sábado, 20 de octubre de 2012

Clientes y empleadores «hijos de puta»



   
Si «diagnosticamos» a otro como «hijo de puta», intentaremos atacarlo para modificarle la mezquindad que presuntamente heredó de la madre.

Existe la creencia generalizada en que las prostitutas gozan mientras trabajan.  Hasta donde sé, esto es cierto: gozan tanto como gozan otros trabajadores que no están en la tarea equivocada para su vocación, gusto y talento.

También existe la creencia generalizada en que las trabajadoras sexuales, por el hecho de «gozar mientras trabajan», tienen un pésimo desempeño como madres, porque «es sabido» (¿?) que las madres son ejemplares si, y solo «si», se sacrifican por sus hijos, si priorizan las responsabilidades hogareñas por sobre sus propias aspiraciones y si satisfacen estrictamente las necesidades de sus hijos.

En otras palabras: una buena madre debe ser abnegada, sacrificada y preferentemente mártir, esclava de sus hijos y, si quiere ganar más aprobación, sumisa con su marido.

Con estas creencias infectando el cerebro popular, solemos llegar a una conclusión que dificulta un satisfactorio entendimiento con los empleadores y clientes.

Recordemos, antes de continuar, que es de los empleadores y de los clientes de quienes obtendremos el dinero necesario para solventar nuestros gastos, en caso de no dedicarnos al robo de bancos y demás profesiones afines.

La confusión que suele originarse entre los roles de «empleadores o clientes» y «nuestra madre» (pues ambos nos proveen de lo que necesitamos), puede llevarnos a pensar que nuestros clientes o empleadores son unos «hijos de puta» porque solo una prostituta es tan egoísta (goza, disfruta, no es abnegada) como para criar a estos (clientes o empleadores) que me exigen algo (trabajo, mercadería, puntualidad, etc.) para darme su dinero (sueldo, precio, honorarios).

Por lo tanto, si «diagnosticamos» a otro como «hijo de puta», intentaremos atacarlo para modificarle la mezquindad (avaricia, egoísmo, amarretismo, codicia) que presuntamente heredó de la madre.



(Este es el Artículo Nº 1.705)

10 comentarios:

Julia A. dijo...

Es extraño: en su trabajo, mi hijo se autonomina como "Hijo de puta", y lo dice hasta casi con orgullo. (Me dejó pensando, Lic.)

Gabriela dijo...

Muy bueno el artículo!!!!!
Yo quería erradicar de mí el insulto ¨hijo de puta¨, porque pienso que las trabajadoras sexuales no se merecen tal calificativo. Pero ahora usted le da una vuelta de tuerca al asunto, que me parece muy buena. Por algo no le decimos al jefe hijo de putO. Es probable que el jefe represente un rol materno, él me tiene que dar lo que necesito como si fuera mi madre, y si no lo hace es porque aprendió de la puta de su madre a gozar, en lugar de aprender a dar con abnegación, sin pedir nada a cambio.
Que uno también tenga que dar trabajo para recibir el sueldo, es algo que no siempre tenemos en cuenta.
Por otro lado, pretender que nuestros empleadores nos traten como si fuesen nuestra madre, es bastante tonto. Las relaciones laborales se dan entre adultos. Para peor esos adultos implicados en el vínculo laboral, muchas veces tienen intereses opuestos.

Roque dijo...

Quizá el hijo de Julia use la palabra puta como sinónimo de pícara. De pronto él se siente pícaro y visualiza a su madre como pícara. Algo así como que de tal palo tal astilla.
Aclaro que el significado que le estoy dando a la palabra pícaro no tiene una connotación negativa. Me imagino a una persona con sentido del humor y habilidad para lograr lo que se propone; sin verse obligado a dañar a otros para conseguirlo.

Daniel dijo...

Idealizar a la madre abnegada es un acto egoísta. Es pretender y reafirmar que nuestra madre está únicamente para atendernos.

Lola dijo...

Si hubiese nacido en otro contexto sería una trabajadora sexual. El chaca-chaca me encanta. Diga que nací en el seno de una familia acomodada.

Laura dijo...

Bueno, Doc. Para ser una buena madre algo de lo propio hay que sacrificar. Tampoco la pavada.

Anónimo dijo...

Durante mucho tiempo me dejé en segundo plano para ocuparme de mi marido y mis hijos. Ahora tengo una hija en Holanda, un hijo, pobrecito, en España y mi marido se casó con otra veinte años más jóven.

Anónimo dijo...

De más está decir que hay prostitutas que están desesperadas haciendo unos mangos con el fin de reunir un pequeño capital para iniciar otro negocio. Son muchas las que lo hacen porque consideran que se trata de un trabajo más ventajoso que otros, pero no porque precisamente les guste.
Le digo porque yo soy mucho de conversar con las chicas. A veces pago más para hablar que para recibir el servicio sexual.

Anónimo dijo...

A menudo las prostitutas son muy buenas madres. Que no lo sean es un mito. Se busca denostar a las prostitutas porque a cualquier hijo se le hace difícil imaginar a su madre teniendo sexo con su padre. Imaginesé,con extraños.

Oscar dijo...

A menudo las prostitutas son muy buenas madres. Que no lo sean es un mito. Se busca denostar a las prostitutas porque a cualquier hijo se le hace difícil imaginar a su madre teniendo sexo con su padre. Imaginesé,con extraños.