Con la garantía que nos ofrecen, los fabricantes se ahorran las tareas y los costos de controlar la calidad.
Una observación minuciosa podría llevarnos a
la conclusión de que los seres humanos no inventamos nada sino que, lo más que
logramos, es modificar lo que ya existe, combinar ingeniosamente algunos
fenómenos que en la naturaleza se encuentran separados, cambiar tamaños,
energías, diseños, pero nada sale de nuestra mente que ya no esté en la
naturaleza.
El axioma que sostiene esta afirmación es
aquel que dice «No se
puede sacar de donde no hay».
La
naturaleza tiene una forma de tratar a los nuevos ejemplares de cada especie,
dejando que mueran cuando no están en condiciones de seguir viviendo (viabilidad).
Para los
humanos es difícil admitir esa crueldad y nos esforzamos denodadamente para
salvar todas las vidas que podamos, aún a costa de prolongarle la existencia a
alguien que no desee vivir con esas limitaciones.
Los
fabricantes le copian a la naturaleza esta conducta y largan al mercado
productos que no superaron los controles de calidad. Eso sí, le aseguran a los
compradores que contarán con un período de algunos meses para reclamar por los
defectos encontrados.
Cuando digo
que «no superaron los controles de calidad» quiero decir en realidad que esos
controles nunca se hicieron porque, si se hubieran hecho, habrían elevado el precio final disminuyendo
de esa forma la competitividad con otros fabricantes más inescrupulosos (que no
controlaron la calidad).
El consuelo
para los compradores está en que se sienten gratificados cuando reclaman y su
pedido es atendido, inclusive entregándole una unidad nueva en remplazo de la
fallada.
En
realidad, los compradores estamos trabajando para el fabricante, haciéndole la
tarea de controlar la calidad del producto y perdiendo nuestro tiempo en ir a
cambiarlo por otro que quizá funcione.
(Este es el
Artículo Nº 1.657)
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8 comentarios:
La verdad que no me había percatado de que era así, que le hacemos gratuitamente el trabajo al fabricante cuando el control de calidad lo hacemos nosotros. En el mejor de los casos es como ud. dice, funciona la garantía, pero con mercaderías poco costosas si no revisamos al momento, antes de comprar, corremos el riesgo de ser estafados.
Supongamos que por defectos de fabricación una computadora es inviable. Antes de tirarla a la basura le sacan todas las partes útiles, digo yo. Cuando un ser humano es inviable, sacarle las partes útiles equivale a matarlo, salvo que eso se haga después de que la persona ha muerto. Para mí esa es una buena cosa, por eso soy donante.
Algunas personas son medianamente inviables para subsistir en el lugar y la época que les tocó. En esos casos, a veces, tratamos de ayudarlos para que puedan seguir adelante con sus vidas. Si no me equivoco, ese es un comportamiento exclusivamente humano.
Hay gente que nace viable y en el discurrir de su existencia se convierte en inviable. En esos casos se puede intentar lo que llamamos una rehabilitación, siempre y cuando la persona en cuestión esté de acuerdo. Otras cosas que solemos hacer es aplicarles la pena de muerte, la cadena perpetua, hacer justicia por mano propia o dejarlos librados a su suerte.
Es bastante palpable que nos cuesta decidirnos por una solución o por otra.
Continuando el planteo de Ingrid, pienso que también existe otra posibilidad: que la persona en cuestión resuelva por si misma quitarse la vida.
En el discurso lo que aparece es que intentamos bajar la tasa de suicidios. En los hechos creo que en pocas partes del mundo se hace demasiado al respecto. Por supuesto que existen honrosas excepciones, pero la tasa de suicidios en muchos países continúa siendo alarmante.
No creo que como dice Rubén haya que luchar contra el suicidio. Para mí es un derecho humano.
¿Cuánto tiempo tengo para reclamar por los defectos encontrados a nivel familiar?
Me parece que Eugenia va a tener que ir a la Sección: Cuentas Pendientes.
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