martes, 27 de mayo de 2008

Mi amor ¡Deprédame!

En el artículo titulado Dime lo que te digo que me digas hago referencia a que los seres humanos también tenemos algún grado de previsibilidad.

Quienes no hacen otra cosa que preocuparse por mejorar sus ganancias, están muy atentos a cuáles son nuestras conductas porque en ello les va la vida. Si no nos comprenden lo suficiente, no podrán tomar aquellas decisiones que mejoren sus ventas.

A tal punto se han ampliado y profundizado estos estudios que ya podríamos decir que existe una técnica que hasta nombre tiene: Supermercadismo.

Estos genios de la psicología práctica saben mucho sobre nosotros. Por supuesto que más que nosotros mismos.

Si los productos de consumo diario se ubican en el lugar más distante de la puerta de acceso, seguramente el comprador deberá hacer un recorrido sin poder ignorar todas las seductoras invitaciones que encontrará a su paso.

El tiempo que perdemos para poder pagar nuestras compras, no es perdido para los supermercadistas porque ahí están aquellas pequeñas adquisiciones que nadie pensó en realizar (golosinas, bolígrafos, llaveros, etc.).

Si tendrán habilidad que despluman a cuanto ser humano entra a su madriguera de tal forma que luego retorna para ser despojado nuevamente y así todos los días.

Quizás estas personas aún no han sido reconocidas con justicia. Propongo que se incluya esta categoría en la Fundación Premio Nobel.

●●●

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra cosa que dice que hacen es poner lo que les gusta a los niños a su altura. Yo con los míos ya ni voy porque me vuelven loca.

Anónimo dijo...

En la zona donde vivo se instaló un gran supermercado y todas las vecinas empezamos a ir a él. Ahora tenemos problemas con el presupuesto. Algunas vecinas han vuelto a comprar en los pequeños almacenes porque una está mejor controlada.

Anónimo dijo...

En general, me parece que la psicología que antes se usaba solamente para los problemas mentales y de estudio, ahora se usa cada vez más para las relaciones humanas, para las relaciones públicas y para el marketing.

Anónimo dijo...

Mi mujer dice que el recorrido que tenemos que hacer para llegar a la góndola de los lácteos es como la zona roja en la que hay prostitutas sugiriéndonos todo tipo de pecados. ¡Está buena la imagen!

Anónimo dijo...

Esta era una explicación que me estaba faltando porque nunca comprendí cómo siendo tan eficientes para una cantidad de cosas no habían podido resolver los atascos que se producen en las cajas.

Anónimo dijo...

Hay gente que hace zapping porque se molesta con la publicidad, pero yo lo hago porque me tiento y termino gastando cualquier dinero que no tenga.

Anónimo dijo...

Los que trabajan en publicidad dicen que ellos sólo informan, que si no fuera por ellos uno no se enteraría de lo que nos puede servir. ¡Qué hijos de puta que son! (Ojo, lo digo en con buena leche, es legal y me parece bien que haga lo posible para ganarse la vida)