sábado, 3 de mayo de 2008

¡Qué pena que no tenga más pene!

En algún artículo ya publicado hice alusión al concepto falo. Decía que en sí es un símbolo cuyo ícono más común es un pene erecto, pero también pueden serlo otras formas similares, como por ejemplo un obelisco.

Lo que me importa resaltar en este caso es que el falo, como símbolo, puede representar el poder. A su vez, como el dinero en nuestras cultura da poder, entonces podemos simplificar y decir que el dinero es un instrumento de comercialización de índole fálica.

Recordemos que el ícono más popular es el pene erecto y ahora que tenemos todos los ingredientes vamos directamente a lo que quiero postular.

Una obsesión de —supongo yo— todos los hombres, es la de tener un pene bien grande y grueso. Aunque si lo tuviéramos después no tendríamos asegurada una genitalidad exitosa (por ejemplo porque las mujeres buscan en los hombres algo más que su pene). De todos modos los hombres soñamos con estar dotados de un gran y poderoso pene.

En muchos hombres, la falta de este órgano hiperdesarrollado, nos lleva a buscar sustitutos fálicos, como por ejemplo es el de tener la mayor cantidad de dinero posible, tener mucho poder, tener mucho reconocimiento social, tener mucha fama, tener muchos amigos, tener mucho cualquier cosa que en nuestras cabezas puedan asociarse con la grandiosidad fálica. No aspiren encontrar en estas asociaciones algún rasgo de cordura porque pierden el tiempo: no lo encontrarán.

El afán de logro del macho de la especie suele estar muy vinculado con el deseo inconciente de poseer ese pene impresionante.

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9 comentarios:

Anónimo dijo...

Algún día me animaré a contratar un blog para publicar la foto de mi pene que es el más grande que he visto hasta ahora.

Lo que más me gusta de hacer deporte es cuando vamos a los ducheros y los tipos se me quedan mirando porque es, modestia aparte, fabulosa.

Las mujeres que me conocen ya se pasaron la noticia entre ellas y me doy cuenta que me buscan por eso pero otras me disparan por lo mismo.

Anónimo dijo...

Yo no sé si me estoy consolando pero la verdad es que no salí bien en el reparto y el mío es de un tamaño estandar (16). Para mí siempre fue poco y por eso me dediqué con mucho afán a la poesía porque veo que a ellas les gusta mucho y al final, el tiempo que ellas tiene el pene dentro de sus cuerpos es mucho menos que el tiempo que están conversando, por ejemplo.

Anónimo dijo...

Hasta no hace mucho, yo estaba convencido que todos los norteamericanos tenían un pene largo y grueso porque en todas las películas de acción, siempre son los que ganan y hacen las cosas más fenomenales. Después entendía que una cosa no tiene nada que ver con la otra y también que las películas son un invento de punta a punta.

Anónimo dijo...

Me crié en el campo y aprendí a darme cuenta cuando las hembras estaban en celo para no perderme el espectáculo de cómo cogían con sus machos.

Los caballos son los más parecidos a las personas y tienen la verga tan larga que mi padre o un peón se la agarraba con la manos no más para que no le errara a la concha de la yegua y verlos acabar sigue siendo algo que me excita muchísimo.

Anónimo dijo...

Si no entiendo mal la conclusión de su artículo, cada vez que yo vea a un hombre exitoso, emprendedor y todo eso, ya sé que, sin mirarlo, tiene un pene chico. ¿Entendí bien o es otra cosa?

Anónimo dijo...

¡Bien Sofía! Aprendés rápido. Te faltó decir que cada vez que veas a un tipo fracasado, sin un peso partido por la mitad, como yo, es porque tenemos un chipote de competencia. ¿Entendés esto también? ja-ja (no te enojes que te lo digo con buena intención).

Anónimo dijo...

Las películas XXX que elijo las elijo justo por el tamaño de los pajaritos. Me gustaría tenerlos colgando y adentro.

Anónimo dijo...

No esperemos encontrar algo de cordura ni en estas asociaciones ni en la mayoría de los textos del licenciado que no se priva de nada y carece del sentido del ridículo. Le da para adelante a cualquier idea.

Sex Shop dijo...

Muy buenoo!!!!