangible, pero no deja de ser un problema que no tengan una paga en dinero. Es algo que da a entender que su labor es impagable, no tiene precio porque es demasiado valiosa. Eso afianzará una creencia infantil que arrastramos algunos adultos: no nos sentimos bien pagos. Casi siempre creemos que no nos valoran lo suficiente. Más allá de que esto es cierto en muchos casos, quedarnos fijados en esa idea no nos permite visualizar la realidad global en la que estamos incertos. No nos permite entender que el pago no representa estrictamente lo que valemos, sino que es el producto de la repartición posible y realista que hacen los gobernantes, de acuerdo a sus criterios acerca de qué áreas privilegiar para llevar adelante las estrategias que se han trazado, para llevar adelante lo que ellos entienden es el progreso de la nación.
El arte es un ansiolítico natural, como Ud. dice. Y un buen ansiolítico, porque actúa desde el disfrute y porque viabiliza la expresión, es decir, poner en palabras, objetos, colores, fotografías, films, etc, etc, aquellas cosas que nos ocupan y necesitamos metabolizar.
Que estos héroes hayan tenido una infancia desgraciada (hasta Harry Potter la tuvo), no es detalle menor. Creo que el mensaje es: a pesar de que has sufrido mucho en tu vida, puedes salir adelante y podrás con todo, con todos los enemigos y dificultades que se te presenten. Podrás con lo que sea. Esto refuerza la falsa creencia de que querer es poder. Además en este punto los cómics se emparentan con algunas religiones.
Estos personajes heroicos y altruistas de los cómics, no tienen pareja porque no se pueden permitir tener una vida propia. Están al servicio de los demás. Como pasa con los sacerdotes, por ej. ¿Acaso no se puede servir a los demás teniendo una vida personal? ¿Eso no termina convirtiéndolos en seres inhumanos? Inhumanos no por malignos o perversos, inhumanos por alejados de la realidad compartida por el resto, que tiene que trabajar, criar a sus hijos, buscar entenderse con su cónyuge. ¿Cómo pueden colaborar con esas personas si están tan alejados de todas esas realidades? Se me dirá, yo no necesito ser un drogadicto para colaborar en la rehabilitación de un drogadicto (por poner un ej), pero está comprobado que el vínculo entre pares, en el caso de adicciones y enfermedades graves, es sumamente importante. Y no sólo en estos casos, están también los grupos de padres que se reunen para buscar soluciones a los problemas que les van surgiendo en cuanto a la educación de sus hijos.
Por otro lado dan a entender que el disfrute concerniente a tener una pareja, formar una familia o disfrutar de un grupo de amigos, fuese mala cosa. Incompatible con ser bueno y altruista. Otra vez estamos en el extremo. Todo o nada. Blancos y negros que no son reales, que sólo sirven para el autoengaño y para agravar los conflictos interpersonales, religiosos, interraciales, de naturaleza política, etc.
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