lunes, 17 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 31

Soy tan pobre que no me puedo permitir el lujo de comprar cosas baratas.

Lo mismo sería repetir el proverbio "Lo barato sale caro" y, por lo tanto, si soy pobre, no puedo comprar cosas que salgan caras, costosas, honerosas.

La mayoría de las veces no razonamos mucho para algo tan importante como es administrar los recursos escasos. A veces cuanto menos dinero tenemos, más torpes somos a la hora de usarlo. La propia angustia que nos provoca la pobreza, nos desorienta, no nos deja pensar con tranquilidad. Es un verdadero círculo vicioso.

Otro fenómeno que se asocia con éste es que los comerciantes inescrupulosos, aprovechándose de la vulnerabilidad a la que nos expone la escasez, nos venden productos inservibles por muy poco dinero, aunque en realidad ese precio es altísimo si consideramos que el valor de algo inservible es cero.

La falta de discernimiento que suele convivir con la pobreza, alienta la esperanza de que uno inspirará lástima, solidaridad, ternura, amor, protección y que los demás lo ayudarán desinteresadamente. La Iglesia Católica llegó a decir que cada pobre es como "un templo viviente".

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto me recuerda otra cosa. Un día de mucho calor me encontré con una señora experta en contabilidad y me contó que como la noche anterior no habían podido dormir por la temperatura, había comprado un ventilador financiado en cuotas de $ 100.- Ante mi pregunta de cuántas cuotas debería pagar, me respondió "No sé. Lo único que me importa es tener el ventilador y que esa cuota sé que la puedo pagar".
Con este criterio no es extraño que mucha gente progrese mientras otros se empobrecen.

Anónimo dijo...

La verdad que no entiendo lo que quiere decir. Las cosas caras solamente las compran los ricos. ¿Qué lógica está aplicando? si es que está aplicando alguna.

Anónimo dijo...

Esta grageas parece intentar llamar la atención con un ataque al sentido común.

A pesar de esa trampita, mi padre -que no tenía dónde caerse muerto- tenía la costumbre de comprar cosas caras e indestructibles.

Anónimo dijo...

Hay otro motivo para comprar cosas baratas diferente a la pobreza.

Las cosas baratas se rompen antes que las caras y esto es bueno porque los modelos están cambiando permanentemente. Si me compro lo mejor de lo mejor como para que me dure 50 años, es seguro que voy a estar padeciendo una cosa antigua durante 48 años.

Anónimo dijo...

Eso que dice Ofelia es cierto. Antiguamente la gente compraba cosas que servían para dejárselas a los hijos y a los nietos. Hoy eso ya no sirve para nada.

Anónimo dijo...

Pocas personas confesarían que no desean progresar ... quizás para ganar el Reino de los Cielos. Creo que a otros nos pasa que la ansiedad y la inmediatez termina por vencernos cuando descubrimos que así calmamos momentáneamente nuestra angustia.

Anónimo dijo...

Soy tan realista que trato de llegar a fin de mes sin molestar a nadie

Anónimo dijo...

Mi tía es tan torpe a la hora de usar el dinero que con tal de comprar, elige 20 tangas idénticas. Es una macana porque así no puede contemplar los gustos diferentes de sus amantes.

Anónimo dijo...

Mi tía es tan torpe a la hora de usar el dinero que con tal de comprar, elige 20 tangas idénticas. Es una macana porque así no puede contemplar los gustos diferentes de sus amantes.