En otro artículo (1) les comento que el
imaginario popular está sintiendo que los Estados ya no son aquella figura paterna, protectora pero severa, con
un alto sentido de la justicia pero cruel a la hora de juzgar y castigar.
Decía en ese artículo (1) que ahora imaginamos
a los Estados como si fueran «madres», poderosas pero con ese rasgo femenino de tolerancia,
comprensión, espíritu de sacrificio, que suelen tener nuestras madres
biológicas.
Si esto
fuera cierto, nuestra relación con el dinero tiene que haber cambiado junto con
esa percepción subjetiva sobre el «temperamento» de los Estados.
Parto de la
suposición de que el cuerpo es el máximo determinante de cómo somos porque
funciona como la antena que recibe las señales de la naturaleza, la que, en
definitiva, determina todos y cada uno de nuestros acontecimientos, sensaciones,
vivencias.
Las mujeres
estuvieron relegadas durante milenios porque la precariedad de la tecnología de
apoyo (máquinas, recursos materiales) seguía necesitando de la musculatura de
nuestros cuerpos para poder sobrevivir como especie, pero ahora ya no es tan
necesario el esqueleto muscular porque hasta las máquinas más poderosas pueden
ser conducidas con un mínimo esfuerzo físico aunque con un mayor desempeño
intelectual.
Después de
la Segunda Guerra mundial, el fragor de los conflictos viene perdiendo
«temperatura». Ahora los conflictos no se resuelven con hombres aguerridos
peleando cuerpo a cuerpo sino que la distribución del poder depende más de
máquinas que pueden ser manejadas por personas fuertemente capacitadas, de
cualquier sexo y opción sexual (incluyo gays y lesbianas).
Si la
abundante musculatura perdió protagonismo también lo perdimos los varones pues
no tenemos mucho más que eso (músculos).
Hombres y
mujeres pensamos el dinero de forma diferente.
(Continuará)
(Este es el
Artículo Nº 1.552)
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9 comentarios:
jajajaja!!! muy buena la foto con el pendrive.
Es verdad que la fuerza muscular es cada vez menos necesaria, pero no olvidemos a los miles de millones de personas (hombres y mujeres) que aún trabajan utilizándola.
Si estaré marcada a fuego que cuando leí en el 2º renglón del 1er párrafo, primero leí Estados Unidos, y luego me di cuenta de que sólo decía Estados.
Soy madre adoptiva y me molesta su aclaración de ¨madres bilógicas¨. Supongo que ud no será padre adoptivo y por eso no puede comprenderme.
Me quedé pensando en lo que ud. dice al final: ¨hombres y mujeres pensamos al dinero diferente¨. Puede ser que para el hombre el dinero tenga más importancia porque al varón lo amenaza la fantasía de castración.
En nuestras universidades (Uruguay), hay más hombres que mujeres. Es probable que las mujeres se estén capacitando más y por lo tanto, en ese caso estarían más aptas para enfrentar los nuevos tiempos.
A pesar de que el pene es un órgano y no un músculo, la erección depende de los pequeños músculos de las arterias.
Los músculos son muy importantes en los hombres.
Cuando habla del temperamento maternal de los estados ¿se refiere al proteccionismo?
Euge, tenés acá nomás el ej. de Argentina con Cristina Fernández, y las dificultades que estamos teniendo para exportar nuestros productos a ese país, a pesar del Mercosur.
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