El ser humano es tan gregario (vive en comunidades) como los demás animales.
Otra particularidad nuestra es que nos vinculamos por identificación, es decir, que amamos a quienes poseen rasgos (creencias, aspiraciones, deseos) similares a los nuestros.
También es cierto que nos desvinculamos por desidentificación porque ignoramos o rechazamos a quienes no poseen nuestras creencias, aspiraciones y deseos.
Si nos vinculamos (acercamos, convivimos, asociamos) con personas que poseen rasgos similares a los nuestros, disminuimos las posibilidades de cambiar nuestra forma de ser.
Por lo tanto lo que genéricamente llamamos resistencia al cambio es una consecuencia de nuestro instinto gregario, de nuestra sociabilidad, de nuestra forma de establecer lazos afectivos.
Es claro que el instinto gregario está alimentado por el instinto de conservación porque nos sentimos más seguros si estamos con los nuestros (familia, vecinos, compatriotas).
Estos impulsos instintivos son incontrolables y nos obligan a tomar ciertas decisiones.
Sin embargo, culturalmente nos sentimos mejor disimulando este sometimiento a nuestros instintos.
Más aún: creemos que los instintos son algo propio del resto de los animales y que los humanos no somos animales. Para demostrarlo, tratamos de ignorar nuestra ciega obediencia a los impulsos instintivos.
Una forma de disimular esta condición que nos avergüenza, consiste en inventar explicaciones racionales que justifiquen esas conductas instintivas que no queremos reconocer como tales.
La estadística nos ayuda informándonos qué hace la mayoría.
¿Qué nos informa la estadística [que es una rama de la única ciencia verdaderamente exacta: la matemática]?
Los números dicen que la mayoría de los seres humanos tienen resistencia al cambio y que son pobres.
Por lo tanto, quienes se guían por la estadística y consideran que las mayorías no se equivocan, seguramente procurarán ser pobres y se resistirán a cambiar (dejar de ser pobres).
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10 comentarios:
Soy muy exigente con las personas que se me parecen ¡Es que las amo tanto!
Yo no veo que los solitarios cambien mucho.
La obediencia a los impulsos instintivos no es ciega, es tuerta. Por eso tenemos tantos conflictos.
Las mayorías se equivocan, pero con menos frecuencia que las minorías.
Los que más se resisten a cambiar son los ricos. Ellos tienen mucho que perder.
Creo en las estadísticas y NO creo en las mayorías. La mayoría de las veces me siento fuera de lugar.
Trato de no comer de una manera muy instintiva. Eso me hace bien porque conservo a mis amigos.
Cada vez que tomo decisiones guiada por mi instinto, acierto.
El resto de los animales son infinitamente mejores que nosotros, sin embargo no son tan "dignos de amor".
A veces es necesario desvincularse de quienes no tienen nuestros deseos para evitar sufrir (tanto).
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