lunes, 16 de junio de 2008

El hombre no es como el oso

Según parece los osos tienen un organismo que les permite ahorrar en los tiempos de bonanza y están acostumbrados a tener una política de austeridad muy efectiva para sobrevivir en los tiempos de recesión.

Los humanos hablamos de «políticas macroeconómicas contracíclicas» o en lenguaje menos jactancioso: «Ahorremos cuando hay para tener cuando no hay».

Los osos convierten sus ahorros en grasa corporal y la política de austeridad de ellos consiste en dormir durante todo el invierno, bajando al mínimo el consumo de aquella grasa.

Algunos humanos aprovechan los períodos de auge para ahorrar y luego tratan de sobrevivir durante los períodos recesivos gastando lo menos posible aquellos ahorros porque es propio de nuestra especie que la duración de uno y otro período no es previsible como lo es para los osos cuyo auge sucede en verano y cuya recesión sucede en invierno.

Algo extraño entre los humanos es que no todos los ejemplares de la especie tienen en cuenta que hay «épocas de vacas gordas» y «épocas de vacas flacas» (cosa que sí conocen los osos con muchos menos años de formación escolar) y otra cosa que también sucede dentro de nuestra especie es que algunas personas no imaginan que algún día estarán viejas y con muy baja capacidad productiva.

Otra cosa paradójica respecto a estos ejemplares de la especie humana imprevisores es que suelen ser personas inteligentes y educadas. Una vez más debemos reconocer que «el sentido común» aporta muy modestos resultados.

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17 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé, no puedo, me resulta imposible, es algo superior a mi: cuanto dinero cae en mis manos siempre tengo que gastarlo en algo, aunque sea haciendo regalos. El dinero en mi poder me molesta. Mi madre era maníaca de la limpieza y yo también pero para mi lo que hay que limpiar es el dinero.

Anónimo dijo...

Ahora me doy cuenta por qué no quiero ahorrar. Tengo mente de osa y no quiero estar gorda.

Anónimo dijo...

No solamente que no quiero pagarle a ningún organismo de previsión que después se quede con mi dinero sino que no quiero ni pensar en que algún día estaré vieja, sin menstruar, marchita, con dolores en las piernas, corta de vista, lenta, que para descansar de un trabajo de 8 horas tenga que dormir otras 8 horas. NO-NO-NO!!!!

Anónimo dijo...

Leí este artículo y me fui a ver cómo estaba mi oso de cuando era chiquita. Está precioso. Me gusta el olor que tiene. Mi madre me lo guardó en una bolsa de nylon con un perfumador riquísimo. Lo abracé y lo amaqué como si tuviera yo seis años. Con qué pequeñas cosas una puede ser feliz y sin dinero.

Anónimo dijo...

Conozco la mejor manera de ahorrar: Consiste en endeudarse con un mafioso que cuente con un equipo de matones que realicen una gestión de cobro bien sádica. Uno le pide dinero al mafioso, la guarda en un banco a plazo fijo (o sea que no la puede sacar enseguida), vienen los matones y le ponen a uno un revolver calibre 45 en la sien, luego le dicen "si no pagás esta noche antes de la cero hora, te pegamos un tiro". Uno sale de esa escena, con la vocación de ahorro al tope, consigue el dinero como sea, paga, salva su vida y cuando vence el plazo fijo tiene ahí sus ahorros. ¿No está bueno?

Anónimo dijo...

Buenísimo Daniel, además fíjate que estás dándole trabajo a "los muchachos", al sistema financiero, ... Es una idea perfecta. ¿Se te ocurrió a ti sólo o eres el portavoz de alguna ONG? jajaja. Te mando un besote: Sos genio.

Anónimo dijo...

Eso de las medidas contracíclicas se lo escuché decir a todos los gobernantes pero ninguno lo cumple porque viven tratando de tapar agujeros. En un sistema democrático no se puede ahorrar. En todo caso se puede endeudar y después ver cómo se hace para pagar. Además, endeudándose los gobernantes pueden culpar a los organismos internacionales de algunas medidas económicas que les generan un alto costo político.

Anónimo dijo...

Ya tengo 58 años y toda la vida estuve obedeciendo a mis padres en este tema del ahorro. No tengo un gran capital pero estoy mejor que mis hermanos que nunca les hicieron caso. Sin embargo algo me dice que esta es una costumbre de los pobres de espíritu. Me siento como un infeliz con plata. Creo que hasta ahorré teniendo solamente dos hijos.

JAVIER dijo...

Para que complicarnos, si en esta vida pasamos hambre y estamos llenos de defectos pues no pierdan la esperanza que despues de muertos pueden reencarnarse en un oso y listo, problema resuelto.
Para las proximas eleccciones presidenciales vamos a votar al zoologico.

Anónimo dijo...

Mi organismo se parece al de los osos, es sabio, pero "la gente me tiene loco con que estás gordo, qué gordo estás"

Anónimo dijo...

Queremos elevar una protesta porque somos excluídas en los actos eleccionarios del zoo.

Anónimo dijo...

Las politicas contracíclicas me tienen enfermo.

Anónimo dijo...

Cuando me va bien deposito dinero en una cuenta bancaria y cuando me va mal me deprimo tanto que me olvido de que tengo la cuenta!!

Anónimo dijo...

Propongo contratar a un fitopatólogo para las elecciones municipales, así depuramos la lista de candidatos.

Anónimo dijo...

Mis períodos de auge son mas bien agudos y los de recesión tienden a la cronicidad.

Anónimo dijo...

Rubens y Renoir se hicieron famosos en la dorada época de las vaquitas gordas

Anónimo dijo...

Trabajo en un organismo público y con mis compañeros hemos decidido que cuando venga el receso nos vamos a dormir durante todo el invierno: aprovechen ahora para hacer sus trámites!