Se denomina «estado de sitio» al régimen por el que quedan momentáneamente suspendidos los derechos y garantías consagrados en la Constitución (libertades de expresión, de circulación, de reunión).
Un «estado de sitio» es un régimen de excepción que puede estar justificado en caso de invasión, guerra exterior o civil.
En nuestra psiquis existe una especie de «estado de sitio» porque la educación y sobre todo la experiencia, nos han persuadido de que ciertos deseos (libertades) deben ser inhibidos, silenciados, frustrados.
Por esta represión interna es que sentimos vergüenza, retraimiento, miedo (e inclusive asco).
Los seres humanos nos acostumbramos a las peores condiciones de vida, pero eso no quita que procuremos el mayor bienestar.
El alcohol es una sustancia que altera todo nuestro organismo pero lo que mejor percibimos es una agradable sensación de libertad y el consiguiente descenso de vergüenza, retraimiento y miedo.
En las reuniones sociales es clásica la ingesta de alcohol para disfrutar de un transitorio levantamiento del abrumador «estado de sitio» en el que vivimos.
Sin embargo algunas personas son abstemias (no ingieren bebidas alcohólicas) porque rechazan categóricamente la resaca (malestar que padece al despertar quien ha bebido alcohol en exceso).
Pues bien, tener dinero también aporta libertad, desinhibición y alegría.
Algunas personas pueden temerle a estas sensaciones porque están convencidas de que luego padecerán algún tipo de resaca (culpa, arrepentimiento, excesiva responsabilidad).
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14 comentarios:
Alguna resaca de vez en cuando vale la pena. Lo que no podemos permitir es que se convierta en rutina. La "resaca" de la que tú hablas, en la medida de que sea permanente, puede ser difícil de sobrellevar para algunas personas.
Todo esto para decir que estoy de acuerdo contigo.
De los "estados de sitio" habría que defenderse con el mismo heroísmo que lo hizo Leandro Gómez.
La libertad de expresión tiene varios niveles, pero aún el más superficial de todos -que es el que tenemos los que vivimos en un régimen democrático- vale la pena defenderlo.
Gracias al asco me he protegido de unas cuantas enfermedades.
Bajo los efectos del alcohol me convierto en una persona socialmente inaceptable.
Acostumbrarse a estas carpas llenas de mosquitos es algo a lo que me negaré siempre.
Cuando levantamos el estado de sitio por los efectos del alcohol, nos vemos expuestos al ataque de "las tropas enemigas" a través de la más pequeña brecha que nos hayan abierto.
Somos perfectamente conscientes de todo lo bueno que nos aportaría el dinero y completamente inconscientes de lo que nos frena para obtenerlo.
Vió, finalmente he aceptado algunos de sus puntos de vista.
De niña he sido muy retraída. Con el pasar de los años he ido superando ese retraimiento pero aún subyace en mí. He tomado consciencia de todo lo que ese retraimiento me ha frenado durante mi vida, pero sigue siendo difícil superarlo.
Tengo un amigo que siempre dice: "hipoteco todo mi presente con tal de estar echado para atrás algún día; como panchero yendo por la bajada"
Me resulta graciosa la expresión "ingesta de alcohol"; acá le decimos chupe.
El comentario de Cacho me hizo recordar su artículo sobre el canibalismo heroico. Desde ese punto de vista chupar, es decir, embriagarse, sería una forma de autoagresividad solapada.
Yo también ESTOY DE ACUERDO CONTIGO.
Es como todo, los excesos nunca son buenos.
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