Cuando pagamos por un servicio recibido, estamos reafirmando
que nuestro servidor no tiene una conducta servil.
El verbo Propinar, significa:
1. Administrar una
medicina.
2. Dar
un golpe. Propinar una bofetada, una paliza, una
patada.
3. Dar
a beber. (1)
… y saca de quicio a cualquiera. Especialmente
a quienes padecen baja tolerancia a la inseguridad, a la ambivalencia, al
doble-sentido, a la incertidumbre y a la ansiedad.
Como podrá apreciarse, esta palabra tanto nos
hace pensar en una buena acción como en una acción condenable; tanto significa
intentar sanar, calmar la sed como golpear a un semejante (en este caso, incluyo
a los animales como semejantes).
Utilizo esta definición como base para
hablarles de otro tema afín.
¿Alguna vez oyeron hablar de personas que
pagan para trabajar?
Efectivamente, existen plazas de comida en las
que los meseros pueden llegar a «comprar» la autorización para atender a los clientes porque es sabido
que los montos obtenidos por concepto de «propinas» justifican ampliamente este
gasto (pagar por trabajar).
En muy
pocos países es mal vista la remuneración voluntaria que pueden hacer los
comensales de un restorán. En China, por ejemplo, es ofensiva.
Por el
contrario, en la mayoría de países está estipulado por tradición y en unos
pocos ya viene incluida en la factura a pagar.
Esta
modalidad me resulta antipática porque (quizá equivocadamente) creo que los
trabajadores no pueden ofrecer su valiosa tarea si no es por un precio
estipulado, determinado en acuerdo con los propietarios de las empresas
gastronómicas.
Sin
embargo, desde el punto del vista de la economía psicoanalítica (acabo de
inventar esta expresión), la propina ratifica que el servidor no es servil.
Dado que la
tarea del mesero es de servicio, el pago que hace quien es servido descarta
cualquier duda sobre una posible esclavitud.
Otras
menciones del concepto «propina»:
(Este es el
Artículo Nº 1.598)
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12 comentarios:
Pagar por un servicio implica que no estamos considerando al otro como esclavo. Su trabajo merece ser correspondido, en el caso del mecero, por ej., mediante la paga y la propina (que en nuestro país, Uruguay, se considera como una parte (informal) del sueldo.
Creo que asociamos algunas tareas a la esclavitud, más que otras. Por ej. el trabajo doméstico. En la época colonial muchos esclavos eran comprados para realizar trabajos domésticos. Creo también que en algunas partes del mundo continúa siendo así. Por eso, quizá, es que muchas personas tienen a su empleada en negro. No pagan los aportes jubilatorios. Puede que consideren que las tareas realizadas por esa persona son trabajos menores, que no exigen demasiada capacitación. En realidad no es así. Las mujeres sabemos bien cuanta presteza se necesita para realizar correctamente las tareas domésticas. Lleva un largo aprendizaje.
A muy pocos se les ocurriría tener un secretario o secretaria honorario. Para que la tarea sea bien realizada y para que la persona esté disponible cada vez que la necesitamos, es justo y necesario pagarle.
Sí, propinar tiene dos significados muy distintos. En Montevideo, al menos, no he escuchado que se use cuando hablamos de proporcionar una medicina o dar de beber a alguien. Nos hemos quedado con el significado agresivo: propinar una paliza. También es justo aclarar que este verbo ha quedado casi en desuso. Quizás por esa ambivalencia originaria de su significado.
Lo de propinar una paliza, quedó bastante asociado a golpear a los niños. Esa conducta está tratando de erradicarse. Se realizan muchas campañas publicitarias y educativas en ese sentido.
Golpear a los niños es fácil. A veces nos sacan de quicio, son más débiles e indefensos, e incluso creemos que forma parte de una buena educación; una puesta de límites.
Con los animales pasa algo parecido que con los niños. A menudo los usamos como esclavos y los castigamos si no cumplen.
En el caso de los meseros es hasta cierto punto lógico, que se pague el derecho de trabajar y de tener a su cargo las mejores mesas.
No estoy de acuerdo con Andrés. ¿Pagar por trabajar? Es lo mismo a pagar para tener derecho a ser libres. Como cuando los esclavos pagaban para pasar a la condición de libertos.
De pronto en China la propina es considerada ofensiva, porque la condición de trabajador y la de brindar un servicio, es altamente valorada.
La propina ratifica que el servidor no es servil, porque mostramos nuestro agradecimiento pagándole a él un extra más allá de lo que ha estipulado con la empresa. Estamos reafirmando que valoramos su trabajo y nos sentimos gratificados; por eso lo gratificamos a él/ella.
A muchas personas les resulta enojosa y hasta insoportable, la actitud servil. A la mayoría nos genera desprecio. No podemos concebir que alguien no se autovalore, que se considere a si mismo un objeto para el servicio de otro.
Una cosa es servir y ser servido con humildad y otra es mantener una actitud servil. Siempre recuerdo a un hombre que me tiró un zapato por la cabeza gritándome: ¨sos servil¨. Servil es distinto a servicial. Eso lo comprendí mucho más tarde.
Cuando Jesús le lavó los pies a los apóstoles, no lo hizo en actitud servil, fue en actitud de servicio. Respondió a el amor de sus seguidores, con un acto de amor.
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