jueves, 10 de mayo de 2012

La libertad inconsciente de ganar dinero



Es probable que las personas que ganan dinero con facilidad no asocien inconscientemente la satisfacción económica con los deseos prohibidos incestuosos.

La preocupación por las dificultades de quienes no pueden obtener lo que precisan para satisfacer sus necesidades y deseos, también puede plantearse como la «preocupación» por quienes inconscientemente rechazan la satisfacción.

El inconsciente guarda, oculta, esconde deseos, fantasías, intenciones, que no deben mostrarse en la conciencia. El fenómeno está provocado por algunos recursos interesantes.

Cuando un paciente recibe de su analista alguna interpretación, alguna hipótesis de cuál podría ser un contenido del su inconsciente, es normal que el analizante (paciente) tome la idea con incredulidad. Esta reacción es un buen indicador sobre el posible acierto de la interpretación.

Efectivamente, la incredulidad, la apariencia disparatada de una idea, es un buen disfraz para que esa idea sea sistemáticamente descalificada, ignorada, negada por la conciencia de quien necesita mantenerla oculta por algún motivo que, muchas veces, perdió vigencia aunque siga provocando angustia.

Para el 99% de las personas, sus fantasías incestuosas son increíbles, inaceptables, imposibles. Jurarían que nunca pasó por sus cabezas el deseo de tener hijos con su mamá, sin embargo el 100% tuvimos ese deseo.

El asunto no sería grave si no se tratara del deseo más importante en la vida de una persona, porque nuestra única misión (1) (también reprimida, ignorada, descalificada) es reproducirnos con nuestro primer y único amor: mamá.

La ominosa (fatídica, siniestra) prohibición del incesto nos deja la predisposición inconsciente a suponer que todo gran deseo es tan prohibido como ése.

En esta hipótesis es posible suponer que las personas que ganan dinero con facilidad y que casi no encuentran obstáculos para satisfacer sus necesidades y deseos, son quienes han tenido la fortuna de no asociar inconscientemente el placer de satisfacerse con el placer incestuoso.

 
Otras menciones del concepto «incesto»:

     
(Este es el Artículo Nº 1.550)


8 comentarios:

Gabriela dijo...

Sí, es probable que toda satisfacción se asocicie en nuestro inconsciente, a la satisfacción de los deseos incestuosos.
Aunque para la niña, igual que para el varón, el primer amor es su mamá, quiero destacar la importancia del padre. Probablemente la niña y el niño, tengan los deseos de procrear con su papá, más reprimidos aún. El papá siempre fue más prohibido que la mamá, estuvo más lejos. Para la niña, desear sacarle el compañero a mamá debe generar mucha culpa. Para el varón, querer tener hijos con papá también debe generar mucha culpa, porque socialmente la homosexualidad sigue siendo condenada.

Elena dijo...

Cuando el padre hace girar su vida entorno de su esposa y relega a un segundo plano a sus hijos, quizás los deseos incestuosos de los niños sean aún más fuertes.

Mª Eugenia dijo...

No entiendo a esas personas que no asocian la satisfacción a la satisfacción incestuosa. En lo más profundo de su inconsciente ¿a qué asocian la satisfacción?

Alicia dijo...

Se me ocurre, Mª Eugenia, que podría pasar que esas personas hayan sentido satisfechos sus deseos incestuosos con sus padres. No porque hayan tenido sexo con ellos, o tengan la fantasía de que lo han tenido (eso según Freud causa serios trastornos). Lo que pudo haber pasado es que de manera metafórica hayan podido tener hijos con sus padres. Por ej. si a un niño papá o la mamá, le regala la pelota y los zapatos de fútbol, en el momento que más lo desea, podría ser una forma de sentir que ha tenido hijos con papá. Si a la niña su mamá o su papá le regala la muñeca que más desea tener, en el momento apropiado, puede sentir que ha tenido hijos con mamá o con papá.

Hugo dijo...

Siguiendo con el pensamiento de Alicia, se me ocurre que si los padres se pasan todo el tiempo haciéndoles regalos a sus hijos, el objeto metafórico deja de tener importancia, pasa a ser un regalo más que se hace por costumbre el día de Navidad o el día de su cumpleaños, o cada vez que al chiquilín se le ocurre.

Luis dijo...

Si tomamos como cierta la asociación que plantea Freud entre hijos-caca-dinero. También podríamos suponer que la caca (regalo) y el dinero (regalo, pene), podrían simbolizar y satisfacer, en cierto modo, el deseo de tener hijos con mamá y papá.

Oliverio dijo...

Entonces quien logra hacer dinero con gran facilidad, pudo ser alguien que sintió satisfecho, a nivel simbólico, el deseo de tener hijos con sus padres.

Roque dijo...

Antes era bastante frecuente que los padres hicieran enemas a sus hijos pequeños, para ayudarlos a mover el vientre. Cuando tenemos relaciones sexuales movemos (literalmente) el vientre, sobre todo en la posición clásica de ¨misionero¨. Cuando nos hacen un enema o nos ponen la ramita de perejil en el ano, es metafóricamente, como si nos introdujeran el pene.