sábado, 12 de abril de 2008

Adivina adivinador

El análisis de las tendencias tendría como modelo esencial el siguiente razonamiento: Estoy seguro de que hoy es jueves; estoy seguro de que ayer fue miércoles; supongo que mañana será viernes.

Con este ejemplo anda todo bien, pero la prospectiva (que algunos también llaman futurología y se entiende mejor) pretende tener un nivel de acierto parecido pero en situaciones más complejas.

Por ejemplo, si en la historia de un país (retrospectiva) vemos que ante ciertas circunstancias acontecieron ciertos fenómenos, podemos inferir que ahora, con una situación parecida, quizá suceda otra vez lo mismo.

En nuestro país (Uruguay) cada vez que hubo un período de auge, algunas veces se hicieron obras sociales profundas y otras veces se aplicó a invertir en áreas productivas. La que históricamente dio mejores resultados fue la primera opción, por lo tanto, ahora que volvemos a tener un período de auge nos convendría hacer obras sociales profundas: más educación, construir viviendas, invertir en salud pública.

Esto sucede así y los lectores mayores de treinta años podrán conocer más de un caso en los que en su país el gobierno piensa con estos criterios. ¿Qué habría que tener en cuenta cuando vemos que nuestro gobierno razona con este método?

Por ejemplo, si los que hacen la futurología de nuestro país tienen poder para tomar decisiones, es casi seguro que harán lo posible para que sus predicciones se cumplan por el simple hecho de que desean acertar, les da mucho placer haber adivinado el futuro, se sentirían muy mal si se equivocaran.

Pero puede suceder algo peor: Si los futurólogos ven que es imposible que sus predicciones se cumplan, harán lo posible por hacernos creer que ésto que está sucediendo es exactamente lo que ellos dijeron que sucedería. Sustituyen la falta de hechos con un discurso falso. Este discurso falso a veces uno no lo detecta porque no se imagina que alguien con poder sobre los medios de comunicación pueda estar distorsionando la realidad por un interés personal del cual casi nadie recuerda que existía excepto el propio futurólogo frustrado.

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20 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo ciegamente que existen personas capaces de adivinar el futuro. Los científicos son los dueños de los medios de comunicación y por esos carecen del merecido prestigio. Tengo estudios universitario, tengo una empresa y muchas de mis decisiones más importantes las consulto con un tarotista que se equivoca mucho menos que mi contador.

Anónimo dijo...

La adivinación del futuro se presta para caer en manos inescrupulosas porque tratar de saber qué es lo que sucederá es una preocupación vigente en personas de variados niveles educativos.

La prospectiva (que no es lo mismo que la futurología como dice el licenciado!!) estudia con rigor científico aspectos como la probabilística, es capaz de crear variados modelos de pensamiento, puede aislar metódicamente las principales variables que participan en un determinado fenómeno y puede diseñar diferentes escenarios para que las decisiones más trascendentes, las que comprometen recursos tan valiosos como la vida, la salud, la supervivencia alimentaria, estén menos expuestos a la sopresa.

El ser humano necesita tiempo para pensar y cuando toma decisiones apresuradas obtiene resultados generalmente más ineficientes que cuando se toma el tiempo necesario.

Anónimo dijo...

Fui un voraz lector de las noticias económicas, de las tendencias, de los pronósticos, de los proyectos de ley, de los rumores políticos hasta que finalmente, quizá cuando doblé el codo de los 50 años, ya no me interesan más. Nunca usé esa información para algo rentable. Más bien lograron mantenerme preocupado o distraído de lo único que realmente me resultó lucrativo, y esto es, ocuparme cuidadosamente de mis asuntos y despreocuparme exhaustivamente de todo lo que no sean mis asuntos.

Anónimo dijo...

Las cosas suceden hagamos lo que queramos. No hay futurología que valga. Lo más que uno puede llegar a saber es qué es lo que quizá le pase, pero no se puede influir casi nada. Nos podemos preparar mentalmente para cuando eso que generalmente sucede, vuelva a suceder. Es como si en invierno compramos un traje de baño porque en algún momento vendrá el verano.

De todos modos es conveniente anticiparse porque -siguiendo con el ejemplo- quizá en invierno se pueda conseguir el traje de baño más barato. No estoy en contra de la prospectiva, sólo digo que el futuro es imposible de conocer pero hay cosas que se repiten, como las 4 estaciones x ejemplo.

Anónimo dijo...

Cuando yo tendría 8 ó 9 años, le dije a una compañerita de clase que mi hermano me había enseñado para saber cuántos hijos iba a tener una mujer tocándole la vagina. Ella se prestó al exámen que me llevó un buen rato, divirtiéndome con lo tonta que ella había resultado y en cómo después le contaría a los demás niños que yo le había tocado la cola a fulanita.

Nunca me enteraré si ella se dejó engañar o estaba disfrutando de sexo gratis aunque fuera con un arrogante.

Anónimo dijo...

Una cosa que me encanta es cuando los periodistas sacan de archivos afirmaciones que había hecho algún político y después otra posterior en meses o años donde dice todo lo contrario.
No es para hablar mal de los políticos, es sólo para constatar que ellos se contradicen tanto como nosotros, los ciudadanos anónimos.

Anónimo dijo...

Tratar de solucionar todos los problemas de un país debe ser tan imposible como solucionar todos los problemas de una sola persona.
Lo que me desconcierta es las grandes diferencias que hay entre un país y otro en cuanto a riqueza, salud, nivel educativo y lo mismo a aplicado a las personas me desconcierta todavía más. También me resulta extraño la velocidad con que se producen cambios positivos en un país y la lentitud con la que van en otros. Lo mismo aplicado a las personas.
Pero quizás no sea toda tan desparejo como aparenta ser. Porque si medimos de acuerdo al nivel de satisfacción de pronto las diferencias (aunque también las hay) no sean tan llamativas.

Anónimo dijo...

Desde que tengo mi Carta Natal mi futuro no tiene misterios.
¡Por qué un maldito día se me ocurrió ir al astrólogo!

Anónimo dijo...

Soy Tarotista y me gano dignamente la vida. Ofrezco un servicio que muchas personas están dispuestas a pagar. Intento ser positiva y lógica en lo que digo a mis clientes. Cuando una persona está angustiada o asustada necesita saber qué es lo que le sucederá y su estado no le permite utilizar el sentido común. Yo lo que hago es restituírselo.

Anónimo dijo...

A ver si ustedes los psicoanalistas utilizan un poco más la prospectiva para investigar acerca de los resultados que pretenden obtener con sus pacientes. A veces me parece que se fijan objetivos descabellados.

Anónimo dijo...

Es cierto lo que dices Casimiro con lo de tomarse el tiempo necesario para tomar las decisiones. Les contaré lo que ha mi me ha pasado para que no desistais de vuestros propósitos. Como siempre ando con el tiempo corto, el momento de paz que tengo para pensar es cuando voy al baño después de almorzar. Eso acontece pues, durante mi horario de trabajo y los compañeros ya me han cogido. Eso me quita algo de paz hombre, pues soy el hazmereír de la oficina. Pues ellos que se rían y sigan riendo, pero este año fui yo el único que pudo tomarse unas vacaciones de la puta madre!

Anónimo dijo...

Lo que dice Florencio es triste, pero lo que resulta tristísimo verdaderamente es que ese desinterés ya les sobreviene a los que doblan el codo de los 20!

Anónimo dijo...

Lo que dice Florencio es triste, pero lo que resulta tristísimo verdaderamente es que ese desinterés ya les sobreviene a los que doblan el codo de los 20!

Anónimo dijo...

Lo que dice Florencio es triste, pero lo que resulta tristísimo verdaderamente es que ese desinterés ya les sobreviene a los que doblan el codo de los 20!

Anónimo dijo...

Lo que dice Florencio es triste, pero lo que resulta tristísimo verdaderamente es que ese desinterés ya les sobreviene a los que doblan el codo de los 20!

Anónimo dijo...

Lo que dice Florencio es triste, pero lo que resulta tristísimo verdaderamente es que ese desinterés ya les sobreviene a los que doblan el codo de los 20!

Anónimo dijo...

¡Qué pasó Martha es la mujer de las cinco cabezas! ¡Y todas repiten los mismo! Córtensenlas y déjenle una por favor.

Anónimo dijo...

Los medios de comunicación distorsionan la realidad después de que ya venía distorsionada y la complican más.

Anónimo dijo...

Soy futurólogo pero en realidad prefiero que me llamen astrólogo. Tengo la bola de cristal y las bolas de "Durax toda la vida" ¿ me entienden? Soporto lo mismo que el Licenciado pero a más bajo costo y con menos prestigio social. Es cierto que no estudié en la Facultad, pero tengo lleca, muchacho, y eso vale.

Anónimo dijo...

El gobierno no sólo invierte en obras sociales, además invierte en propaganda, ahora que estamos en el libro Guiness los frigoríficos no van a dar a basto, los estancieros se enriquecerán y
los peones van a seguir con lo de que "las vaquitas son ajenas" (el problema es que ahora eso es más cierto que antes)