Porque los factores económicos siempre están presentes en las peores atrocidades contra la humanidad, tantas personas prefieren no hablar de ellos.
No sé quién, pero con buen criterio dijo que
la muerte de un ser humano es un homicidio pero la muerte de millones de seres
humanos es una estadística.
Tiene que llamar la atención cómo nuestra
sensibilidad reacciona con más pasión ante la muerte de algunos individuos
aislados y tiende a la indiferencia cuando lo que ocurre es un genocidio
(exterminio, limpieza étnica, holocausto).
Pero la muerte de millones de seres humanos
tampoco es una estadística pues de los peores crímenes masivos no tenemos datos
confiables. Los historiadores se confunden, se marean, quedan envueltos en una
neblina intelectual que solo puede ser justificada reconociendo que nuestra
capacidad intelectual es tan baja que no se da cuenta de lo baja que es.
Aunque los peores acontecimientos pertenecen
al siglo 20, mucho antes ocurrieron hechos de esta naturaleza.
Gran parte de los millones de pobladores que
habitaban América antes de la llegada de los españoles, ingleses, portugueses y
franceses (entre otros), murieron a manos de los invasores.
De África se extrajeron habitantes para ser
vendidos como esclavos, pero muchos no llegaron a América porque fallecieron
debido a las condiciones del viaje.
A principios del siglo 20, el Imperio Otomano
estuvo a punto de exterminar a los armenios.
El régimen de Stalin quizá fue el responsable
de la muerte de, entre uno y sesenta millones de rusos...Como se ve, el
desprecio por la vida humana es el suficiente como para no saber si fueron uno
o sesenta millones.
Algo parecido ocurrió con los nazis en
Alemania, con la Revolución Cultural china y la lista continua.
Como los factores económicos siempre están
presentes en estas atrocidades, tantas personas prefieren no hablar de ellos.
(Este es el
Artículo Nº 1.697)
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8 comentarios:
Sigo sin entender qué se conmemora el 12 de octubre.
Los genocidios nos sensibilizan cuando alguno de los muertos tiene rostro e historia.
Si creemos en una vida similar a la que hemos tenido, después de la muerte, la vida humana no tiene demasiado valor.
Discrepo contigo Lautaro. La vida es vida, no importa en que estadio esté.
Nuestra sensibilidad es tocada profundamente cuando muere alguien cercano a nosotros. La distancia, el desconocimiento, cambia por completo la percepción de la muerte.
Los factores económicos siempre están presentes en los genocidios; acuerdo con usted.
Así como no hablamos de política ni de religión para no entrar en discusiones, tampoco hablamos del dinero para no entrar en nuestras pequeñas atrocidades cotidianas.
Es difícil contar la historia cuando se carece de datos. Mucha infomación se esconde.
Los genocidios suelen acabar con culturas enteras. Así se pierde el acerbo de la humanidad. Y si bien es cierto que las guerras traen avances tecnológicos que pueden conducir a cambios sociales favorables, también es cierto que la cultura que se pierde implica un retroceso y deja un vacío.
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