A los pobres indígenas americanos les cambiaban el oro y la plata por espejitos de colores. A los actuales sudamericanos les cambian toda su producción por papelitos verdes llenos de dibujos. Para mí siempre tuvo más valor un metro de espejo que un metro de papel.
11 comentarios:
Está buenísimo el razonamiento pseudo ingénuo!! Dicen que quizá le quede poco tiempo de vida a este papelito verde con dibujos.
A mi me da igual porque ni los tengo ni me interesa ese país, lo que sí me preocupa es que sigamos con la mentalidad de los indígenas, cambiando riqueza por chirimbolos.
Las heces miran con simpatía al papel higiénico. Finalmente darán a su excretor un toque de limpieza.
Los débiles siempre pierden con los poderosos. A veces -pocas- los débiles logran juntarse para ganarle algo a un poderoso. Las cosas parecen funcionar en círculos viciosos o virtuosos: el que es fuerte se hace cada vez más fuerte y el que es débil ... La rebeldía es el sentimiento que surge cuando esta ley natural no puede tolerarse. La rebeldía parece sacar fuerza incluso de la debilidad.Los países o las instituciones son más longevos que los individuos, pero no son inmortales. El poder es rotativo pero cambia de mano a lo argo de varias generaciones. EEUU parece estar retrocediendo ante China.
Si pudiéramos pensar el fenómeno como hacen los buenos historiadores, quizá podríamos convenir en que la transacción indígena estaba llena de sabiduría.
Ellos pensaban que los más valioso en la vida es uno mismo y por eso valoraban especialmente ese maravilloso material que les devolvía su propia imagen. Hoy hemos desplazado autoimagen a un representante como puede ser un auto carísimo, a una casa enorme, o a cosas que nos sustituyen.
El indígena se consideraba valioso a sí mismo y el hombre moderno considera valioso su auto.
Quizá el dueño del blog haya querido decir esto cuando remata diciendo que los espejos son más caros que el papel.
Elías: ¡¡Sos un genio total!! Qué bueno lo que pensás!! Nunca se me hubiera ocurrido y ahora lo veo clarito.
Uno mi aplauso al de Alicia. Qué buena que está esta forma de entender a los indígenas y su sabiduría. Capaz que si leyera esto Eduardo Galeano, enseguida se apilaría para incorporarlo a sus panfletos.
Felicitaciones Elías!!!!!!!!!!
Muy inteligente la ironía de comparar el valor de un metro de espejo con el valor de un metro de papel.
Lo de Elías: Genial!
¿Cuánto puede valer un metro cuadrado en La Meca? ¿y el metro cuadrado del Muro de los Lamentos? El oro y la plata era muy valioso para los conquistadores y se vinieron hasta acá solamente para llevárselos. Sin embargo lo valioso para los indígenas era otra cosa.
Cuando referimos a esta historia lo hacemos con cierta sorna, como si fuéramos menos tontos que los aborígenes. Es probable que no exista tal superioridad. Pero también queremos tirarle un tiro por elevación a los que fueran nuestros amos y contra quienes peleamos en las revoluciones independentistas.
Cuando en 1992 se conmemoraron los 500 años del descubrimiento de América, salió a luz mucho resentimiento. ¡Algunos olvidos no se producen!
De acuerdo con que la indiada era bastante cholula con el tema de los espejitos, pero resulta que los supervivos informáticos compran todo guiados por la vistosidad de las interfases gráficas de los aplicativos.
... O estos nerds serán la reencarnación de aquellos Incas y Mayas truequeadores compulsivos?
Para mi "espejitos de colores" son los trabajos que me presentan los alumnos pretendiendo distraerme con sus carpetitas, etiquetas y mucho diseño cuando lo que tienen que demostrar es que entendieron los aspectos conceptuales de mi asignatura (Proyectos colectivos).
De todos modos supongo que algún resultado les debe dar esto de envolver sus trabajos para regalo porque si no se lo diera habrían dejado de hacerlo.
Resumiendo: La historia se repite y los españoles no eran los únicos avivados.
Parece que cuando el rey de España le dijo a Chaves "Por qué no te callas", éste reaccionó airado y ordenó que se devuelvan todos los espejitos de colores que Venezuela estuvo recibiendo cuando los indios de Maracaibo vendían el barril de petróleo a sólo dos espejitos.
¡Que momento!
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