domingo, 15 de junio de 2008

Sólo acepto el rol de sano y rico

«El Jorgito que usted conoce es uno de mis tres Jorgitos. También está otro que es el que vive en mi casa que se comporta como si fuera el mismísimo demonio y también tenemos a mi otro hijo Jorgito que es el líder de su grupo en el colegio, amado por sus compañeros y el terror de los docentes. Los tres son hijos míos, parecen trillizos, pero es uno sólo. Sí, aunque ni usted ni yo podamos creerlo».

Este polémico chico imaginario no es más que uno de nosotros que se ve enfrentado a los diferentes roles asignados por los distintos grupos de pertenencia en los que participamos y que a partir de ese enfrentamiento, terminamos actuando según los roles asumidos.

Meterse en el tema de la dinámica de los grupos es fascinante. Pasan cosas que ni la ciencia ficción ni las religiones esotéricas podrían explicar.

Una vez hace muchos años, mi tía le comentó a su hermana (mi madre): «Che, ¿observaste con cuanta atención escucha Fernandito cuando una le habla?» A partir de ahí quedé como alguien que “sabe escuchar” (rol asignado) y como eso me dio un lugar importante entre la gente que para mi es valiosa, entonces me especialicé cada vez más y ahora terminé la carrera de psicólogo, seguí profundizando en psicoanálisis y me gusta mucho escuchar (rol asumido).

En este caso podríamos decir que les conté una comedia, pero ¿se imaginan lo que pasa cuando esto de rol asignado y asumido tiene que ver con la clase social o económica? ¿se dan cuenta que cualquiera de nosotros pudo recibir y aceptar el rol de pobre, carenciado y otras condiciones que convierten la historia en un drama?
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17 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, soy websmaster de http://dineroenunmes.blogspot.com y me pongo en contacto con usted ya que me gustaría saber si le importaría intercambiar un enlace con nosotros. En nuestro blog verá un apartado “Afiliarse”.Espero su respuesta ansiosamente.

Muchas Gracias

Anónimo dijo...

Estoy para la semiótica: Cuando yo era niño, me había creado la idea de que la gente importante usaba lentes (como el pequeño de la imagen) e hice lo que estuvo al alcance de mi poca habilidad para que un oftalmólogo terminara recetándomelos y luego me sentía muy seguro de mí mismo llevando lentes.

Anónimo dijo...

Alguna vez acerté un par de número de teléfono entre un grupo de amigos y a partir de ahí todos decían que tenía mucha facilidad para la matemática. Eso que suena un disparate mayúsculo hizo que durante años estuvieran rompiéndome la cabeza tratando de entender algo que no hace mucho abandoné porque me tenía harto.

Anónimo dijo...

Adoro el teatro porque me permite ser todas esas mujeres que en la vida real no me animo a ser. No creo que tenga talento pero es mi vida.

Anónimo dijo...

Este artículo me recuerda a lo que me dijo el entrenador de natación de mi hijo: "Déjelo un poco tranquilo que su hijo sólo quiere divertirse porque le gusta el agua, por ahora no quiere ser un campeón olímpico".

Casi lo golpeo porque me habló muy mal pero mi mujer me agarró del brazo, me sacó del lugar y ahora estoy entrando en razones. Qué animal que fui con mi hijo.

Anónimo dijo...

Me parece que el rol asignado no se corresponde necesariamente con un rol asumido cuando los que asignan presionan tanto que uno no tiene más remedio que aceptarlo pero nunca puede asumirlo.

Anónimo dijo...

Pongo este comentario porque el niño de la foto me recuerda a mi nietito que siempre me pide plata y a mi me encanta darle y ver la carita que pone.

Anónimo dijo...

¡Muy buena la suposición de que uno es pobre porque lo designan para serlo! Para mi es un trabajo muy pesado que tengo que hacer. Lo comparo con lo que me contaba mi abuelo que sucedía en la época de la Guerra Civil Española que venían y se llevaban a los varones prácticamente para que se mataran en el frente.

Anónimo dijo...

Soy sexy y no me doy cuenta. Cuando me miro en el espejo me veo desagradable, tonta, deforme, no puedo entender que los hombres me digan piropos, me hagan invitaciones de todo tipo y calibre, que saquen la cabeza por la ventanilla de los camiones para decirme cosas lindas y cosas horribles.Es todo un misterio para mí. La única persona que me mira como yo me miro es mi madre.

Anónimo dijo...

A mi hermana le pasa lo mismo que a ti lucia y yo si me doy cuenta que ella tiene una manera de caminar que me provoca deseos sexuales. Todo lo que hace es increiblemente seductor, como mueve la cabeza, el movimiento de su pelo, la forma de mirar y dejar de mirar, como mueve los labios cuando habla, los gestos de fastidio son increiblemente atractivos. Algún día puedo cometer la locura del siglo.

Anónimo dijo...

Mi madre curaba dos enfermedades de los bebitos que acá llamamos "mal de ojo" y "empacho". Ella dicía que no sabía lo que pasaba, pero las otras madres y abuelas cuando veían que sus bebitos lloraban mucho y dormían mal venían a mi casa y mi madre a veces se molestaba porque estaba haciendo algo y tenía que dejarlo porque casi que le exigían la intervención. Ella juraba que no sabía que pasaba pero los niños se mejoraban al instante y mi madre quedaba cansada como si hubiera trabajado duro durante dos horas.

Anónimo dijo...

Mi abuelo vive repitiendo el daño que le hicieron los ecógrafos porque antes él tenía fama de adivinar sin ningún error cuál sería el género de los niños antes de nacer pero desde que existen esos aparatos su arte quedó obsoleto.

Anónimo dijo...

El rol de pobre, de honesto, de santo, de inteligente, de valiente. Todo esto existe y el dueño de ese rol suele creérselo y vivir con él como si fuera una especie de delirio, como los locos que se creen Cristo o Napoleón.

Anónimo dijo...

Desde que tengo uso de razón intentan imponerme el rol de enfermo dentro de mi familia. Prefiero terminar mal a darles el gusto.

Anónimo dijo...

Hace poco _ y en gran medida gracias a la lectura del blog_ tomé conciencia de que me resulta más facil adoptar el rol de pobre que el de rico. No me imagino con guita, sin embargo tengo la fantasía infundada de que todo va a terminar bien, como que por arte de magia dentro de unos años me voy a ver reinstalado en la clase media.

Anónimo dijo...

Cuando llegué a la adolescencia empezó a preocuparme el rol de adulto que se me venía encima. No podía hacer nada para evitarlo, los cambios en mi cuerpo eran más que elocuentes. Como no estaba preparada quedé por fuera, dejé de estudiar, de vincularme con la gente de mi edad. Hasta el día de hoy no me queda claro cómo salí de esa crisis. Creo que asumí la adultez con una pata chueca, sigo mal parada.

Anónimo dijo...

Veo que me voy poniendo vieja y cuesta un dolor enorme asumirlo. ¿Por qué será que generamos una situación tan desfavorable para la vejez? Nadie se escapa, no entiendo, deberíamos darle buena prensa.