martes, 6 de mayo de 2008

Vendo cafetal en el Ártico

Si admitimos que delirio significa: Confusión mental caracterizada por alucinaciones, reiteración de pensamientos absurdos e incoherencia, pensemos por un momento hasta qué punto no estamos delirando.

A veces confundimos lo que percibimos con lo que deseamos percibir. En la materia que me especializo (las dificultades psicológicas para ganar dinero, ...) es para mi frecuente encontrar personas que tienen una ideología socialista y que viven en países de organización notoriamente capitalistas con rasgos de neoliberalismo, pero se comportan como si estuvieran en un contexto socialista.

Más concretamente: en un país donde corresponde ser competitivo y corporativista, ellos son solidarios y cooperativistas.

Uno de los pensamientos absurdos que expresan es: «... si todos hicieran lo que yo hago, todos viviríamos mejor». Otro por el estilo es: «... si todos fueran a mi imagen y semejanza, no habría ni pobres ni desdichados...».

Estas posturas poseen incoherencia inevitable porque en muchos aspectos no tienen más remedio que adoptar conductas capitalistas neoliberales porque la realidad arrasa con los desajustes más gruesos.

A estas personas (que son muchas, muy capacitadas e inteligentes), hacen lo mismo que haría un empresario instalado en las proximidades de un casquete polar y se dedicara al cultivo de vegetales nativos de las zonas tropicales: bananas, ananá, orquídeas.

Seguramente ustedes diagnosticarían que este empresario es un delirante.

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14 comentarios:

Anónimo dijo...

No qué locura pueda tener yo, pero me sucede a menudo que podría llegar a perder la vida afirmando que tal cosa la hice (o no la hice) y luego me muestran que no era como yo decía.

Por ahora son cosas intrascendentes pero me está empezando a preocupar.

Anónimo dijo...

La democracia será un muy buen sistema pero estoy convencida de que muchas personas no están en condiciones de votar y así llegan al gobierno quienes quizá no estén capacitados.

Anónimo dijo...

Uno no está todo el tiempo comprobando a ver en qué régimen está. Si veo a un niño pidiendo dinero en la calle, yo le doy porque no lo puedo evitar. No me pongo a pensar si el capitalismo debería encargarse de que ese niño no estuviera ahí. Salgo del paso dándole una moneda y santas pascuas.

Anónimo dijo...

En toda América Latina se está dando que hay gobiernos que dicen ser de izquierda, pero para mí que las políticas económicas no han cambiado casi nada y las políticas sociales dicen ser más socialistas pero en los hechos no noto que haya bajado la pobreza. Cuántos siglos de socialismo tenemos que tener para que la situación se reviertaz?

Anónimo dijo...

Cuánta bondad habría que tener que no tenemos. Nosotros nos creemos capaces de ser generosos a voluntad porque estamos seguros de controlar nuestras vidas como si fuéramos seres superiores. Los dadivosos tampoco pueden dejar de serlo y así estamos, obedeciendo los dictados de nuestra naturaleza pero creyendo que son decisiones personales y tan modificables como quisiéramos.

Eso de capitalismo y socialismo son inventos personales de personas que se creen tan poderosas como para decidir qué hacer en cada lugar y en cada momento.

Este licenciado y quienes lo siguen son arrogantes, ilusos, creídos.

Anónimo dijo...

El delirio como lo entiendo acá es vivir una realidad diferente a la que viven los otros. Parece un tema de estadística. Si la mayoría vemos que acá no debe plantarse café, pues quien lo haga está equivocado. Son verdades por concenso. Quizá no se pueda lograr algo mejor.

Anónimo dijo...

En los países socialistas se pretende que la economía esté centralmente planificada mientras que en el capitalismo se entiende que lo mejor es el caos, que suceda lo que suceda y que las cosas se arreglen solas, que triunfe quien tenga la suerte de triunfar y que perezca quien tenga la mala suerte de perecer.

Mi pregunta es ¿es posible planificar para poder actuar o cualquier planificación centralizada en un mundo tan cambiante opera como un freno generador de inadaptación progresiva? ¿No habrá una solución menos mala que dejar que las cosas se resuelvan tan dramáticamente en la anarquía del mercado capitalista?

Anónimo dijo...

Para mí siempre los gobiernos actúan con criterios militares aunque en muchos casos pregonan a los cuatro vientos que son pacifistas y no militaristas.

Siempre están tratando de conquistar un futuro mejor (no especifico "mejor para quién" porque éste es otro problema grave).

Los gobiernos se fijan objetivos a "conquistar", "estrategias" a seguir y luego ponen en práctica diferentes "tácticas".

Si ésta no es una mentalidad militar..

Anónimo dijo...

Por lo que Ud ha estado escribiendo acá o en otro blog, estaremos de acuerdo con que uno hace lo que desea y si desea vivir con criterios socialistas en un ambiente capitalista, no creo que pueda torcer semejante mandato.

Anónimo dijo...

Habría que reconocer que la economía centralmente planificada como señala alguien más arriba nos sirve a todos los que no queremos rompernos la cabeza tratando de ver cómo llegamos a mañana. Los aventureros en economía quizá prefieran el capitalismo que les ofrece una ruleta diariamente.

Además del gusto por el riesgo también está la fortaleza que cada uno tenga para que pueda enfrentarse sólo a la realidad o que no tenga más remedio que hacerse llevar (por el Estado) como un paralítico en su silla de ruedas.

Anónimo dijo...

Nada me preocupa tanto como entender qué es el deseo de las personas solas o en grupo. Cuando hay planificación centralizada me parece que es imposible no generar frustración en mayorías crecientes por los inevitables desajustes entre una cosa rígida (la planificación) y algo mutante (el deseo individual y colectivo).

Anónimo dijo...

Eso de que actuamos como socialistas en un país de capitalismo es lo que hago con mi matrimonio. Él es un tipo que hace años que no me calienta en lo más mínimo pero por una razón o otra no lo dejo, no pido el divorcio, no lo mando a la mierda como desearía. Es más, tengo sexo con él cada vez que se pone baboso.

Pues bien, el mío es el caso de una persona socialista que vive en un país capitalista, y se la banca y hace lo posible para soportar la realidad que no tiene más remedio que bancar.

Anónimo dijo...

Es cierto que soy solidario y que no soy competitivo, pero solamente con los míos, con los que piensan igual que yo. Con los fachos y derechistas soy muy competitivo y mezquino a más no poder. Cada cosa en su lugar.

Y no me siento nada contradictorio y fuera de lugar por esto.

Haroldo dijo...

Dice Lacan "Para tal obra, el sentimiento altruista es sin promesas para nosotros, que sacamos a luz la agresividad que subtiende la acción del filántropo, del idealista, del pedagogo, incluso del reformador." Así que atendiendo a esta perspectiva, no habría cooperativismo puro, sin algo (bastante) de agresividad.