Existe una correlación entre la cantidad de dinero recibido
y la cantidad de exigencias que la vida nos impone.
Es muy probable que las necesidades y los
deseos del ser humano acompañen el estado corporal de cada uno.
— Un niño (de cero a veinte años) tiene muchas
necesidades pero en poca cantidad porque su cuerpo es pequeño;
— una persona adulta (de veintiuno a sesenta
años) tiene muchas necesidades en mucha cantidad porque su cuerpo es el más
grande y activo de toda la existencia de cualquier ejemplar de nuestra especie;
y
— una persona adulta mayor (de sesenta y un
años hasta morir), tiene pocas necesidades porque su cuerpo sigue siendo grande
pero genera poca energía por el desgaste natural del envejecimiento.
Si observamos las responsabilidades que tienen
los integrantes de cada franja etaria, podemos observar que:
— los niños son económicamente dependientes y
socialmente procuramos que no trabajen pero que destinen su energía a formarse
mediante el estudio y el juego;
— los adultos son económicamente productivos y
socialmente procuramos que trabajen para autosustentarse a ellos mismos y a sus
familias, por eso es frecuente que reciban los ingresos monetarios más altos de
su vida;
— los adultos mayores son económicamente
productivos aunque en tareas de baja exigencia muscular y mayor exigencia
intelectual (tareas de dirección, asesoramiento, administración), con miras a
jubilarse, donde los ingresos suelen descender porque es normal que necesiten
menos cantidad de dinero pues las personas a su cargo debieron pasar a la etapa
de autosustentación.
Si esta descripción fuera correcta y en
condiciones normales (sin enfermedades, ni accidentes, ni tragedias
excepcionales) deberíamos encontrar que la etapa más cargada de exigencias,
preocupaciones y angustia, se corresponde con la etapa de mayor productividad y
compromiso (de veintiuno a sesenta años).
En suma: La cantidad de dinero y de exigencias recibidos, son proporcionales.
(Este es el
Artículo Nº 1.601)
●●●
10 comentarios:
Sí, en nuestra cultura y en nuestro tiempo esa correlación parece lógica.
En otros tiempos, o mas bien, en otros lugares,(algunos a la vuelta de la esquina) procurábamos que los niños se formaran mediante el trabajo.
¿A qué se refiere con una necesidad en poca cantidad?
No soporto que se le diga niño a un individuo de veinte años. Niño se es hasta los nueve años; a reventar hasta los doce.
Creo que cuando Fernando habla de la poca cantidad de una necesidad, se refiere al gasto de energía que la persona, según su edad y su motivación, está en condiciones de hacer.
Qué momento difícil los sesenta! Las responsabilidades empiezan a ser menos, pero si las cosas andan bien, las ganas de vivir siguen intactas.
No olvidemos que la mayoría de los niños del planeta, no se forman mediante el estudio y el juego. Ni a través de una familia continente.
Lo que pasa es que el modelo jubilatorio está pensado para una familia tipo: papá, mamá y los nenes. Pero estas familias están en extinción. Cuando la persona se jubila, sus ingresos bajan a la mitad, no tiene compañera o compañero para compartir sus gastos y los hijos no están en condiciones de ayudar a ninguno de los dos.
A partir de esa situación que plantea Gabriela, el Estado intenta paliar la situación. La de jubilados y pensionistas, la de mujeres solas con hijos, la de jóvenes que no estudian ni trabajan, la de hombres que han perdido su trabajo. Necesariamente cada vez pagamos más impuestos. Y más o menos la vamos llevando.
Qué cosa. Ahora de adulto es cuando recibo los ingresos más bajos de mi vida. Mi familia no está. No tengo hijos. Me cuesta mucho conseguir trabajo, y recibo una pensión que apenas me alcanza para pagar la pensión donde vivo.
A la etapa de 21 a 60 años le llaman la etapa del héroe.
Publicar un comentario