viernes, 14 de diciembre de 2012

Trabajar como en la casa



   
Una ventaja de trabajar para el Estado está en que los mandos medios (jefes), por estar subordinados a otros jerarcas, tienen tan poco poder como la madre.

Si no nos damos cuenta que nos estamos divirtiendo tampoco nos daremos cuenta cuánto pagamos por la diversión, o más genéricamente, cuánto dejamos de ganar por pasarla bien.

Efectivamente, puede ocurrir que alguien no sepa cuánto se divierte, cuánto está atendiendo el insistente Principio de Placer que gobierna a nuestro inconsciente.

Por Principio de Placer puede entenderse la tendencia, en gran parte inconsciente, a buscar el placer y evitar el dolor.

Les propongo pensar en algo que puede pasarnos a todos, aunque solo en algunos funcionará como diré a continuación.

Un niño puede disfrutar en su infancia porque, si bien es amonestado y hasta castigado por su madre, nota que ella también se somete a un similar autoritarismo del esposo.

Parte de la gratificación del niño está en que puede fantasear una supuesta alianza entre él y la máxima autoridad (el padre), pues cuando se enoja con la madre por los rezongos y castigos que ella le propina, siente que la actitud del padre hacia ella equivale a una especie de venganza en el marco de una alianza nunca explicitada.

El bienestar podría resumirse en descalificar a la autoridad que lo gobierna: «Ella me da órdenes a mí pero otro le da órdenes a ella».

¿Por qué alguien puede quedarse a trabajar donde no le conviene, teniendo posibilidad de tener otra ocupación más rentable?

Es un caso típico de pobreza patológica.

Los empleos públicos son tradicionalmente mal pagados, pero sus funcionarios difícilmente quieran pasar al sector privado.

Además de una supuesta seguridad laboral, muchos trabajadores del estado se sienten como en su casa porque los jefes tienen tan poco poder como la madre.

(Este es el Artículo Nº 1.759)

8 comentarios:

Yoel dijo...

Lamentablemente trabajo en un lugar donde los mandos medios hacen abuso de poder porque están poco controlados por quienes están por encima de ellos.

Margarita dijo...

La cadena de mandos puede generar que cuando el trabajador más pinche tiene una cuotita de poder, haga uso y abuso de ella.

Martín dijo...

En mi familia el poder lo tienen las mujeres.

Irene dijo...

Las alianzas dentro de la familia generan muchas complicaciones. Igual se saca beneficios de ellas. Y en todos los grupos se forman alianzas. Muchas veces estas apuntan a generar lazos de protección mutua.

Lautaro dijo...

Cuando la madre adopta un rol paterno y viceversa, quizás se produzca algún tipo de conflicto, porque estamos hablando de roles contraculturales.

Rubén dijo...

Los uruguayos buscan más la seguridad que el crecimiento.
Disculpen, es el punto de vista de un porteño.

N.A. dijo...

Los trabajadores estatales que logran algún puesto de jefatura, a veces hacen lo que sea para seguir ascendiendo en la pirámide. Aunque en la realidad no tengan poder (de echarlos por ej), sí tienen el poder de hacerles la vida imposible a sus subordinados.

Gabriela dijo...

Si una persona tiene conflictos con la autoridad. Si le cuesta comprenderla y asumirla como algo natural en nuestra forma de organización, siempre tendrá la postura de ese niño que se siente vengado por su padre cuando éste le da órdenes a su madre.