lunes, 29 de marzo de 2010

Los ricos son buenos amantes

En un artículo publicado ayer con el título Los clientes ¿me aman? expuse una síntesis.

Decía que los seres humanos, desde que dejamos de vivir en una selva natural y pasamos a vivir en una selva de cemento, necesitamos dinero para satisfacer nuestras necesidades y deseos, que eso nos obliga a vincularnos y que, en última instancia, desde que nacemos sobrevivimos gracias al AMOR (porque es imperioso tener buenos vínculos con los demás semejantes).

La reflexión que quiero proponerles hoy es que si continuamos por esta línea de razonamiento, podemos concluir que el dinero tiene una equivalencia con el amor.

Si para poder vivir en la selva de cemento preciso establecer vínculos amorosos con quienes me darán dinero (clientes, proveedores, empleadores), entonces es el amor la causa primera de ese dinero.

Dicho de otra forma: si no puedo vincularme (por falta de amor hacia los demás), no tendré dinero y —al revés—, si tengo amor, establezco vínculos que me aportan dinero, entonces puedo decir: amor = dinero.

En caso de aceptar estas premisas, puedo continuar diciendo que la acumulación de dinero es una forma de acumular amor.

Casi todo el año hago un esfuerzo por mantener mis vínculos comerciales en su mejor nivel (me las ingenio para llevarme bien con clientes, proveedores, empleados, socios, gobierno, competidores), lo cual me exige un esfuerzo de negociación constante, pero cuando llegan mis vacaciones, gasto parte de mis ahorros (amor = dinero), en que me sirvan, me agasajen y me mimen, en un hotel con servicio «todo incluido».

Si bien amar es un sentimiento que tenemos o no tenemos, incluye una cierta dosis de esfuerzo (trabajo): ser atentos, escuchar, tolerar, agasajar, estimular.

En suma: el patrimonio es la diferencia que hay entre el amor que damos y el que merecemos.

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12 comentarios:

el oriental dijo...

En mi país el cemento apenas hace algunas salpicaduritas, el resto es verde y está a nuestras espaldas.

Teresa dijo...

Los buenos vínculos son el mejor capital con el que se puede contar para iniciar un emprendimiento.

Soraya dijo...

Ud está abusando de la palabra amor y la está metiendo en usos que no le corresponden.

Armando T. dijo...

Muy positivo su pensamiento; centra el interés en aquellos aspectos del mundo de los negocios, que no analizamos en profundidad.

Potasio dijo...

Siguiendo su línea de razonamiento, llego a la conclusión de que la rula no me ama.

Lidia dijo...

Cuando está de vacaciones también tiene que seguir dando amor porque si no le aparecen pelos en la sopa.

Pasto dijo...

Me cuesta mucho vincularme, invierto mucho para lograrlo. No es por falta de amor, es por falta de chispa.

Zulema dijo...

Cuando no tengo amor, la amabilidad viene a mi rescate!!!

Anónimo dijo...

Por qué algunas personas merecen más amor que otras?

Rafael dijo...

Si doy todo mi amor, siempre queda más. Igual que con el dinero. Queda más... en manos de otras personas. Y bue.

Celina dijo...

La dosis de esfuerzo que me impone el amor, a superado todas mis expectativas.

Anónimo dijo...

Es totalmente cierto lo que planteas, considerando que el amor puede tener muchos niveles, y al que te referís es a un nivel bastante bajo, el otro extremo es el comparado con el del Sol, amor puro, solo irradia energía para todos lados, no pide nada a cambio....