Así como las mujeres en actitud reproductiva saben a quién seducir, los compradores que necesitan un proveedor saben dónde comprar.
En otro artículo (1) les
comentaba la semejanza metafórica que existe entre el fenómeno comercial de la
compra-venta y las relaciones sexuales.
El motivo expuesto para
fundamentar esta analogía refiere a que cuando un comprador busca un proveedor
para obtener lo que necesita comprar actúa como una mujer que desea ser
fecundada por un hombre proveedor de espermatozoides.
Desde este punto de vista, el
varón reacciona adecuadamente si puede descargar en la vagina de ella el semen
que la fecunde. Este varón está desempeñando una actividad análoga a la del
vendedor que entrega la mercadería que le fue solicitada por el
comprador.
En la mayor parte de los casos las enfermedades aparecen y permanecen
cuando el ser humano deja de cumplir las leyes naturales.
La cultura forma parte de la naturaleza y funciona como una segunda
naturaleza.
Todo está bien cuando una y otra no detentan normas que se contradicen.
Si esto ocurre y puesto que la naturaleza universal es indudablemente más
poderosa, el ser humano que prefiera cumplir las normas culturales en desmedro
de las universales se convierte en un campo de conflicto donde ocurrirá lo
inevitable: él sufrirá las mayores pérdidas porque a mediano plazo, las leyes
naturales terminan imponiéndose sobre las culturales.
La idea que contiene el párrafo anterior también puede expresarse
diciendo: Cuando por cumplir los dictados de la cultura tenemos conductas
anti-naturales, salimos perjudicados.
Retomando el eje temático planteado al principio, quienes tengan como
medio de vida vender, aplican mejor su esfuerzo si solo mantienen informando a
sus potenciales clientes sobre lo que ofrecen en vez de insistirle para que le
compren. Al igual que las mujeres en actitud reproductiva, los compradores
saben dónde comprar.
(Este es el
Artículo Nº 1.714)
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12 comentarios:
No sé... yo me siento más segura cuando consulto con el vendedor. Sé que a veces resulto medio pesada, pero soy así. Me gusta preguntar y que me guíen o me sugieran.
El comentario anterior, fue mío (Verónica) lo subí antes de terminar de escribir mi nombre.
Aprovecho para agregar que soy muy ansiosa y quizá por eso me calmo cuando el vendedor o la vendedora me dicen qué me conviene. Sobre todo cuando compro ropa.
Usted dice que cuando cumplimos sólo con los dictados de la cultura, tenemos conductas antinaturales. Puede que eso suceda, aunque al cumplir con los dictados de la cultura nos aseguramos que tendremos conductas normales, es decir, las seguidas por la mayoría.
Se supone que instintivamente nosotras sabemos elegir con quién tener nuestros hijos; lástima que el instinto nos falle cuando elegimos con quien convivir.
En algunos casos lo que impone la cultura se opone o contradice con lo que nos impone la naturaleza, y más específicamente nuestra propia naturaleza, nuestros sentimientos, nuestros deseos. Ahí nos vemos en dificultades. Es difícil resolver. A veces sucede que cualquier camino que tomemos nos trae aparejadas dificultades y conflictos.
Algunas personas son tan culturales que parece que nunca pudieran sacarse la máscara que llevan pegada a la piel.
De ahora en adelante, cuando compre manzanas voy a asociar que el verdulero descarga en mi vagina su semen, y que salgo embarazada de la feria.
Así que los hombres cuando compran actúan siguiendo una matriz femenina.
De lo que dice Sofía saco en conclusión que la sociedad de consumo es más responsabilidad de las mujeres que de los hombres.
Cierto Hugo, las mujeres en general compramos más que los hombres. Pero los hombres compran casas, autos, y las mujeres ropa, chucherías, cosas de menos valor.
Perdoname Adela, pero somos muchas las mujeres que decidimos la compra de una casa, un auto, un viaje. Cosas costosas e importantes.
Sí, pero si tenés pareja por lo general se te complica. Capaz que se les complica a los dos ponerse de acuerdo... pero a mí me parece que en general el que se impone en esas compras grandes y termina decidiendo, es el hombre.
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