Con las «encuestas de opinión» los gobernantes averiguan cuál será el costo político de afectar los intereses de los ciudadanos.
La administración del dinero requiere evitar
la torpeza, como quien maniobra con agua caliente (evita quemarse), con tinta
(evita mancharse), con vidrio (evita romperlo).
Un error, no solo posible sino también muy
frecuente en la manipulación del dinero, consiste en no calcular correctamente
la relación ingresos-egresos.
A la hora de gastar el dinero, resulta
esencial contar con él y no gastar de más porque, si bien existe el crédito
(endeudamiento), sabemos que este siempre tiene un costo que aumentará nuestras
pérdidas.
Es posible calcular inversiones futuras, no
solo cuando haremos un gastos cuyo costo es igual a otro ya realizado en el
pasado, sino también porque es posible pactar (contratar) con nuestros proveedores,
de tal forma que ellos se comprometan a entregarnos determinado bien o servicio
a cambio de una cantidad de dinero determinada (y no más de esa cantidad).
Mediante la presupuestación es posible asegurar
que el gasto que haremos no será superior al dinero del que disponemos.
Esto es así en nuestra economía doméstica,
quizá todos lo conocemos, pero ahora les haré un comentario que parece
apartarse del tema, aunque no se aparta.
Los gobernantes acostumbran contratar la
confección de «encuestas
de opinión» para orientar sus decisiones.
El uso que
hacen de ellas es muy variado: algunos se guían estrictamente por los
resultados mientras que otros los utilizan como una simple referencia.
¿Por qué
utilizan «encuestas de opinión»? Porque esta es la manera de hacer un presupuesto sobre un fenómeno que no tiene
antecedentes actualizados.
Así como
personalmente podemos pedir un presupuesto para que nos pinten nuestra vivienda, los
gobernantes averiguan cuál será el costo político de tomar una determinada resolución
que afecte los intereses de los ciudadanos.
(Este es el
Artículo Nº 1.624)
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11 comentarios:
Ya quisiéramos nosotros poner una estatua así en la plaza del barrio!!! Le haría honor a unos cuantos.
En dictadura el costo político se asume contando con la represión violenta de cualquier descontento.
En esas encuestas yo digo cualquier cosa. Me divierte la posibilidad de actuar un personaje que no soy y por tanto responder cosas que respondería él y no yo.
La relación ingresos-egresos se nos va al diablo cuando ¨olvidamos¨ lo que en realidad podemos gastar, porque nos surge algo demasiado interesante, importante, ineludible.
Al hacer uso del crédito tenemos que asumir la posibilidad de que nuestras condiciones de futuro sean peores que las presentes. Vale la pena correr el riesgo, pero siendo conscientes de que lo asumimos.
Es lógico que en una democracia, los gobernantes no quieran asumir costos políticos que los perjudicarían. También es lógico que quieran contar con el apoyo de la mayoría, porque supuestamente es la mayoría la que gobierna en democracia. No pueden ni deben gobernar en contra de los intereses de la mayoría.
Para asumir con responsabilidad un gasto es necesario saber primero cuál será. Se nos complica cuando costos y beneficios andan a la par. Ahí es difícil decidir. En esos casos nos inclinaremos por lo que nos pide nuestro deseo.
Con respecto a la legalización de la comercialización de la marihuana en Uruguay, parece que estamos en un 60 - 40. 60% de la población en contra. De pronto si la encuesta vuelve a realizarse dentro de dos meses, los porcentajes se emparejen. Depende de quienes salgan a defender una y otra propuesta. Depende de cómo lo hagan y de quiénes lo hagan. Dependerá también de la sensación térmica respecto de la inseguridad ciudadana. Dependerá de la movilización de las organizaciones sociales interesadas.
Luego de que actúen todos los que influyen en la opinión pública, el público tendrá que acatar lo resuelto. Con cuanto entusiasmo se aceptará la decisión de la mayoría, no se sabe. Pero después de la discusión algo habrá cambiado.
Tenés una visión muy naif de las cosas, Martina. Existe la corrupción, sabés. Los que levanten la mano en senadores y diputados pueden tener dinero en el bolsillo.
Para asumir costos políticos yo soy medio kamicaze. Yo me tiro. Me gusta dejarme llevar por el impulso. Después veo que hago con las rupturas. Hasta ahora no me ha salido demasiado caro.
Los años te hacen más temeroso y precavido. Te hacen pensar más en las consecuencias.
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