La psiquis de una persona se parece mucho a una empresa.
El gerente de la empresa (el Yo de la psiquis) es alguien que tiene que tener la fortaleza de carácter suficiente como para organizar y coordinar la existencia simultánea de muchas tensiones.
En la empresa, algunas tensiones son: El dueño de la empresa quiere ganar lo más posible; los proveedores desean lo mismo y por eso ofertan muchos productos para que les sean comprados; los clientes quieren ser atendidos inmediatamente, pagar a largo plazo sin intereses y que cualquier desperfecto en la mercadería les sea resuelto enseguida; los empleados procuran tener grandes sueldos, muchos días de licencia y que no se les pidan esfuerzos extras; el gobierno procura el cobro en fecha de impuestos.
En el individuo, algunas tensiones son: Deseamos pasarla bien; la publicidad nos bombardea con ofertas realmente tentadoras; nuestra familia y nuestro empleador (que serían nuestros clientes), esperan nuestro mayor esfuerzo y rendimiento; las personas que nos ayudan (servicios que compramos como el transporte, la limpieza, etc.), desean que no seamos muy exigentes con ellos; el gobierno también nos cobra impuestos a los individuos.
La pobreza es un estado en el que puede estar un individuo para que todas estas tensiones bajen y su desempeño como gerente sea el mínimo. No es que los pobres sean indolentes ni que busquen irresponsablemente no cumplir con lo que «el cargo de gerente» les impone, simplemente pueden no tener la fortaleza de carácter suficiente como para organizar y coordinar tantas tensiones.
Lo que en psicoanálisis se llama «Yo débil» en una empresa es un «gerente con poca fortaleza de carácter».
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14 comentarios:
¡Qué bien explicado! Buenísimo. Lo entendí de primera (que en mí es un gran mérito . jajaja)
Tengo más ambiciones que ganas de molestarme. Me pesan la piernas, el cuerpo, la cabeza, la vida. Ufff!!!
Odio el poder y a los que mandan. Mal podría yo ser gerente de algo o de alguien.
Es obvio, a la gente fuerte siempre les va bien y a los débiles siempre nos va mal. ¡Qué novedad la suya!
¡Más claro, échele agua! Felicitaciones licenciado. Pena que no podemos elegir si queremos una constitución fuerte o débil de nuestro aparato psíquico. El consuelo es que así como se puede ir al gimnacio para fortalecer los músculos, se puede ir al psicólogo para fortalecer nuestro maldito aparato psic.
Si al hombre de la foto lo visto con andrajos, ya deja de parecerme fuerte.
Mi gerente querido está agotado.
Yo me compré una camiseta que dice Cero Estrés.
No se puede dirigir nada, conducir nada, si no hay un estado de tensión adecuado; ni muy muy, ni tan tan.
En las situaciones extremas me salta la fuerza interior, pero el resto de los días comunes de mi vida padezco un insoportable letargo.
Todo el mundo quiere ganar y muy pocos están dispuestos a perder, aunque sea por algo que valga la pena. Por eso estoy de acuerdo cuando Viglietti canta "menos mal que existen, los que no tienen nada que perder, ni siquiera la muerte"
¡A quién no le va a gustar apostar a héroe! Lo que dice Yoel, lo puedo compartir, siempre y cuando se tenga en cuenta que los verdaderos heroísmos son grises y anónimos, tanto como prohibirle a tu hijo de doce años que se la pase toda la madrugada fuera de casa.
Con algunas personas lo que más me tensiona es comunicarme. A veces escuchar a alguien que merece ser escuchado, pero que no dice más que idioteces, es como para que te levanten un monumento.
En el supermercado siempre pasa lo mismo. Cuando encontrás un producto bueno, bonito y barato, al poco tiempo desaparece de las góndolas y no te queda otra que consumir algo más caro y de peor calidad. Si tuviese fortaleza de carácter, me asociaría con otros consumidores para boicotear esa técnica de venta.
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