En el artículo de ayer titulado «La historia se repite» nos encontramos con un Aristóteles que decía cosas que para la mentalidad hipócrita de hoy suenan terribles (en cuanto a la legitimidad de la esclavitud y a la subordinación de la mujer al hombre).
Ese mismo filósofo (cuya fama actual obedece a que fue el primero en decir lo que hoy se sigue pensando) tenía dos criterios respecto al cobro de intereses.
Si alguien pide un préstamo para hacer un negocio o para realizar una producción cuya venta le generará ganancias, es legítimo que el prestamista participe en esas ganancias (cobrándole interés), pero si el préstamo se produce por la diferencias de poder económico (el rico le presta al pobre), no es ético cobrarle intereses porque él entendía que esto era lucrar con la dificultad de un semejante.
Ayer nos pudo parecer terrible lo que postulaba el padre de la filosofía sobre esclavos y mujeres, pero ahora podemos pensar que la actualidad es un poco peor porque aceptamos que se cobren intereses por préstamos al consumo.
En estas fiestas que se avecinan, muchas personas se endeudarán (comprando a crédito o pidiendo un préstamo en una financiera) para comprar una cantidad de bienes y alimentos que seguramente se agotarán antes de terminar de pagarlo.
Nadie debería endeudarse para comprar bienes de rápido consumo porque estarán agravando las dificultades económicas que lo llevaron a tener que pedir un préstamo. Estos productos financieros son definitivamente empobrecedores de quienes los compran debido a los intereses que deben pagarse.
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18 comentarios:
Ya ve la filosofía de los vegetarianos es coherente.
Si pasaramos las fiestas comiendo tomate, lechuga y jugo de frutas no nos endeudaríamos. Y si por regalo le dijeramos TE QUIERO a nuestros familiares y amigos tampoco, además de darle una sorpresa a varios.
Hay gente que se cree que pidiendo un préstamo tiene más dinero. Como para no haber pobres!!
La industria financiera ocupa mucha gente (incluso mi nuera), así que preferiría que no se cortaran los créditos.
Los bancos hacen unos cálculos tan complicados que nadie los entiende.
La ansiedad rompe el saco (lo inventé yo. No lo busquen en otro lado.) jojojo
El dinero plástico es lo más maravilloso que se ha inventado además del teléfono móvil.
No hay nada que hacerle, los humanos somos execrables. Lo que dijo Aristóteles sobre los esclavos y las mujeres lo usamos hasta nuestros días, pero con lo de no cobrar intereses a los pobres, nos hicimos los distraídos.
No me imagino las fiestas sin una buena parrilla y la familia reunida. Debo recurrir al préstamo.
No entiendo qué es lo que sucede con el Instituto de Colonización en el Uruguay. Para que te otorguen tierra para trabajar hay que ir y tomarla de prepo.
Del árbol caído se hace leña, por eso para no terminar en la hoguera hay que mantenerse en pie o de lo contrario ahorrarse sufrimientos y hacerse justicia por mano propia.
A nosotros nos fue mal. Invertimos en ladrillos, que según dicen es bastante seguro pero antes de que pudiésemos contratar un seguro se nos quemó el apartamento. Ahora estamos, seguro, en la lona.
O sea que la fama de Aristóteles se debe a la falta de evolución del pensamiento humano. Interesante. Antes lo pensaba al revés, creía que era por la vigencia de su pensamiento.
A Claudio y Ernesto, las llamas les consumieron rápido el bien.
Para estas fiestas y con motivo de que mis familiares y amigos no deban endeudarse, voy a tranzar: los que todavía no me dijeron que me quieren, me lo pueden decir, ahora, los que ya me lo han dicho, me deben un regalo y además...¡la cena no se negocia!
Si pido un préstamo tengo más dinero. Por un corto lapso de tiempo, sí, PERO TENGO MÁS DINERO!
Si paso las fiestas comiendo lechuga, tomate y tomando jugo de frutas, definitivamente me suicido.
No es para tanto Helen, la tanga te va a quedar preciosa.
Para no endeudarse:
Para la comida organizar tipo lluvia ( que todos traigan algo de comida y bebidas ) y se hace una vaquita para la birra si falta.
Para los regalos hacer el amigo invisible y fijar un tope accesible para el regalo.
De esa forma no se llega al extremo de no gastar nada ni tampoco al derroche.
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