En la intimidad más sutil, es la mujer quien determina los rasgos de personalidad del varón que la fecunda.
Los varones somos títeres de las mujeres capaces de provocarnos una erección del
pene.
Esto es un fenómeno natural, tan inevitable
como el viento o el cambio de las estaciones.
Claro que las mujeres capaces de lograr ese
fenómeno natural no son ni responsables ni protagonistas pues ellas, al igual
que ellos, no tienen control sobre sus instintos.
En otras palabras: por razones ajenas a
nuestra voluntad y, por ahora, ajenas a nuestro conocimiento, la Naturaleza
actúa sobre nosotros para que ocurran ciertos fenómenos, preferentemente
conservadores de la especie.
Nuestros cuerpos, estimulados por factores que
determinan hasta la acción más insignificante, sienten la atracción erótica y
reaccionan según las hormonas estimulantes, sean masculinas o femeninas.
Volviendo al principio: cuando un cuerpo
humano de anatomía femenina está en condiciones de ser fertilizado por los
espermatozoides depositados en otro cuerpo humano de anatomía masculina, el
fenómeno ocurre: ella se acerca a él, él se siente atraído enérgicamente, tiene
una erección y copula con ella.
Los detalles de este desenlace dependen de
factores coyunturales, generalmente influenciados por la cultura a la que
pertenece esa pareja.
Esta cultura, que funciona como una segunda
Naturaleza en tanto determina nuestras conductas, le dará un perfil particular
a ese «encuentro de dos
animales humanos con fines reproductivos».
En otro
artículo (1) comentaba que la mujer que consigue el dinero que necesita
pidiéndoselo a su compañero sexual (cónyuge), actúa de forma similar a cuando
le pide ser fecundada.
Los
detalles más íntimos de esa relación de pareja, pueden influir para que ella
también le pida que sea apasionado, agresivo, empresario, despótico, desaseado,
inescrupuloso, astuto, famoso, monógamo, temerario, ...
El perfil
masculino está determinado por la que gobierna al títere.
(Este es el Artículo Nº 1.751)
●●●
8 comentarios:
Si la mujer determinara los rasgos de personalidad del varón habrían menos divorcios, porque cada cual actuaría conforme a lo estipulado impícita o explícitamente.
Pienso que ambos integrantes de la pareja se influyen mutuamente, modificando algunos rasgos de personalidad en uno y en el otro.
A las mujeres los varones nos provocan atracción y es ahí donde nosotras actuamos intentando acercarlos.
La primer esposa de mi padre intentó influenciarlo para que fuera más competitivo, pero no resultó.
Mire, yo conozco de todo. Ambos integrantes de la pareja, cuando eligen convivir tienen que adaptarse el uno al otro. En algunas parejas es él quien más se adapta a ella y en otras sucede lo contrario.
Es lamentable, pero a veces se influye en el otro para que sea más despótico, incluso cuando luego ese despotismo recaiga sobre el que lo fomentó.
¿Cuáles serían esos factores íntimos que influirían en la relación de pareja?
Quizás las mujeres continuemos pidiéndole metafóricamente al varón que no fecunde, aún cuando hayamos perdido interés en él.
Publicar un comentario