lunes, 21 de abril de 2008

La parábola del hijo avivado

Cuenta San Lucas en su evangelio lo que después dio en llamarse “La parábola del hijo pródigo” que yo llamaría más bien “La parábola del hijo arrepentido” y así se entendería mejor.

Esta narración se la contó Jesus a sus discípulos cuando estos le preguntaban en tono recriminatorio por qué trataba igual a “justos y a pecadores”.

Dicha parábola cuenta que el hijo menor de un hacendado le pidió al padre que le diera el dinero que le correspondía como hijo y con ese dinero se fue a pasarla bien. Cuando le sobrevino la ruina económica, volvió arrepentido y el padre hizo un festejo que puso celoso al hijo mayor que siempre lo había acompañado y que no había dilapidado el dinero como había hecho este hermanito licencioso.

Jesús pretendía transmitir la gran capacidad de perdón que tiene Dios para con los arrepentidos pero hoy, en el siglo XXI, la estructura de este relato sigue funcionando aunque de forma algo diversa que paso a explicar:

Cuando alguien tiene una mala conducta y demuestra realizar un cambio favorable a partir del pedido de una persona poderosa (padre, madre, jefe, patrón), este personaje poderoso suele ponerse tan contento que olvida la persistente buena conducta de quienes nunca tuvieron que ser encarrilados.

Estos suele conceptualizarse como «selección adversa» porque un gesto fortuito termina beneficiando injustamente a alguien en desmedro de quienes siempre se merecieron la más alta consideración y estima. En otras palabras: A veces gana más un ex-malo que un bueno full time.

Es interesante conocer este rasgo tan humano para que cuando suceda en perjuicio nuestro, podamos tener las ideas claras como para gestionar eficazmente el resarcimiento que pudiera correspondernos.

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15 comentarios:

Anónimo dijo...

La ausencia de discriminación es una forma injusta de comportarse. Si alguien te abandona y otro sigue a tu lado, no me parece nada aconsejable que colmes de regalos al que te abandonó por el simple hecho de que después vuelva con la cola entre las patas.

Está muy bien que se arrepienta, está muy bien aceptar sus disculpas, pero no tiene sentido ponerle una coronita porque finalmente hizo lo que nunca debió dejar de hacer.

Anónimo dijo...

Me siento señalada por este relato porque cuando fui joven cometí muchas locuras y hoy que ya soy grande tampoco puedo justificarlas. Tuve tres hijos con diferentes hombres que terminaron siendo criados por mis padres, desplazando a mi hermano más chico que siempre tuvo una conducta ejemplar pero que nunca pudo cumplir el sueño de tener su dormitorio porque mis hijos lo fueron invadiendo cada vez más.

Hace años que no nos hablamos ni sabemos nada el uno del otro. Creo que él sigue resentido por todo el perjuicio que le causé y quizá esté molesto también con mis padres porque fueron demasiado tolerantes con mis locuras.

Lo lamento hermanito. No sé qué pasó.

Anónimo dijo...

Casualmente Murillo fue contratado para hacer varias pinturas sobre La par�bola del hijo pr�digo pero �sta de los ni�os comiendo no s� si corresponde a la serie o no. Lo que si creo es que muri� pintando. Cuando ten�a 65 a�os se cay� de un andamio cuando hac�a una pintura en una iglesia y meses despu�s falleci� a consecuencia de las graves heridas.

Anónimo dijo...

Me divierto barato. Dicen que en un examen de literatura un alumno respondi� Los cuatro evangelios son...tres... San Mateo y San Lucas.ja-ja

Anónimo dijo...

Cuando tenía unos pocos años, vivía en una casa muy linda, grande, con jardines, hamaca, tobogán, piscina, sube-y-baja. Éramos tres familias con muchos niños. Mi diversión predilecta consistía en mirar los libros de mi abuelo que contenían muchas imágenes. Ahora que ví el cuadro de Murillo "Niños comiendo melón", recordé que yo soñaba con ser libre como ellos, hacer mi vida, ir a donde quesiera, no tener que bañarme diariamente, dormir en cualquier lugar, tener mi dinero para comprarme lo que se me antojara. Los niños mendigos de Murillo eran mi ideal.

Anónimo dijo...

Donde trabajo ahora justamente está por pasar algo de esto. La hija de la dueña es una despistada que trabaja con nosotras, hace cualquier cosa, la madre le pide que por favor se vaya a seguir estudiando cualquier cosa, se va, ahora está por volver otra vez y nos desplaza a las empleadas que estamos al firme todo el año tratando de mantener el negocio del cual vivimos todos.

Reconozco que es la hija pero eso no quita que la dueña tenga que siempre estar apoyándonos y desplazándonos cada vez que la hija anda por ahí como bola sin manija y usan el lugar donde yo me gano el sueldo como reformatorio juvenil. O es un negocio o es una clínica psiquiátrica.

Anónimo dijo...

A la parroquia adonde yo iba en mi pueblo había un cura que parecía más un pordiosero escapado de una cárcel.

Estas ideas que acá se plantean como que no se debería hacer no entiendo bien cómo decirlo, él decía justamente que la gente hacía eso y que era mejor portarse mal hasta el límite de la tolerancia de las ricas compasivas y cuando estas empezaban a dar consejos, escucharlas como si nos estuvieran iluminando.

El asunto era ir regulando la buena conducta para que la rica no se diera cuenta de que le estábamos tomando el pelo y para que cada vez se pusiera más generosa con los regalos y las ayudas.

Cuando la cosa empezara a complicarse porque ya no había más posibilidades de seguir 'mejorando' sin convertirse en un esclavo o en un estúpido, había que cambiar de rica.

Si hubiera más curas como Santiago, habría mucho más creyentes y menos pobres. La distribución de la riqueza debe ser gestionada por los pobres y no por lo gobernantes.

Anónimo dijo...

Para mi a la biblia tendrían que actualizarla cada dos años más o menos. Me parece que los que la usan no tienen imaginación o voluntad y la dejan siempre igual. Hoy en día ya casi no se entiende porque está escrita de manera muy antigua. Si la usaran como una enciclopedia digital que cada poco largan una nueva versión, con los datos nuevos, con la forma de escribir contemporánea, metiendo algún mito recargado por ejemplo.

Quizá sea un libro fabuloso pero si no le hacen el mantenimiento se viene abajo. ¿Quién lee la biblia hoy en día? Algún arqueólogo y poca gente más.

Anónimo dijo...

El festejo cuando vuelve la "oveja descarriada" se debe a que se supone un esfuerzo mayor en el cambio que en la persistencia de una conducta.

Anónimo dijo...

Trabajo en una clínica psiquiátrica que recibiría de buen grado a la chica que va y viene del negocio de su madre según nos cuenta Silvana. Además aprovecho para decirle a Salvador que hay más gente que lee la Biblia de la que él se piensa.

Anónimo dijo...

Al cura Santiago ese hay que excomulgarlo!!

Anónimo dijo...

Está tan mal que por un día solamente, se homenajee al que pudo hacer un cambio positivo en su vida. Imaginate que tenés dos hijos y uno cae en la pasta base. Logra salir y cuando cumple el 1er año de estar limpio el otro hermano que nunca se drogó, se pone mal porque los padres le hacen una fiesta sorpresa al hermano. Para tener un hermano así mejor ser hijo único.

Anónimo dijo...

Algunos niños mendigos la pasan bien porque son libres, no tienen obligaciones, manejan su propio dinero y los padres no los molestan.

Anónimo dijo...

Está buena la idea de una Biblia supermoderna. Pero no como la que tienen algunos grupos protestantes, que si, son accesibles en su lenguaje pero al final dicen lo mismo. Bueno, el problema es que esa Biblia agiornada en realidad sería otro libro...

Anónimo dijo...

Llamar a la parábola del hijo pródigo, la del hijo avivado es no creer en nada, los valores están muertos, no existen paradigmas, vivimos en el caos.