lunes, 7 de diciembre de 2009

El negocio de la bondad

Una pareja en una isla desierta genera una situación ideal para ambientar una historia erótica (y probablemente humorística).

En este siglo 21 es un hecho universal que los lugares de trabajo tienen casi la misma cantidad de hombres y mujeres.

Este hecho es un desafío para los encargados de la administración del personal porque cuando dos trabajadores se enamoran entre sí, surgen problemas

— de rendimiento (porque se prestan más atención entre sí que a la tarea) y

— de clima laboral (cuando las disputas amorosas ingresan al lugar de trabajo).

Cuando el tamaño de la empresa lo permite, es clásico el traslado de uno de los enamorados a otro lugar físico.

Naturalmente que la organización tiene que evitar que uno sea el jefe, supervise o audite al otro porque la oposición de intereses es una relación que debe ser preservada.

El bienestar de los trabajadores es imprescindible para obtener el mejor desempeño. Los enamoramientos se convierten en una mala noticia cuando se producen rupturas conyugales que podrían haberse evitado.

Con horarios muy extensos y tareas estresantes, aumentan vertiginosamente los divorcios porque los compañeros de trabajo ocasionales se enamoran más fácilmente entre sí.

Por lo tanto es interés y responsabilidad de los administradores de personal evitar las dificultades familiares de sus trabajadores, buscando horarios de trabajo que permitan una mejor relación con su cónyuge e hijos.

Las empresas que atienden el bienestar de sus empleados (salud, estrés, familia) no son filantrópicas, ni ideales, ni generosas: simplemente son eficientes.

Quien ayuda al prójimo para sentirse bueno y recibir el aplauso es un hipócrita que padece una confusión.

Quienes ayudan al prójimo porque entendieron que es más conveniente que ser egoísta, son mejores ciudadanos durante más tiempo.

En suma: Atender los intereses de los colaboradores es más rentable que disfrazarse de generoso.

Nota: este artículo está vinculado con Estrés: demonio último modelo,
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14 comentarios:

Adriana dijo...

Una red de egoísmo genera un efecto global de bienestar y concordia.

Liticia dijo...

El sexo en el trabajo me costó perder un empleo pero bueno, la experiencia no la olvidaré ni muriéndome.

Felicia dijo...

ya soy vieja (aunque no fea). Mi carrera donde estaba fue trabajada desde mi capacidad erótica.

Nunca me casé, tengo un buen pasar y me pregunto si no habrá sido un error.

Florencia dijo...

Me gusta que hable de colaboradores en lugar de empleados.

Oriente dijo...

Por suerte la niñez y la adolescencia son cada vez más largas, así uno tiene tiempo de dominar su inapropiado egoísmo.

Cacho dijo...

Mi patrón se ocupa de la eficiencia en una sóla dirección: la que va de la empresa a su bolsillo.

Morgana dijo...

Trabajo en una empresa de acompañantes en el turno de la noche. Cuando llego a casa, mi marido se va a trabajar y mis hijos a la escuela. Nos llevamos bárbaro.

Ingrid dijo...

No sabía que a ud le importaba evitar las rupturas conyugales.

Luisa dijo...

Cuando trasladan a un enamorado, la empresa lo lleva esposado en el asientro trasero de un taxi y usan la mampara para no oir sus gemidos.
¡Qué crueldad!

la gordis dijo...

El armario que aparece detrás en la foto, parece una barra de chocolate blanco, aunque el tono debería ser un poco más cremita.

Robinson dijo...

¿Qué tiene que ver la isla desierta con todo lo demás?

Edmundo dijo...

La oficina de Recursos Humanos en la que trabajo, funciona en coordinación con la de Asuntos Internos. Apenas percibimos señales eróticas entre nuestros funcionarios, redactamos un informe que tiene como finalidad reducir el sueldo de los implicados. Total, después los primeros que ponen la cara ante los "enamorados" son los de Tesorería.

Godofredo dijo...

Una vez que las disputas amorosas ingresan al lugar de trabajo, el clima laboral se caldea. Por ese motivo es que las toleramos en invierno.

Anónimo dijo...

¿Qué tiene que ver la bondad con el amor erótico? ¿Son dos notas distintas que se mezclaron en la publicación?