La relación laboral puede interpretarse como una forma de
explotación al obrero o como una explotación recíproca.
Con notoria
alegría, la joven le había contado al sacerdote que al día siguiente empezaría
a trabajar. Lo besó para despedirse y el hombre le dijo: «¡Les deseo suerte!».
— ¿A
quiénes les deseas suerte, Martín? Seré yo sola quien mañana empezará a
trabajar—, dijo la muchacha, preocupada por la salud mental del anciano
sacerdote.
— Les deseo
suerte a ti y a tu empleador. No eres tú sola la que mañana empezará a
trabajar. Él también empezará a contar con tu colaboración, te permitirá entrar
en su empresa, dependerá de tu honestidad, de tu inteligencia, del entusiasmo
que pongas para que él tenga suficientes ganancias de las que pueda extraer el
salario que te pagará—, dijo el sacerdote, sacando a relucir su abandonada
vocación de economista.
— Bueno,
bueno, Martín! Ya estás con tus prédicas capitalistas!!! En todo caso él me
explotará, pagándome menos de lo que le dé de ganar. Que yo lo tolere porque no
tengo más remedio que trabajar, no quiere decir que tenga que olvidarme de cómo
los patrones lucran con el esfuerzo de los trabajadores—, retrucó la muchacha,
en un tono mucho más reivindicativo del que tenía cuando vino a contarle la
buena noticia de haber conseguido trabajo.
— El
explotador que te da la oportunidad de ganarte un salario, es alguien que
arriesga su capital, que pone a tu servicio su capacidad empresarial, que no
podrá pagarte menos de lo permitido por la ley—, dijo Martín.
— En este
tema, nunca estaremos de acuerdo—, dijo la joven, besándolo de nuevo porque
había olvidado que ya se habían despedido.
La
relación laboral puede interpretarse como una forma de explotación al obrero o
como una explotación recíproca.
(Este es el
Artículo Nº 1.651)
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9 comentarios:
Lo que yo entiendo por explotación se vincula al abuso. En ese sentido la enorme mayoría de las veces el que explota es el patrón.
Me parece interesante el punto de vista del sacerdote Martín. En general ese lado del asunto no lo vemos.
En realidad los trabajadores no tenemos como única opción ser empleados. Si no nos gusta que nos exploten, lo que podemos hacer es iniciar nuestro propio emprendimiento.
No es para cualquiera ser empresario, aunque estemos hablando de una empresa unipersonal. Y nadie tiene la culpa de ser incapaz de lograrlo.
Los explotadores se las ingenian para pagarte por debajo de lo que estipula la ley.
Creo que la joven besa dos veces al sacerdote porque se siente irritada por lo que le dijo pero no quiere estar en malas relaciones con él.
Si lo hubiera besado 3 veces, en fija que iba a traicionarlo.
Dentro del sistema capitalista el trabajador es considerado como una herramienta más. Se lo usa mientras sea útil.
Bueno Ernesto, el trabajador hace lo mismo con el empresario. Cuando encuentra un trabajo mejor, abandona el que tenía antes.
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