sábado, 14 de junio de 2008

Otra sobre la metonimia

Si este artículo fuera el último que escribo sobre metonimia, formaríamos una trilogía con los otros dos titulados Todo lo lindo es bueno. O no y Mi mejor esposa fue Marilyn Monroe.

La metonimia consiste en confundir el todo con la parte y en este caso vale la pena señalar algo que puede ahorrarnos muchos dolores de cabeza.

Si nosotros consideramos que el único resultado que determina el éxito o el fracaso de nuestra gestión es el dinero, estaremos dejándonos llevar por ese defecto mental que estoy seguro que las demás especies no tienen pero que puede controlarse (sin medicación).

La situación completa consiste en que cada uno pueda hacer un buen listado de los aspectos positivos y de los negativos de su vida y luego ver si el rasultado le da ganancia o pérdida. Midiendo solo la cantidad de dinero que tenemos le erramos. Es como casarse con un hombre para toda la vida porque jugando al tenis tiene unos saques imparables.

La columna de las pérdidas estaría integrada por cuánto tiempo estoy haciendo lo que no me gusta; qué desgaste físico y anímico me impone el trabajo; cuántas otras cosas no puedo compatibilizar con él (por ejemplo privarme de ver a mi familia o salir los viernes con mis amigos, etc.).

La columna de las ganancias estaría integrada por cuanto dinero gano; cuánto me gratifica hacer esa tarea; cuán agradables son las personas con las que me vinculo, etc.

Si la resta me da ganancia, entonces me sirve; si me da pérdida: no me sirve. O sea que evaluar la eficacia de mi gestión observando solamente el saldo de mi cuenta de ahorro es una metonimia.

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9 comentarios:

Anónimo dijo...

"La diversión que se ahorra en la juventud es un cheque que no puede cobrarse a la vejez".

Anónimo dijo...

Mi padre siempre hace alarde del cargo que tiene donde trabaja pero no puede darse cuenta (o se hace el tonto a propósito) que vive prendido noche y día al móvil y a la compu y que está trabajando para unos negreros inescrupulosos que lo han tomado de tonto.

Anónimo dijo...

¿Cuál sería la ecuación económica de James Bond? En todas sus películas corre unos riesgos tremendos, pero se acuesta con mujeres maravillosas que no sé si podría encontrarlas fuera de esas aventuras (o fuera de esas películas, jajaja).

Anónimo dijo...

El mejor trabajo es el de guitarrista de una banda rockera. Es una lástima que no me haya tocado ni un cachito así de talento. Estoy reponiendo productos en las góndolas de un supermercado y mi futuro lo veo con calvicie, muchos niños, casado con una gorda y viviendo a dos horas de micro. Me salva que mi cabeza es Hollywood.

Anónimo dijo...

Uno puede hacer estas cuentas cuando tiene resuelto el tema de que consiguió trabajo o espera conseguirlo en cualquier ocasión, pero cuando esta es una posibilidad tan escasa como la de obtener el premio mayor de la lotería, estas evaluaciones son delirantes.

Anónimo dijo...

Si el saldo da negativo ¿qué hacemos?

Anónimo dijo...

Se me da por pensar que cuando en los cuentos infantiles los buenos son lindos y los malos feos, es respondiendo al viejo anhelo de un mundo sin matices, perfectamente bueno, bello, opuesto a otro donde se condensa toda la tristeza, maldad, fealdad. Ese otro mundo negro siempre es vencido por los héroes del lado bueno. Si en las historias para niños las cosas son así, será que a los adultos nos resulta muy difícil soportar la complejidad, los matices, las cosas que permanentemente están cambiando.

Anónimo dijo...

Las mujeres conocemos muy bien el EFECTO METONIMIA. Nos arreglamos, tratamos de ponernos lindas para que nos quieran enteras. Después nos olvidamos que se acercaron por el envase y decimos que nos sentimos un objeto sexual. El conflicto me parece que lo generamos nosotras, porque el hombre viene a buscar lo que está "a la venta" y después pretendemos que compre todo.

Anónimo dijo...

Se me dificulta hacer la contabilidad porque una misma cosa a veces me gusta y otras no.