miércoles, 21 de mayo de 2008

Un telescopio para observar microbios

En el artículo anterior titulado Doce bombachas o una Toyota 4x4 digo en el último párrafo que es difícil de entender sobre todo para quienes sólo cuentan con el razonamiento como única herramienta de comprensión.

Siempre pienso que el razonamiento aplicado a la psicología da tanta utilidad como un destornillador para reparar un submarino atómico.

Estos últimos días he venido insistiendo sobre nuestra relación ambivalente respecto a esa fuerza interior que nos da órdenes que muchas veces nos mete en problemas, nos irrita, nos hace sentir incómodos y que hasta tenemos que tomar alguna droga que nos de coraje para enfrentarlo: el deseo.

El gran apego al razonamiento, no solamente que cuenta con una defensa cultural indudable sino que además cada uno de nosotros tiene un interés personal en que esa herramienta tan prestigiosa y precaria sea la única disponible.

Como muchas personas se llevan mal con su deseo, precisamente se aferran a la herramienta perceptiva menos útil para asegurarse que podrán saber poco de su amigo-enemigo tan perturbador. Se vincularán con él ignorándolo dentro de lo posible.

De ahí que desarrollar el razonamiento tiene dos ventajas: Quedamos como buenos ciudadanos en una cultura que lo tiene endiosado y simultáneamente nos evitamos una peligrosa aproximación al atemorizante deseo.

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19 comentarios:

Anónimo dijo...

... o sea que desarrollamos una miopía, procuramos ver menos?

No me extraña: en gral hay cosas que es mejor no verlas. "Ojos que no ven, corazón que no siente".

Buen aporte el suyo.

Anónimo dijo...

Otra cosa que se podría pensar es que el propio deseo procura no ser visto.

Es una mala comparación, pero los ladrones trabajan más cómodos cuando el dueño de la cosa robada no los está mirando. Se pondrían nerviosos.

Como el lugar más apto para hacer su juego es el inconciente, entonces alienta su propio ocultamiento.

Anónimo dijo...

A veces a mí me gusta hacer el amor con la luz apagada. Me pongo más imaginativa. Al deseo capaz que le pasa lo mismo.

Anónimo dijo...

Mis primeros años como psicóloga los perdí tratando de razonar junto con mis pacientes. No funcionó.

Anónimo dijo...

El lenguaje también hace lo suyo. "Hablando la gente se entiende" NO ES CIERTO. Alguans cosas no se pueden decir porque parece que las palabras no sirven. A veces sirve una poesía pero muchos no la entienden. Por ahí se puede usar una pintura, pero otros muchos tampoco la entienden.

Anónimo dijo...

Mis ganas de hacer cosas (que supongo que es el deseo al que se refiere este artículo) varían todos los días y si yo tuviera que dar una explicación racional cada vez que cambio de parecer o de preferencia, me volvería loca, así que no solamente que el razonamiento no sirve sino que dar explicaciones tampoco sirve.

Anónimo dijo...

Para mi el razonamiento es a la psiquis lo que el aparato digestivo es a un cuerpo. Hay cosas que si no se digieren, intoxican, caen mal.

Anónimo dijo...

Al principio, Martin Burney (Patrick Bergin)parece ser el hombre de los sueños de Laura (Julia Roberts). Guapo, exitoso y seductor. Pero una vez casados ella descubre que Martin es la peor pesadilla para una mujer. También es compulsivo, controlador y peligrosamente violento.


Después de tres años de vivir con miedo, Laura planea escapar. Temiendo por su vida y sabiendo que nada evitará que Martin la busque, ella finge ahogarse en un accidente en bote para finalmente reubicarse en una pequeña ciudad.
Aun con una nueva identidad y apariencia distinta, Laura continúa viviendo con miedo al recordar la brutalidad de Martin, miedo que se confirma cuando Martin descubre que Laura sigue con vida. Completamente obsesionado, Martin se propone encontrar a su esposa y hacerla pagar por su engaño.

Así es el film DURMIENDO CON EL ENEMIGO: una verdadera alegoría de lo que es el deseo para Laura.

Anónimo dijo...

En la película Enemigo Intimo, un terrorista del IRA (Brad Pitt)llega a EE.UU. para comprar armas y regresar a su país. Se aloja en la casa de un policía de origen irlandés (Harrison Ford) que ignora que su huesped es un guerrillero. Es una película en donde la acción y el suspenso están garantizados, casi igual a lo que nos sucede con nuestro deseo guerrillero. Brad Pitt para mí representa al deseo porque es lindo pero peligroso.

Anónimo dijo...

Muy documentados los comentaristas!! Me hacen pensar que quizá todo el arte está representando de alguna manera a la lucha dramática entre el deseo y las limitaciones que impone la realidad así como también las amenazas concretas que esta nos hace para que nos quedemos con algunas insatisfacciones.

Las comedias serían aquellas anécdotas donde uno se satisface y las tragedias serían aquellas en las que uno se frustra.

Anónimo dijo...

Debo suponer que por lo que habitualmente trata este blog, el razonamiento se lleva mal con el deseo y por eso es que muchas personas tenemos dificultades en ganar dinero. ¿Entiendo bien o es otra la relación?

Anónimo dijo...

Un misterio que algún día me gustaría develar es cómo hacen los políticos para llegar al poder. Para mí que son personas que no están atadas a la razón sin estar locas del todo.

Anónimo dijo...

Según Marlene uno está atado a la razón o sea que no puede tener poder alguien que está atado. En todo caso el político sabe como lograr que los ciudadanos estemos atados y que él pueda estar libre para poder mandarnos.

Anónimo dijo...

Yo la comparación que hago es otra. Para mí el pensamiento puede ser un avión, esto es, pensar en cualquier dirección y altura, pero cuando utiliza el razonamiento, sólo puede ir por carreteras.

Anónimo dijo...

Entiendo que acá se entiende que el razonamiento excluye a la intuición y me parece que no es así. De todos modos estoy de acuerdo con que no es fácil entender una conducta utilziando, por ejemplo la deducción. Más bien parece que se puede entender comparándola con las propias ideas, intensiones, deseos aunque sin ponerse como ejemplo.

Me imagino que uno entiende al otro por las semejanzas y diferencias que tienen con uno mismo pero no sobreentendiendo que yo estoy bien.

Anónimo dijo...

Lo que yo entiendo es que para poder entendernos hay que dejar de lado la censura que le imponemos a lo que se muestra como contradictorio. En la forma de razonar psicológicamente podríamos decir que 6 = -8 porque inferimos la existencia de otros valores -que por ahora son desconocidos- pero que permiten volver correcta esa igualdad.

Anónimo dijo...

A veces veo que uno juzga a los demás como si fuera invariable, como si siempre fuera idéntico a sí mismo y siempre nos pasan cosas que nos cambian los puntos de vista, las ideas, las posturas filosóficas, los deseos. SOMOS MUNTANTES.

Anónimo dijo...

Uds mismo se confunden porque le llaman análisis al trabajo que hacen y ésta es una palabra que también se usa en matemáticas.

Anónimo dijo...

Yo quería estudiar para psicóloga porque me parecía que lo que mejor me funciona es el corazón y lo que menos funciona es la cabeza. Para mí que el trabajo de uds es más bien con los sentimientos y no con el análisis razonado. Uds trabajan con feelings.