viernes, 10 de junio de 2011

Sobre la indolencia universal

Nuestra salud física y mental está en orden cuando procuramos hacer lo menos posible. Es la ambición la que nos convierte en esforzados trabajadores.

Es posible afirmar que todos somos igualmente vagos, indolentes y perezosos.

También es posible fundamentar esta afirmación, para lo cual comentaré con ustedes el siguiente razonamiento.

Nuestro cuerpo es el resultado final de una evolución de millones de años y por eso hoy en día está en su máximo nivel de desarrollo, lo cual no quiere decir que no siga evolucionando en los próximos milenios.

Esto significa que somos organismos con su máxima eficacia, es decir, nuestro cuerpo posee la «capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera», esto es conservar al individuo y a la especie.

Es condición de la eficacia que el proceso sea el más económico posible. Si conservar la vida del individuo y de la especie no fuera el más económico (con el mínimo gasto de recursos materiales y energéticos), no podríamos hablar de eficacia.

Les comentaba en el primer párrafo que todos somos igualmente perezosos y ahora voy al punto.

Es notorio que algunas personas son más trabajadoras que otras, que gastan más energía, recursos, que descansan menos, pero eso no quita que estén tratando de hacer siempre lo menos posible.

Lo que hace la diferencia es que ese que calificamos como muy laborioso, tiene unos objetivos de vida mucho más difíciles, complicados e inaccesibles que el otro que pasa muchas horas durmiendo.

Si alguien se deprime porque no es el dueño de una fábrica con mil obreros o lo único que desea es presidir el gobierno de su país, tratará de lograrlo haciendo lo menos posible que, inevitablemente, será mucho más que aquel otro que se conforma con ganar lo suficiente para autosustentarse sin pedir ayuda.

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18 comentarios:

Anónimo dijo...

Tremenda pelotudez lo suyo, señor.

Pa razonar ud. es un desastre. No califica.

Cecilia Andrade dijo...

comentario: no se entiende nada lo que usted razona porque parece que no es de football. Pa q habla de temas boludos? Vio lo que gano? que un anonimo lo relage todo. ¡Jodase!

Amanda dijo...

Uno de los ingredientes que se precisa para ser alguien que se pone altas metas en la vida, es la valentía. El temor al fracaso nos hace bajar las expectativas. Si espero poco de la vida, seguro no seré una persona resplandeciente, pero estaré a salvo del esfuerzo psicológico que implica reconocer los desaciertos, las limitaciones propias, la necesidad de un cambio de rumbo, etc.

' dijo...

Pienso que si alguien tiene una opinión tan clara y tajante sobre algo (como parece ocurrirle al anónimo que escribió el primer comentario), es bueno que comparta sus argumentos. No siempre tenemos el privilegio de encontrar a alguien tan seguro de sus propios criterios. Además si no argumenta, da a sospechar que sólo está enojado y que no sabe bien por qué.

Álvaro dijo...

Perdón, se me disparó el comentario sin que llegara a firmarlo (el comentario anterior es mío).
Aprovecho para agregar mi posición sobre el tema planteado en el artículo. Creo que cada cual se pone las metas que puede, quiero decir - poniendo un ejemplo bobo para que sea claro - que si alguien se propone sostenerse con sus propias piernas como objetivo, tendremos que mirar hacia atrás para saber si ese objetivo es ambicioso o no. Puede suceder que el individuo en cuestión haya estado 9 meses en cama mientras se soldaban sus huesos luego de un accidente automovilístico. Lo que parecía un objetivo insignificante, era en realidad para esa persona, dadas sus circunstancias, una meta ambiciosa.

Laura dijo...

Deseo ser una persona resplandeciente, como dice Amanda, y la verdad es que por momentos lo logro. Y me entusiasma pensar que son tantas las cosas que se pueden hacer! Increíblemente podemos pasar largos períodos de nuestra vida con el cerebro embotado, tomando la vida como viene, siguiendo una rutina inconducente.

Norton dijo...

Trabajo en lo que me gusta. El resto del tiempo sólo cumplo tareas.

Santiago dijo...

Cuando todo estaba mal, lo mejor que podía hacer era dormir lo más posible y esperar a que se abriera una puertita. Yo sentía que ya no podía abrirme las puertas solo.
De no haber dormido tanto hoy capaz que no estaba escribiendo esto.

Anónimo dijo...

No ningunee eso de sustentarse sin pedir ayuda, porque a mí me está costando un Perú.

Omar dijo...

Es completamente cierto que todos tratamos de hacer lo menos posible. Si yo quiero poner un quiosco que sea rentable, tendré que asesorarme mucho, hacer un montón de trámites, organizar un montón de cosas, pero lo que nunca haré será pintar el quiosco con un pincel de filetear. Si me tomo ese trabajo descomunal, sólo por ser laborioso, significa que estoy mal de la cabeza

Carlos dijo...

Si somos ambiciosos maratonistas estamos expuestos a descubrir los logros infinitamente superiores de otras personas. Si nuestra ambición es que nos den los fuelles para correr al colectivo, los logros de los maratonistas nos serán desconocidos, porque estarán fuera de nuestro foco de interés.

Alicia dijo...

Alguien perezoso, con frecuencia es alguien que no está motivado.

Orosmán dijo...

Ud Mieres, que es compatriota, me va a entender: no soporto a la gente cuando dice que los uruguayos somos todos unos vagos, o que los artistas son todos unos vagos, o los jóvenes. Las generalizaciones son paridas con la injusticia y además sólo sirven para generar prejuicios. A su vez los prejuicios nos impiden razonar con claridad y producir cambios necesarios y favorables.

Líber dijo...

Tiene razón. Está lleno de gente que se pasa haciendo cosas para en realidad no hacer nada. Es como una pantalla que se ponen sin darse cuenta y con la finalidad de no enfrentarse a ellos mismos. Parecen laboriosos, pero en realidad son vagos con estrés. Lo menos que uno puede pedir, si elige ser vago, es pasarla bien.

Anónimo dijo...

Discrepo pero totalmente con el articulo, primero creo que un especialista en el tema (un medico psiquiatra) diría que el desgano no es síntoma de salud mental. Ademas notan groseros errores como una confusión entre eficaz, eficiente y económico.
Te aclaro que un proceso eficiente no implica que sea económico.

Un "colibrí consume mucha energía para volar y sin embargo vuela y mejor que un águila por que puede mantenerse suspendido en el aire (en este caso el proceso de vuelo del colibrí es eficaz y eficiente pero no económico)"

Después: Lo que hace la diferencia es que ese que calificamos como muy laborioso, tiene unos objetivos de vida mucho más difíciles, complicados e inaccesibles que el otro que pasa muchas horas durmiendo.

Otro error dos personas con el mismo objetivo pero con distintos recursos no realizan probablemente el mismo trabajo para alcanzar su objetivo. Tampoco tiene relación las horas de sueño con el trabajo realizado para alcanzar un objetivo.

Ademas intentas justificar erradamente una idea falsa que es la de que los pobres son pobres por que quieren o por no plantearse mayores objetivos; idea que ademas de falsa es asquerosamente fascista.

Irene dijo...

Vago es el que no trabaja, pero también puede que lo asociemos, por similitud, al que anda vagando, el que va sin rumbo fijo.
En ese sentido, ser un vago puede ser una aventura maravillosa. Sería adoptar la postura ante la vida que implica estar atento a las oportunidades que van surgiendo, con la incógnita de cuál será nuestra trayectoria y nuestro destino final. Esta forma de vida es imposible para el hombre sedentario. Con sedentario me refiero al humano que se estableció en un lugar para trabajar la tierra, criar animales, formar familia, pertenecer a una comunidad. La opción sedentaria es la predominante, y sin dudas nos trae muchísimas ventajas y gratificaciones, aunque no por eso dejemos de ver que tiene sus bemoles...

Gabriela dijo...

Es cierto que dos personas con distintos recursos no invierten el mismo trabajo para alcanzar el mismo objetivo. Obviamente el que tenga menos recursos deberá recurrir más al trabajo propio y no estará en condiciones de delegar funciones.

Es importante señalar esto y también lo es el hecho de diferenciar entre eficaz eficiente y económico.

Más allá de esto, me siento en la necesidad de aclarar (porque sigo los artículos de Fernando desde que empezó con sus blogs) que acá no está presente la idea de que los pobres son pobres porque no trabajan. Yo soy psicóloga y mis colegas (Fernando es un colega) difícilmente piensen el tema de la pobreza de una manera tan simplista.

Los que trabajamos tomando como punto de apoyo la existencia del inconsciente, entendemos al sujeto como un "sujeto-sujetado" es decir, multideterminado por sus características individuales y por las circunstancias que le han tocado vivir. Por lo tanto una persona no estaría en condiciones de "elegir" ser pobre.

Los psicólogos que trabajan con el paciente desde las posibilidades del campo consciente, proponen cambios graduales, acción y reflexión. Son los primeros en conocer lo difícil que es, por ejemplo, lograr un cambio de hábitos. Por lo tanto no creo tampoco, que ellos opinen que el pobre en realidad es alguien que no hace ningún esfuerzo por salir de su situación.

Desde el punto de vista psiquiátrico, pensarlo de ese modo sería como afirmar que todos los pobres tienen una estructura psicológica psicopática, es decir, que todos son personas incapaces de sentir culpa por su desidia, razón por la cual no hacen nada y se sienten de lo más cómodos.

Repito, el planteo de que los pobres son pobres porque quieren, es completamente ajeno a todo lo que se ha planteado en este blog.

Elena dijo...

Creo que acá no se plantea que ser vago sea un índice de salud mental. El que afirma esto leyó a las apuradas, poniendo por delante sus prejuicios.
Omar explica el tema con claridad, lean su post.