Los familiares de un recién
nacido luchan por seducirlo mientras el pequeño siente que ser amado significa
ser demandado.
Nunca faltará el familiar que «desinteresadamente» le regale al
recién nacido integrante de la familia, una pelota o una muñeca según sea su
sexo anatómico.
Este
amoroso consanguíneo del nuevo ejemplar no es en realidad tan desinteresado
sino que hace el regalo tratando de asegurarse de que ese pequeñito no vaya a
convertirse en un homosexual estéril, responsable de cortar el linaje del
familiar regalador.
En suma: quienes se apuran a dar regalos sexistas
al recién nacido, están luchando muy sutilmente por «asegurarse» la
supervivencia de su apellido, sangre, linaje.
Pero este
no es el único determinante de los regalos que cada uno hará al recién nacido.
Los asistentes al pesebre, actuando como Reyes Magos que acuden guiados por una
estrella llamativamente luminosa, como ocurrió hace miles de años en Belén,
orientarán sus acciones con otras técnicas proselitistas para incorporar al
nuevo ejemplar a su causa.
Guiado por
este objetivo, difícilmente reconocible hasta por el propio «regalador
desinteresado», habrá otras acciones propagandísticas sobre la religión, el
partido político, el equipo deportivo, la clase socio-económica.
Estos
comentarios deberían parecer extraños para una mayoría de lectores porque así
funciona el inconsciente: no es que uno reciba señales débiles de este motor
anímico sino que NO RECIBE NINGUNA SEÑAL. Actuar inconscientemente significa
IGNORAR LA CAUSA de cada actitud.
El discurso
inconsciente, (que por definición jamás podremos conocer fehacientemente), de
los familiares interesados en el futuro del nuevo familiar, diría: «Tengo que
convencerlo de mis opciones, preferencias, gustos, convicciones, antes de que
otro me gane de mano».
En esta
puja amorosa, en la que también participan los padres como no podría ser de
otra manera, el pequeño siente que ser amado significa ser demandado.
(Este es el
Artículo Nº 1.676)
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10 comentarios:
Según se ha repetido durante los siglos, Jesús propuso: Ama a tu prójimo como a ti mismo. El prójimo no es toda la humanidad, sino el próximo, el que está cerca nuestro. Si amamos a la gente de nuestro entorno, tendremos más posibilidades de ser felices.
El Uruguay algunos guerrilleros que accionaron durante la década del 60 y parte del 70, redoblaron la apuesta: ama a tu prójimo más que a ti mismo.
¿Son pasibles de llevar a la realidad estas propuestas? ¿Cómo saberlo? ¿Quién lo ha experimentado?
No entiendo bien qué se quiere decir con ¨ama a tu prójimo más que a ti mismo¨. Supongo que puede referirse a dar la vida por otro u otros.
Concuerdo que amar es necesitar. En esencia no encuentro la diferencia. Y decirle a otro que lo necesitamos porque nos gusta estar con él, porque nos hace bien su humor, porque crecemos con sus pensamientos, porque adoramos sus caricias, porque nos gusta acariciarlo... debe ser lo más gratificante que te puede decir alguien.
Cuando necesitas al otro porque sos dependiente, ya sea en lo económico o en lo afectivo, no es lo mismo que necesitarlo porque nos hace bien. En esos casos necesitar no es amar.
Apoyo el punto de vista de Marcos. Si dependemos de otro para lo que sea, INCLUSIVE PARA ESTAR BIEN, no estamos generando una relación sana. El otro se convierte en un bastón en el que nos apoyamos, olvidando que el bastón se desgasta y no sirve para volar.
Es considerar al otro omnipotente, por lo tanto es exigirle más allá de lo que puede.
Con el otro cumpliendo la función de bastón, no podemos volar ni dejar volar al otro. El que se apoya porque no es libre, carece de la fuerza que da la maduración. El que sirve de bastón tampoco puede volar porque lo tenemos aferrado, y él a su vez, se deja aferrar.
Sí, hasta el amor de los padres es interesado. Incluso quizás el más interesado de todos. Un hijo nos importa mucho porque lo sentimos parte nuestra. Por eso le inculcamos nuestra ideología. Dentro de esa ideología va la orientación sexual (que generalmente pretendemos heterosexual), la escala de valores, las metas y anhelos propios que intentamos trasladar a ellos.
Somos parte de la naturaleza. Dentro de la naturaleza somos seres vivos. Todos los seres vivos, por mandato natural, buscamos preservar nuestra vida y la de la especie. En ese sentido es que utilizamos al otro para sobrevivir y reproducirnos.
Creo que habría que sacarle el dejo negativo al verbo utilizar, cuando se trata de los vínculos humanos. Nos parece bien utilizar una herramienta pero nos parece mal utilizar a las personas, cuando en realidad lo hacemos todo el tiempo.
Y una cosa es utilizar y otra distinta depredar.
Claro, creo que cuando hablamos de usar o utilizar a alguien, lo estamos diciendo en el sentido de depredar, o sea quitarle todo lo posible -hasta su vida si es necesario- para cubrir nuestros intereses personales. Por supuesto que con eso la enorme mayoría no estamos de acuerdo.
Me parece importante que nuestros hijos se sientan demandados por nosotros los padres. Es bueno que perciban que necesitamos su cariño, que confiamos cuando les pedimos algo, que buscamos lo mejor para ellos aunque a menudo nos equivoquemos.
A muchos padres se les va la mano con lo de la demanda. Incluso usan los regalos de forma cohersitiva. Demandan cosas indemandables. A veces les piden a los hijos que ocupen el lugar de padres, en edades o situaciones en las que no están preparados para hacerlo.
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