
«El tiempo es oro» dicen algunos, queriendo significar que por ser tan valiosos sería conveniente no perderlos.
En esta línea, el ocio es una forma de derroche, despilfarro, malversación. Hasta podría decirse que las horas dedicadas al descanso (sentarse, escuchar música, dormir), son muy costosas porque se pagan con oro = tiempo.
Probablemente lo que se quiera decir no es que debamos pagar de alguna manera cuando perdemos el tiempo sino más bien que dejamos de ganar.
Aunque descansar puede ser una forma de producir. Quien está tirado en una cama, mirando el techo y reflexionando, quizá esté trabajando.
Depende sobre qué reflexione.
Si piensa en cómo mejorar sus ingresos, aumentar las ventas, bajar los costos, perfeccionar la competitividad, entonces tiene un pensamiento útil, práctico, productivo.
Si piensa en la vida, el porqué del universo, en la conducta humana, entonces tiene un pensamiento improductivo, abstracto, sin utilidad práctica.
Según dicen quienes creen que saben, una de las diferencias entre el animal humano y el resto de los animales es que nosotros podemos pensar en el futuro mientras que los demás animales sólo piensan en lo actual (hambre, sed, hembra en celo, un depredador quiere comerme).
En el fondo, nos diferenciamos en que los animales no saben que en el futuro está la muerte y nosotros sí lo sabemos.
Cuanta mayor importancia tiene para los humanos el futuro, más dinero quiere acumular ... porque el tiempo es oro y su cabeza proyecta no sólo para mañana o el mes próximo, sino para las próximas décadas.
En suma: el animal humano que piensa futuros más lejanos necesita producir más dinero (ricos) que el animal humano que piensa futuros más próximos (pobres).
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Nota: La imagen corresponde al empresario mexicano Carlos Slims (1940 - ), considerado en 2010, el hombre más rico del mundo.
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