viernes, 16 de septiembre de 2011

El desencuentro entre alumnos y maestros

Los estudiantes de esta época nacieron en la era digital y piensan en consecuencia, pero son educados por docentes que piensan de un modo desactualizado, inadecuado, obsoleto, arcaico.

Estudiamos para poder trabajar y ganar dinero con el que pagar lo que necesitamos para vivir individualmente y con nuestros hijos.

Para poder trabajar tenemos que saber producir ciertos bienes y servicios que otras personas (empleadores o clientes) necesiten o deseen con tanto afán (interés, pasión, intensidad) que estén dispuestos a canjearlos por ese dinero que ellos tienen y que lo consideran menos importante que nuestro ofrecimiento.

Lo expreso de otro modo:

Para que podamos recibir dinero de nuestros empleadores y clientes, tenemos que ser capaces de entregar bienes o servicios que sean tanto o más valiosos que el dinero que ellos tienen.

Cómo decía al principio, estudiamos para saber cómo ser útiles.

Todas las épocas tienen sus dificultades específicas y la nuestra no es una excepción.

Los jóvenes que necesitan prepararse para convertirse en adultos autosustentables y a su vez proveedores como padres y madres de familia, se enfrentan en esta época a la paradójica situación que están siendo educados por inmigrantes.

Sí, como lo lees. Imaginemos que los hispanoparlantes de América y España tengamos profesores japoneses, chinos o hindúes. No hay otros. Si no son de esos países, no pueden ser docentes en nuestros centros educativos.

¿Por qué digo esto que parece tan poco real? Porque vivimos en una era digital, los alumnos son nativos digitales y los docentes son inmigrantes digitales.

Por lo tanto, las nuevas generaciones que tienen que capacitarse para ganar dinero, son formados, educados y entrenados por extranjeros, educadores que no conocen el contexto en el que viven y vivirán sus alumnos.

Realmente desearía volver a ser joven por muchos motivos, pero no como estudiante.

Nota: La imagen corresponde al óleo del pintor belga René Magritte (1898-1967), titulada Los amantes (II)

Artículo vinculado:

El tejido social

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8 comentarios:

Marcia dijo...

El verdadero encuentro enre maestro y alumno, está prohibido.

Ma. Eugenia dijo...

Se refiere a la brecha generada por el manejo de la teconología?

Evaristo dijo...

No estoy de acuerdo con Marcia. Entre maestro y alumno se producen muchos encuentros verdaderos. Claro que no amorosos y del tenor que creo está pensando nuestra amiga.

Rosana dijo...

Los educadores que tienen menos de 30, creo que comparten un mismo contexto con los estudiantes.

Luis dijo...

Pero también está el lado positivo de intercambio de realidades diferentes.

Rulo dijo...

Lo malo es ser evaluado por personas que viven en otro mundo distinto al nuestro.

Teresita dijo...

No puede ser que la incomunicación intergeneracional sea tan grande!!!

Lola dijo...

Si pudiera elegir profesores extranjeros, elegiría germanos y jamaiquinos.