jueves, 15 de septiembre de 2011

La salud y el aire son bienes públicos

Para algunas personas puede resultar indignante pagar para que le devuelvan su salud accidentalmente extraviada. La atención gratuita sólo es posible para quienes acrediten ser pobres.

Los seres humanos tratamos de vivir en los lugares geográficos y en las culturas donde nos sentimos más cómodos.

El instinto número uno (el de conservación) así nos «aconseja». Porque es inteligente y saludable hacer el menor esfuerzo posible (1), buscamos las mejores condiciones para facilitar nuestra existencia.

La buena salud es un bien «casi» tan importante como el aire.

Digo «casi» porque es posible vivir con poca salud pero no es posible vivir con poco aire.

Por este motivo, nuestro instinto probablemente tenga fuertes resistencias a considerar que la salud sea un bien transable, vendible, comercializable.

Pagar por servicios de salud quizá indigne a muchas personas tanto como si alguien pretendiera cobrarle el aire que respira.

El psicoanálisis supone que los humanos tenemos una parte de la psiquis (el pensamiento, la función intangible de nuestro cuerpo) inconsciente.

Según esta hipótesis, el inconsciente es el encargado en última instancia de tomar todas las decisiones que conducen nuestra vida. Se presume que actúa según criterios instintivos y alejados de la racionalidad consciente.

Con las ideas mencionadas más arriba, es posible suponer que el inconsciente de muchas personas «prefiere» vivir en lugares, culturas o circunstancias en las que la devolución de la salud perdida (curación, restablecimiento) no se cobre.

Para que no nos cobren cuando nos devuelven la salud accidentalmente extraviada, tenemos que buscarla (pedir asistencia) en instituciones que atienden gratuitamente (hospitales públicos, iglesias, curanderos).

Es condición obligatoria que la salud se devuelve en forma gratuita sólo a quienes acrediten ser pobres, insolventes, económicamente carenciados.

En suma: Muchas personas pueden elegir la pobreza porque en esta clase social la salud se devuelve gratuitamente, sin fines de lucro.

(1) Los honorarios de los trabajadores de la salud

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10 comentarios:

Sandra39 dijo...

CON LA SALUD NO SE COMERCIA

Luis dijo...

Realmente, la salud debería ser un derecho de todos.

Andrés dijo...

El agua potable también debería ser un bien público.

Marina dijo...

Soy pobre para no indignarme y me indigno por ser pobre.

Lucas dijo...

La enorme mayoría de los seres humanos no elegimos el lugar donde vivir, y mucho menos la cultura.
Bah! en realidad no elegimos nada.

Toledo dijo...

Dígame a mí que vivo con medio pulmón!

Mercedes dijo...

Vivir en los lugares donde el aire sea más puro, va a empezar a ser más caro. Y no estoy pensando en un futuro demasiado lejano.

Morgana dijo...

El inconsciente debería darse cuenta que para tener una buena salud hay que poder alimentarse bien, y para eso no se puede ser pobre.

Lorenzo dijo...

Si el inconsciente es el que toma las decisiones más importantes, estamos regalados!

Oriente dijo...

En la Antigüedad los seres humanos disfrutaban del derecho a la libre circulación; aunque ese derecho aún no estaba escrito.