lunes, 9 de mayo de 2011

Los cubanos saben un poco más de Cuba

Apoyamos ideológicamente las libertades de circulación y de elección, pero no sabemos si carecer de ellas —como ocurre en el régimen cubano—, es beneficioso o perjudicial.

La duda es un estado de ánimo molesto, del que todos huimos y que los más esforzados estudiosos tratan de eliminar buscando esa verdad incuestionable que «nos saque de la duda».

La incertidumbre se produce cuando tenemos más de una alternativa para elegir entre dos o más posibles hipótesis, teorías, creencias, ideologías, colaboradores, amantes, objetos, etc..

Como ese estado mental es desagradable, parece una buena aunque drástica decisión, terminar con las dudas, las alternativas y —en definitiva— también con la libertad.

Efectivamente: si vivimos en un país como Cuba, donde tienen un único partido político, donde no están presentes varios canales de televisión, diarios, revistas, radios, dentífricos, sistemas de salud, centros educativos, etc., etc., nos sacamos de encima ese molesto sentimiento de tener que optar.

El gran inconveniente de elegir está en su contrapartida: des-elegir.

Efectivamente, elegir un gobernante implica abandonar a todos las demás. Lo mismo ocurre con las religiones, las viviendas, etc.

Por lo tanto llegamos a la conclusión de que la libertad es algo teóricamente muy deseable pero que padece el gran defecto de enfrentarnos a una infinidad de abandonos (de todo lo que, por exclusión, tenemos que des-elegir).

Aunque es lógico criticar a Cuba por la cantidad de oportunidades que les quita a los cubanos, no podemos dejar de reconocer que estos tienen la ventaja de que todo lo que poseen y no poseen es por culpa, responsabilidad o mérito del gobierno central.

El descenso de la culpa y la responsabilidad son beneficios imposibles de imaginar desde afuera de la isla. Sólo los habitantes saben si la revolución los benefició o los perjudicó. Los visitantes sólo creen saber.

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11 comentarios:

Sarita dijo...

Cada vez que ud habla de Cuba, a mí me dan ganas de agarrarlo del pescuezo.

Christian dijo...

Me estás charlando?

Anónimo dijo...

Los de afuera son de palo. Por eso es que construímos balsas.

Alberto dijo...

Hasta hace bien poco los cubanos incluían cigarros en la libreta de racionamiento. No me diga que no son genios!

Morgana dijo...

Está sacrificando su estilo cristalino, en favor de su cínico sarcasmo.

Ma. Eugenia dijo...

Qué falta en cuba? La libertad o el libre albedrío?

Miranda dijo...

Ud. en el amor es como los cubanos. No se ve obligado a des-elegir a nadie.

Gabriela dijo...

Lo más molesto es tener muchísimas opciones y que no te sirva ninguna.

Ernesto dijo...

La primera misión es conservarnos y conservar la especie. Las primeras libertades que conviene satisfacer son la alimentación y la salud.
De qué sirven 100 canales de televisión si hay millones de indigentes, afroamericanos, indocumentados, locos, adictos, etc, etc, vagando por las calles?

Elena dijo...

Podemos decier que las democracias son el gobierno del pueblo porque se puede optar entre diferentes partidos? Esos partidos lo único que tienen de diferente es el nombre.
En Cuba existe un partido único por decisión del pueblo cubano en referéndum, al aprobarse la Constitución de 1976. Pero el partido no interviene en el proceso electoral ni propone candidaturas. De hecho existen personas delegadas o diputadas que son militantes del partido y otras que no lo son.
Las candidaturas a delegados y a asambleas municipales, se proponen en reuniones de electores de cada barrio. Cualquiera puede proponerse a sí mismo o proponer candidatos. Luego se votan en Asamblea del vecindario, que decide por mayoría las candidaturas finales.
Está prohibida cualquier tipo de propaganda. Las comisiones electorales colocan una fotografía y la biografía de los candidatos/as propuestos, en lugares de afluencia de población.
El voto es secreto. Es escrutinio se realiza de forma pública y puede ser observado por cualquier persona cubana o extranjera.
Ningún diputado o delegado electo a cualquier nivel, recibe salario por su condición de servidor público, no son políticos profesionales. Quienes deban dedicarse por completo a la actividad pública pueden liberarse de su trabajo habitual, recibiendo a cambio el mismo salario.

No me parece que nuestra democracia sea tan democrática como la democracia socialista.

(tomé la información del sitio "librexpresión.org")

Sandra39 dijo...

Lo que poseen los cubanos es fruto del trabajo planificado en beneficio de la nación. No en beneficio de los grandes capitales, que se llevan nuestra riqueza, porque su afán no es el desarrollo nacional, sino el lucro.